Relatos cortos de un cuervo colorido.

El loco caballero vampiro.

Esta es la parodia del inicio de Vampire Knight, es exagerado así que su humor no tendrá mucho sentido, disfruten.

 

La nieve blanca caía hacia mis pies, por alguna extraña razón no recuerdo nada, ¿quién soy?, sabrá Nemo… Una voz me habla una y otra vez «quiero tu sangre, quiero tu sangre», un hombre con vestimenta gruesa me mira de manera tan fija, como si fuera la única en su campo de observación, la voz de nuevo me habla…

—No, estúpida. —Una mujer con ropas de indigente se ubicaba detrás de mí, su entrecejo estaba fruncido, sin olvidar que me miraba tratando de contener su poca paciencia—. Necesito sangre para mi hermano enfermo y tú eres la única pendeja que está en medio de una tormenta de nieve.

—Eh, señora, si no le molesta, interrumpe mi momento de dramatismo.

—Estas protagonistas, siempre dramáticas. —Había rodado sus ojos mientras acomodaba su cartel de “Soy Stripper por sangre, preferiblemente tipo O+”.

Volviendo a la escena… Miro mis guantes, tratando de recordar claramente, en cambio, no se me viene nada a la mente. Levanto la mirada y veo al señor de ropa gruesa que me había estado mirando antes, sus ojos eran rojos y su bufanda tapaba su boca, mientras su abrigo se movía por culpa del viento.

—Señorita, ¿está perdida? —su voz daba más miedo de lo que me imaginaba—. ¿Podría…beber tu sangre?

—¡Oye, viejo con conjuntivitis! —exclamó la señora indigente apuntándolo con el marcador rojo el cual utilizaba para retocar el letrero—. Yo la vi primero, así que jódete.

El hombre no hizo caso y solo se me abalanzó, grité con todas mis fuerzas, la señora le lanzó un zapato… qué ayuda. Sangre se derramó en la nieve, abrí los ojos con un temor en mi ser, estaba viva; pude observar cómo un muchacho le había atravesado la cabeza con el brazo y yo no me asusté de esa escena, porque así lo quiso la autora original.

—Eres una desgracia como vendedor de drogas —dijo mientras lamía la sangre de su mano… parece un buen muchacho, sanguinario, capaz de matarme con la Manuela, pero al fin y al cabo un buen muchacho. Él me extiende su mano—. ¿Estás bien? —Le recibo, ya saben, como si fuera lo más normal del mundo irte con un narcotraficante.

Y la señora…bueno, ella estaba recogiendo la sangre del hombre que estaba muerto en el suelo.

—No se moleste, es O- —le informó mi salvador.

—¡Mierda!

 

Yo corría entre la multitud de estudiantes hormonadas que estaban rodeándome, pidiendo permiso hasta hacerme frente de ellas y detrás de la gran puerta de la clase nocturna, una llena de vampiros para ser exactos, ¿por qué hay vampiros?, simple: ese día el director se cayó de la cama o-no-me-acuerdo, se fumó las hojas de su árbol de naranjas y se le ocurrió la idea de hacer que vampiros y humanos conviviera juntos (a pesar que ni siquiera se juntaban ambas especies por más de un minuto).

—¡Todas vuelvan a sus dormitorios! —grité, pero al parecer todas se quejan.

—Nos dices eso porque te quieres quedar con ellos, Cross.

—¡Sí! Quién sabe qué es lo que tú y Kiryuu están haciendo con la clase nocturna —¡¿Qué?! ¿Las muy estúpidas piensan que Zero y yo hacemos una orgía con ellos?, pensé que eso solo me lo imaginaba yo.

—¡No es eso!, es mi deber como vigilante o algo así me dice el director. —De la nada todas suspiran y gritan los nombres de algunos integrantes de la clase nocturna, yo las empujo para que se aparten, ya saben, por si acaso le golpeé en la cara a una.

Las puertas se abrieron, no otra vez… Volteo y las muy desgraciadas ya están en fila, calladas, me hacen quedar mal las pendejas, sé que quieren follar, pero por lo menos que se aguanten, esperen, creo que se me estaba olvidando algo. De la nada, una carterita me golpea la cara.

—¡No los dejas pasar, perra! —Ah, sí, se me había olvidado que estaba bloqueando la entrada, así que por fin decido retirarme del camino.

Todas suspiraron al ver todos los integrantes de la clase nocturna, mientras que yo me agaché para revisar la carterita que me lanzaron, ¡já!, la muy idiota me la lanzó con dinero, ah, no, esperen, son falsos, esto es jugar con mis sentimientos, quería comprar aquel celular que me vi, lo vende un muchacho que por alguna extraña razón, en el aviso puso: “Se venden celulares usados y si encuentra su celular, le hacemos un descuento”.

—Hola, chicas, ¡espero que hayan soñado conmigo! — Un rubio animado saludó a las chicas.

—¡Lo hicimos! —Éstas sirven para un coro.

—¡Aido…Kain! —Oh, no, ya viene sus famosos disparos al corazón; no, enserio, sacó un revólver de su chaqueta blanca y le disparó a la muchacha…espero que tenga un buen seguro de vida que pague la funeraria y los chocolates de su hermano.

—¡KYAAAA, dispárame a mí también! —Allí es donde todas van a que les disparen mientras que sigo rebuscando en la carterita, ¿esto era un condón?, bueno, se lo guardaré a Zero, a ver si decide perder la virginidad y que no meta la pata al hacerlo.

—Yuuki, ¿estás bien?

—¡No es para mí, es para Zero! —Veo bien a quién está al frente de mí, y es Kaname, quien me mira extraño mientras me extiende una mano para levantarme—. ¿Kaname?

De una vez me levanto.

—No seas así, Yuuki. Me hace sentir solo. —Él se levanta también, me sentía muy pequeña a comparación de él, aunque no sé porqué se siente solo, anda más acompañado que yo.

—Bueno, es porque tú me salvaste de aquel narco pedófilo. —Él posó una mano en mi cabello, como si fuera un perro.

—No tienes por qué preocuparte de eso…—Su mano trata de bajar hacia mi mejilla pero alguien le aparta la mano, Zero, mirándolo de manera amenazante.

—¡Zero!

—Las clases ya van a comenzar, Kuran —Kaname retira su mano ante la advertencia de Zero, esos dos nunca se han agradado, ni se quieren ver en pintura.

—Qué miedo. —Comienza a retirarse, bastante callado, al parecer, Zero arruinó su humor, pero voltea la mirada—. Señor vigilante.



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En el texto hay: humor, de todo, lgbt

Editado: 27.02.2021

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