Luces extrañas sobrevuelan los cielos de una noche cálida extraños objetos sin identificar se hacen presentes todas la noches. Sucesos que llaman la atención a los lugareños ven que descienden naves pero nadie se atreve a entrar para investigar.
En lo profundo de un bosque, un grupo de chicos hicieron una excursión. Junto a los profesores de su escuela, pero nadie les advirtió que allí no deberían haber entrado jamás.
Luego de haber disfrutado la mayor parte del día, los profesores les dijeron a los chicos que era hora de irse, tomaron sus pertenencias y retomaron el camino pero el camino se volvió un círculo sin salida.
Sin embargo se dieron cuenta que nadie había prestado atención por cuál camino habían venido.
Pensaron que estaban cerca de la carretera porque no habían caminado mucho sin embargo no fue asi. Cuando se dieron cuenta la noche caía sobre ellos obligandolos a permanecer allí, empezaron a sentirse un poco nerviosos.
No querían quedarse en el medio del bosque la noche era extremadamente oscura ya que no había luna. Algunos sugerían ir por el norte otros por el sur, pero nada funcionaba estaban totalmente perdidos en el medio de aquel inmenso bosque.
Nadie quería pasar la noche allí pero el profesor pedía que hicieran sus carpas porque, el sol ya se había ocultado. Y no había manera de que pudieran ubicar el camino nuevamente, debido a la total oscuridad.
Permanecieron en sus carpas, alumbrando sólo con la luces de sus celulares y de la poca batería que les quedaba, tampoco podían llamar a nadie porque no había señal. Intentaban dormir, pero afuera se oían crujidos entre las hojas secas. El profesor les decía que sólo eran animales, que salían a cazar. Intentando tranquilizarlos un poco. Pero hasta ellos mismos confundían aquel sonido como si alguien caminara en medio de la noche, pero quién se atrevería hacerlo en medio de un bosque y a esas horas.
—Les propongo algo, juguemos adivinar, ¿cuál, es el color favorito de cada uno? diciendo la primera letra—
—Muy bien comencemos— ¡dijo el profesor!
—Lo único que me faltaba, jugar un juego estúpido como si fuéramos unos niños—¡Dijo césar!
—Relájate, es sólo para pasar el tiempo y que amanezca de una vez por todas y largarnos de este bosque— Insinuó Camila.
—A... ¡dijo Pablo! ... amarillo...
—no azul— Rieron todos
—Negro— dijo una voz horrible, ronca y no parecía humana. Y provenía de afuera al mismo tiempo que se oían el crujir de las hojas.
—¿Quien dijo eso?—preguntó Pablo totalmente aterrado.
—¿Quien fue el que se hizo el gracioso— insistió Camila.
—No fuimos nosotros, esa voz vino de afuera—dijo el profesor, con muchos nervios y haciendo señas de que no hicieran ruido y apaguen los celulares.
—Pero...¿cómo es posible, acaso hay gente afuera?
—Silencio, escuchen—dijo el profesor
Se podía escuchar pasos y quejidos. Se miraban entre ellos espantados y el miedo que sentían no se podía explicar. Mientras tanto el celular de césar comenzó hacer un ruido extraño y no podían apagarlo.
Entonces percibieron unas luces brillantes que enceguecian y traspasaba la carpa. Estaban muertos de miedo y en ese momento, entre medio de gritos y llanto. La carpa fue arrastrada hacia arriba llevándolos a todos quien sabe donde.
Sus familiares los buscaron intensamente por aquel inmenso bosque, pero nunca más se supo de ninguno de ellos.
Algunos lugareños les contaban, que aquella noche,vieron luces extrañas rondando el lugar y seguido de eso, se escucharon gritos espeluznantes. Cuando es así, hay que correr decían algunos y esconderse en donde sea, de lo contrario, serían raptados y sometidos a torturas y experimentos que practican estos seres que habitan allá arriba.