Reinos Ocultos

Capitulo II - Cumpleaños no feliz-

•Cuatro años después•

 

La lluvia no cesa, sigue cayendo contra mi ventana. Cada gota que toca mi ventana es una invitación para salir de mi cama y dejar mi tristeza en ella, quizá así la lluvia pare. No sea que llore más y termine inundando la ciudad.

Miro al techo como si mis ojos no pudieran despegarse de allí. Está igual que siempre, excepto que ahora hay unas telarañas colgando del ventilador aéreo y en las esquinas de las paredes. Desde que nos mudamos siempre han habido arañas, no sé porque siempre en mi cuarto, porque en el de mi hermano ni cucarachas hay.No me gustan las arañas, nunca me han gustado pero parece que cada día hay más y eso significa sacarlas cada día para poder dormir tranquila en la noche sin miedo a que una me pase por la cara. Lo más extraño es que nunca dejan de tejer y llenar todo el techo de telitas, es como si lo estuvieran haciendo para un día caer sobre mi y dejarme sin escapatoria.

¿Por qué no mejor vienen aves y ponen sus nidos? Eso sería más agradable.

Me levanto de la cama, no porque quiera sino porque debo. Sé que en la noche cuando regrese a casa no tendré ganas de sacar las arañas y no podré dormir bien. Exhaló aire y dejó caer mi cabeza hacia atrás cuando me paro. Necesito hacer ejercicio, estoy muy tensa y mi cuello duele. La lluvia empieza a disminuir hasta hacerse casi inaudibles las gotitas que caen. 

Decido abrir las ventanas a su máximo, así las telas de araña no se quedarán ahí. Concentró mi mente en el aire y puedo sentir el viento atravesando mi cuerpo.

El aire empieza a entrar y poco a poco en el techo se puede notar como el aire forma un remolino y las arañas son atrapadas para dar vueltas sin cesar, con las telas dando vueltas parece un algodón de azúcar, uno negro, sucio, grande y con muchos pares de ojos observándote.

Cuando no queda nada, el aire sale con presión de mi cuarto llevando a las arañas muy lejos, o eso espero. Me acerco a la ventana y veo cómo las personas se quedan viendo el pequeño remolino de telas de araña. Al estar en el último piso de un edificio tengo buena vista de todo. Una niña empieza a gritar cuando pasa cerca de ella y se esconde detrás de su mamá.

Te comprendo pequeña. Las arañas no son nada lindas. Pero al menos tú tienes una mamá que te cuida.

La madre la tomó en brazos y parecía que le decía cosas al oído para que se calmara. Una lágrima llega a mi boca y puedo saborear, además de lo salado, la tristeza que está representa. No puedo llorar, por lo menos no más ahora. Por qué si llueve no podré salir. 

Mi alarma suena. Siete horas en punto de la noche.Ya es hora. Tengo que alistarme. Vendrán por mí y no quiero que vean que he estado mal.

Cierro las ventanas. Pero no me separo de la vista. Ha dejado de llover, pero el clima y las nubes te hacen saber que puede llover en cualquier momento. Así como cuando dejas de llorar pero tus recuerdos están presentes y sabes que en cualquier instante puedes explotar.

Tres toques en la puerta hacen que me despegue del vidrio y me dirija a abrir.

-¿Raven? 

-Sí, Lucas. 

-Tus amigos han llegado. Están abajo esperando - él me sonríe. Él sabe que he estado llorando pero no dice nada.

-¿Puedes decirles que esperen? Solo me pondré una chaqueta - él asiente y yo empiezo a cerrar lentamente la puerta pero él me detiene.

-Raven

-¿Si? - su mano que detenía la puerta ahora busca la mía y cuando la encuentra la agarra y me da un leve apretón, haciéndome saber que él está ahí y que él siempre ha estado para mí.

-Feliz cumpleaños - su voz suena tranquila, pausada, serena. Como si quiera transmitir esos sentimientos a mi.

-Es mi cumpleaños, pero no uno feliz - y sin más lo abrazo. Pero contengo las lágrimas, no me gusta que me vean llorar.

-No tienes que dejar que el pasado arruine tu día. A mamá no le gustaría - todos creen que lo qué pasó con mis padres fue un evento de la naturaleza, pero yo sé que fue mi culpa. Porque desde ese día no he sido la misma. - ve, arréglate. Creo que los chicos tienen pensado hacer algo especial hoy.

Ruedo los ojos. Mis amigos, ellos siempre piensan en hacer cosas especiales, y con eso me refiero a divertidas y algunas veces arriesgadas. Pero así los quiero, ellos le dan estabilidad a mi vida. Si no fuera por ellos yo estaría todo el día en casa, pensando y pensando.

Creo que si no los tuviera en mi vida ya hubiera dejado que las arañas me comieran.

Lucas se va y me deja sola. Desde que mis padres no están él se ha encargado de mi, nunca más hemos tocado el tema de mi 'adopción' porque mi hermano siempre será mi hermano. El consiguió poner su Clínica en una de las calles más populares de la ciudad, y ahora vivimos lejos del lugar que alguna vez fue nuestro hogar. Terminé mis estudios y se supone que este año entraría a la U, pero le pedí a Lucas que me diera un año, un año para pensar qué hacer con mi vida. 

Pero creo que me paso pensando en otras cosas porque no tengo decidido qué hacer o qué estudiar.

¿Por qué no creo que exista una universidad especial para gente como yo y sus problemas emocionales?

O quizá sí. Un psiquiátrico.

Pero él nunca me ha presionado en nada, simplemente me dice que me apoya en lo que sea que yo quiera. Este año me puse a trabajar en una librería cerca del lugar, no quería que él me mantuviera y yo no quería estar sin hacer nada, además que si me la pasaba sola en el apartamento me volvería loca. Por otro lado, la dueña me regala de dos a cuatro libros al mes, así que eso me hace feliz.

Me dirijo a mi ropero y pienso en lo que debería usar. Amo los vestidos estilo bohemio, con unas botas y una chaqueta caliente será suficiente. Empiezo a buscar una chaqueta calientita cuando mi celular suena.

Un mensaje de Amarilis. Y lo sé porque cada uno de ellos tiene un tono predeterminado. Así cuando suena un mensaje sé si vale la pena verlo o no.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.