Y mientras danzaba, su sueño se efectuaba, la ausencia de la preocupación se escapaba, con cada figura realizada. Se centraba en recorrer cada rincón del escenario. El dolor de sus pies en ensayos anteriores, en cada giro se desvanecía. La melodía clásica, pertenecía como una acústica volátil distante. Solo su metamorfosis, podía ejecutar a someterse al movimiento, que le propiciaba felicidad indescriptible, al deslizar cada centímetro de su cuerpo, formando y conservando la figura pactada. Se sentía segura, ligera, liviana, como un pájaro en el aire, engrandeciendo sus alas en la gloriosa danza, flotaba al compás de la canción reglamentada. El sacrificio se desconocía en él presente, para dar paso a la sencillez de la expresión de su cuerpo. Desvestir su alma delante de personas desconocidas. En el escenario se sentía única, magnifica, esplendida y solitaria, reencontrándose con ella misma. Amaba y la conmovía descomunalmente esas emociones producidas, gracias a la vibración que emanaba de su ser. Sus inquietudes y lamentos desaparecen, dando paso a las luces que le marcaban el camino. Sus lamentos introducidos por nervios, antes de la función, se apiadaban de su percepción, descansaban, conmoviendo desde lo profundo de sus entrañas. Tranquilizando con cada paso por dar, su estómago estrujado, se soltaba. La ternura y la compasión, nacían en cada oración de la música que sonaba. El corazón que palpitaba con frenesí, orgulloso por demostrar su pasión. En equilibrio con su mente, su organismo y su ánimo. En la música, en su danza… Ella respiraba libertad, acompañando la puesta en escena del extraordinario escenario. Aprendido de memoria el soneto. Y finalizó su baile, con agitación en su pecho, descansando en su posición. Los aplausos estallaron en el gran teatro, y cómo un acto de humildad cerro sus ojos, emocionada por él logró efectuado. Porque su sueño, trasmuto a la realidad. Ella, una bailarina rebosante de luz, les demostraba a las personas su entendimiento. La expresión de su alma, transmitida por su cuerpo. La música la inspiración más grande en su pura totalidad. Y los aplausos le reconocían su ostentoso y grandioso talento.