Reinos Ocultos

Capítulo VII - Castillo -

Después de haber hablado con Kirk y vuelto a dormir, bajé a dónde estaban cenando mis amigos. 

Mientras me acercaba a la cocina me fije en todas las decoraciones que colgaban de las paredes de la mansión, aunque para mi es un castillo, por todos lados había plantas de todo tipo. Algunas flores me seguían cuando pasaba frente a ellas, eso me erizo la piel pero no quise ponerle importancia. Solo quería estar segura que no estaba atrayéndolas con mi poder o algo por el estilo, no quiero terminar envuelta en flores. 

Cuando estaba cerca de la puerta pude escuchar risas de mis amigos, ellos estaban bien y eso me hacía sentir relajada. 

— ¿Es que no te ríes de nada, Señor Abac? — escuche a Marvin decir. 

— Un hombre de su edad encuentra muy pocas cosas divertidas — le siguió Amarilis. 

— ¿Será que con su novia es igual de aburrido? — sabía muy bien que esa pregunta la había hecho Dennice para obtener información. No mentiré que también hubiera querido saber, Abac es un hombres muy guapo y alto, seguro tienen más de una novia. 

— Ahora entiendo porque los humanos a su edad comenten tantas estupideces. — eso fue lo que respondió Abac.  

— ¿Y es que tú no eres humano? — fue lo primero que dije cuándo entre. 

Que rico huele. Veo a la mesa y noto una variedad de quesos y tostadas junto con frijoles blancos y verdes. Amo el queso. 

— No. Creo que aún no hemos tenido la charla en donde nos presentamos correctamente. — Abac se acercó a mí y con gentileza puso su mano detrás de mi espalda y me guio a la silla que estaba cerca de Kirk. Sacó la silla y me senté. Fue un poco raro, pero igual lo acepté porque la comida me unía a la mesa como imán.  

— Espero que tu si puedas sacarle algo, porque en estos cinco días solo nos ha dicho que no hagamos nada tonto. No has dado de comer solo verdura y nos dice que deberíamos de sentirnos afortunados de ser tus amigos. ¡Cómo si no lo fuéramos! — dijo Dennice mientras agarraba más aguacate. No me había percatado del plato lleno de rodajas de aguacate.  Amo el aguacate. 

— ¿Y cómo no hacerlo? La primera noche estaban llorando tanto que se escondieron y de una mágica manera terminaron en el sótano bebiendo pociones de duendes, posiciones idénticas al alcohol y luego empezaron a decir que debería dejarlos libres, que no dirían lo que paso. Corrieron por los pasillos tirando todo a su paso buscándote, debo admitir que admire su valentía al querer irte a buscar, incluso cuando se toparon con los guardianes frente a tu puerta no tuvieron miedo. — Abac no quito la vista de ellos cuando dijo todo eso. 

Mi corazón se estremeció al escuchar eso. Me asuste cuando dijeron que bebieron, pero que hayan ido a buscarme fue muy tierno. 

— Y no recordamos nada de eso — dijeron los tres. 

— De haberlo hecho hubieran recordado sus peores pesadillas. Ustedes, niños, hicieron un cóctel de posiciones que por suerte no terminaron siendo convertidos en llamas. Y no me refiero al animal.  

— Kirk, tú solo hablas para decirnos que nos pasarán cosas feas. — Amarilis lo observó con mala cara, creo que yo también lo hice.  — Cosas peores están aún por pasar. 

— Raven, mi reina — me llamó Abac — le pido me conceda un tiempo a solas, necesitamos hablar de cosas urgentes. 

— Aaahhhh — ¿Qué se supone que deba decir a eso? 

Lo observo, me observa, observo a los demás y ellos me observan con intriga. Kirk solo observa de mala gana a Abac. 

— Acaba de levantarse y ya quiere hablar de guerras. No te lo permito. — contesta Kirk. 

— Quédate en tu puesto de guardián y deja a tu Reina hablar. 

— Oigan, oigan, tranquilos. — creo que mi hambre se está viendo afectada por estos dos hombres — les diré algo — respiro hondo para calmarme pero creo que mis palabras salen un poco más fuerte de lo deseado — ¡Hace unos días pensaba que era una anormal por tener poderes que se encienden con mis emociones! ¡Tengo cabello anaranjado y también rosado! ¡Hasta hace unos días pensaba que el imbécil, hijo de un buey con sarna, de mi primo estaba muerto y no era así! ¡Casi matan a mis amigos unas cosas que despellejan humanos! ¡Estoy en un lugar que no conozco y que tiene un nombre extraño y además está cubierto de plantas hasta el techo! ¡Y USTEDES SON DOS HOMBRES QUE NUNCA EN MI VIDA HABÍA VISTO Y ME DICEN QUE HAGA COSAS QUE NO ENTIENDO! 

Mi pecho se expande incontrolable, creo que me he quedado sin aire por hablar rápido pero que bien se siente decir esas cosas.  

— Has llenado la mansión con más plantas. — dice Kirk, que parece que no le hizo efecto mi vómito verbal. 

Y él tiene razón. Las plantas han crecido que ahora están sobre toda la comida. Detrás de mi hay grandes troncos de rosas que apuntan sus espinas hacía al frente, hacia ellos. Las flores que antes sentía que me seguían ahora están más grandes y suenan como cascabel al mover sus pétalos.  

Genial. Creo que mis poderes son peores acá. 

— Tus habilidades acá son mucho más fuerte que en el mundo humano. Ten cuidado porque puedes terminar lastimando a seres vivos inocentes — esa voz, esa voz. 

Siento ganas de llorar, estoy harta de estar peleando con él. Ya he querido destruirlo dos veces y no pude. Me giro y ahí está, con una sonrisa y recostado sobre una de las flores gigantes, Mathias. 

— Ojalá te mueras lentamente — le digo entre dientes. 

Mi hambre se ha evaporado, y si tenía ganas antes de estar acá ahora no. 

"No vayas a..." 

Si bien creí que la voz estaba en mi cabeza, no la escuché porque salí corriendo e hice que todos los tallos y troncos de plantas crecieran y les impidieran seguirme. 

Creo que Mathias tiene razón. Volteo a ver y parece una jungla de flores lo que he formado. 

Corro por todo el pasillo buscando la salida, veo a personas por todos lados. Pero estas personas se ven más diferentes, más joviales y puedo notar que sus orejas son puntiagudas, unos que otros tienen ojos de colores. Por no fijarme al frente topo el hombro con una chica. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.