Episodio 11: Dar a conocer.

En algún bosque desconocido.

El sol más alto en el cielo y lo caluroso que era realmente empezaba a fastidiar al rubio, que odiaba sudar, ensuciarse, oler mal, entre muchas otras cosas naturales del cuerpo humano.

—Deja el fastidio, si te provoca sudor el abrigo quítatelo y ya.- le propone la solución el pelirrojo ya fastidiado por todas las quejas de su compañero, que no había parado desde hace varias horas.

—Hoy estamos de mal humor...- juguetea un poco con su paciencia, y al notar la mirada asesina del pelirrojo le guiña el ojo- Tranquilo darling, solo bromeo. ¡Alégrate un poco! Estamos nuevamente en una misión juntos, y que la compartas conmigo ya es una bendición, debes sentirte afortunado- dice riéndose mientras pasa la mano por su cabello como el oro.

—Miserable es lo que se sien-....- sin poder terminar su frase es interrumpido por un fuerte estruendo, que si bien no era por los rumbos en los que ellos estaban, tan fuerte fue que hasta llegó a ellos.

Antes de siquiera poder recomponerse de la fuerte sacudida ahora provocada en el suelo; se cubre su ojo derecho mientras que en su ojo izquierdo su iris cambia de color y forma, teniendo una visión.

Con un fuerte dolor de cabeza cierra los ojos de golpe, y cuando los abre nuevamente estos vuelven a la normalidad. Lo que había visto no le había gustado para nada, tenía que estar allí ahora mismo, debía hacerlo.

—Mierda, ¿Qué carajo fue eso de hace un momento?- pregunta el rubio entre confundido y extrañado; pero al notar la mirada perdida del pelirrojo se queda callado, con una ceja alzada- ¿Otra de esas misteriosas visiones?, ¿Y ahora qué te dijeron?- se burla con una sonrisa, chasqueando la lengua.

—Adelántate al lugar, yo iré después...

—¿Qué?- y antes de poder formular si quiera bien la pregunta el pelirrojo desaparece a través de un rayo, sin dar explicaciones- Y ya se fue, siempre es lo mismo con él- rueda los ojos suspirando, aunque guardando cierta intriga- ¿Volviste a ver aquello que te pone así de mal?- pregunta al aire, solo obteniendo el piar de los pájaros.

"-Visiones que te afectan....¿Qué estarás ocultando que no quieres que nadie se entere?- piensa a la vez que empieza a caminar, pasando sobre la mancha negra del suelo provocada por el rayo en el cual se fue su compañero."

(......)
Pueblo Kowareta.

Corriendo con todas sus fuerzas y esquivando ágilmente a todas aquellas personas queriendo buscar refugio con sus familiares, Haru llega a la mitad del bosque, la cual es ahora dividida por los pocos árboles que se encuentran; pues debido a los fuertes temblores y estruendos, variados árboles fueron derrumbados.

Llegando a uno de los pocos árboles se oculta detrás asomando cuidadosamente la cabeza para observar lo que está sucediendo en la otra mitad del pueblo, encontrándose con una escena que le hierve la sangre.

—Lo haz estado haciendo bien Rufín, el rey y el ministro te mandan sus felicitaciones...- dice un guardia de azul; el cual Haru observa por primera vez, de hecho todos los allí presentes era la primera vez que los veía, pues no eran los mismos guardias que habían capturado a Rei.

—Je je, como no hacerlo con la cantidad considerable de oro y gemas que me regalan su majestad y el ministro- suelta una carcajada mientras se sostiene su gran panza, provocando náuseas por parte de Haru.

"-¿Cómo...pueden expresarse así de estas personas?- se pregunta internamente, apretando su mandíbula lo suficiente como para doler- No puedo soportar esto...."

Preparado para salir y enfrentarse a quien sea es detenido por una mano que lo jala nuevamente al escondite. Al girarse listo para atacar al pensar que fue descubierto, se encuentra con Rei que le hace una seña de que guarde silencio, ladeando un poco la cabeza para observar a los 6 guardias de azul y al gran gordo hablar.

—Rei...¿Qué haces aquí?- pregunta el menor sorprendido en voz baja para no ser descubiertos.

—¿Cómo que qué hago aquí? ¡Mierda! Saliste corriendo sin esperar a nadie, sin un plan y enojado...- enumera provocando que Haru se sienta irresponsable; ya que todo lo mencionado con anterioridad es verdad- Somos un equipo Haru, no te iba a dejar solo así me suplicaras. Además, también quiero atormentarles la existencia a esos miserables; me uní a tí ¿No?

Se crea un silencio, pero lejos de ser uno incómodo, es admirando las palabras dichas por Rei, pues nadie se creería que alguien como él pudiera decir aquello.

—Sí, tienes razón.- sonríe provocando que el mayor carraspee un poco, desviando la mirada.

—¿Y qué hacen aquí? Es extraño que vengan, y mucho más atacando a todos estos mundanos- pregunta intrigado Rufín mientras que se acaricia su barba, señal de que está pensando.

Ambos jóvenes al escuchar esa pregunta comparten miradas y el menor se gira rápidamente para observar a dichos guardias, ambos chicos atentos a la respuesta.

Si bien era cierto que habían emitido boletines sobre que ellos estaban allí, les parecía muy extraño que hayan llegado a buscarlos después de una semana entera, ¿Qué estaban esperando?, ¿En qué estaban pensando? Y por supuesto, ¿Quién estaba involucrado?

Tenían muchísimas dudas y ninguna estaba siendo aclarada. Omitiendo el hecho que los fueron a buscar después de una semana; lo cual especialmente es extraño, ¿Por qué lo estaban haciendo de esta manera? Entendían que, al escapar de los guardias reales no todo iba a ser fácil ¿Pero utilizar hasta un golem para capturarlos? Allí había algo que no cuadraba.

"-Nada cuadra en todo esto...- piensa Rei, preparándose mentalmente de todo lo que iba a empezar a escuchar."

—Pues en realidad nos traen muchas cosas aquí, algunas importantes, otras no tanto- se encoge de hombros el que parece ser el encargado de dicha misión- Íbamos a venir días atrás, pero como sabrás nosotros siempre preferimos matar a dos pájaros de un tiro; por eso tuvimos que esperar. En estos momentos ya deben haber capturado al Vicecapitán de los Sin Retorno, y nosotros a punto de matar a todos estos simples y asquerosos mundanos; además de conseguir a esos mocosos...