Relatos cortos: No es lo que parece

¿Es una historia triste?

Por aquel entonces estaba sola en casa, mi madre trabajaba todos los días y muchas noches, mi padre no nos prestaba atención, cuando mis padres se juntaban solo discutían y mi hermano los calmaba y también me calmaba a mí que no podía dejar de llorar, pero se fue de casa y no supe otra vez de él.
Cuando tenia 8 años, me ingresaron en el hospital por primera vez, conocí a un chico y su hermano gemelo, estos chicos fueron mis primeros amigos.

Pasaron los años y cumplí los 12 años, yo me había enamorado de uno de los gemelos, Dylan. No sabia como decírselo, yo era muy tímida.

Dylan y su hermano Benjamín apenas salían del hospital, aunque yo por una enfermedad solía estar muy débil y no paraba de entrar y salir.

Esto a los 14 años paró. Los tres nos mejoramos y llevábamos ya unos meses sin pisar el hospital. Entonces entró un nuevo chico al grupo, yo le tome mucho cariño, era como mi hermano pequeño, solo tenia un año menos que yo, pero es que los gemelos tenían tres años mas que yo y siempre me lo hacían notar.

Un año mas tarde seguía enamorada de Dylan decidí decírselo, pero su respuesta fue un no.

Nos dejamos de ver por un tiempo, y yo tuve que volver al hospital, cuando paseaba por ahí vi a Dylan en una habitación, lo que me extrañó. Se supone que ya estaba recuperado. Entré y el tampoco esperaba verme ahí. Entonces su hermano salió conmigo y me lo contó todo...Cuando yo le confesé mis sentimientos, unos días antes a él le habían diagnosticado cáncer y por eso decidió decirme que no, porque tenia miedo de morirse y dejarme sola. Por eso se alejo de mí, esperando a que encontrase otra persona.

Entré a la sala y vi a Dylan, el último en entrar al grupo osea Alex estaba llorando, mañana operaban a Dylan.
Me acerqué a la camilla y él sonrió, siempre lo hacia, por muy mal que se sintiese.
«No llores»-me dijo, hasta ese momento no me había dado cuenta de que estaba llorando, me hizo prometerle que tendría un final feliz, juntos o no.

Al día siguiente fui a verle antes de la operación y él me dió mi primer beso, después sonrió entre lágrimas y se lo llevaron, era la primera vez que lo veía llorar.

Horas más tarde el doctor nos lo dijo, la operación no había salido bien. No podía parar de llorar, Benjamin y Alex también a lloraban conmigo.

Unos meses más tardes yo seguía destrozada y Alex vino a verme, Benjamín había muerto, bebió mucho y cogió la moto, que idiota.

Hoy a los 23 años, fue la primera vez que fuí a sus tumbas. Pasé cerca de un año llorando por los dos, pero después de aquello mi vida siguió.
A veces tengo que ir al hospital para revisiones pero nada grave. Alex es mi mejor amigo y nos vemos casi diariamente.

Hoy estuve recordando a ese par de gemelos que si no hubiesen estado ahí, ahora no seria como soy. 
Ellos me enseñaron lo que era tener una familia.

 




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