Situación -2:
- Un grupo de amigos.
- Un bar con "barra libre".
- Los amigos te dejan sola con un desconocido/"conocido" con varias copas de más.
Resultado:
Una resaca y alguien en tu cama (¬v¬).
≫──────≪ •☆• ≫──────≪
- Mi cabeza...- el sonido de la alarma de mi celular parecía ser una orquesta de gatos en una lavadora descompuesta.- nunca más aceptó ir con los chicos a una fiesta... - me queje lanzando el aparato lejos.
Con dificultad levante mi cabeza, la tenue luz de la mañana se paseaba temerosa por entre las cortinas a media asta de mi ventana, todo a mi alrededor era un desorden, entre basura de fiesta hasta ropa ajena a la mía y mía igual, pero era porque los cajones de mis mueves estaban salidos de sus lugares, quizás los chicos dieron una "mini fiesta" en mi cuarto y de seguro los encontraría en la sala, en la cocina y hasta en el baño dormidos. Al mirar con más detalle a mi lado, pude ver un gran bulto moverse envuelto con algunas sábanas, que apenas me dejaba ver una pequeña porción de cabello extrañamente conocido, que con cierta curiosidad removí para ver con más detalle lo que escondían estas.
- ¡¡AHHH!! – Del puro asombro grite y ambos caímos hacia ambos costados de la cama.
- ¿Qué te pasa? – dijo molesto asomando la cabeza.
- ¿Q-qué te pasa a ti!... – tartamudee nerviosa.- ¡¿Cómo llegaste aquí!?
- Tú me trajiste aquí, - lo dijo como si fuese lo más natural del mundo.- ¿o es que acaso no lo recuerdas?
- ¡Claro que no! – grite más alterada que antes.
- Hey, tranquila, no te alteres... - se levantó mientras lo decía, apenas en ese momento me di cuenta que no tenía nada puesto sobre su torso.
Como si fueran pocos los nervios que tenía, me revise alterada si aún tenía mi ropa puesta, habiendo notado que si había un poco de ella en el suelo, lo bueno es que no era así, aunque no tenía la misma camisa que elegí y en su lugar tenía una camisa masculina.
- Calma, no pasó nada de eso.- rió burlón ante mi expresión.
- ¡¿Qué se supone que pasó anoche?!
- Será mejor que hagas memoria tu misma, querida... - sonriendo se acercó a mí, depositando un suave beso en mis labios.
No supe como reaccionar ante eso, me había quedado petrificada y solo entre en razón cuando la puerta de mi cuarto se cerró.
- ¿Qué clase de estupidez hice anoche?...– esa frase me persiguió mientras intentaba recordar los hechos.
≫──────≪ •☆• ≫──────≪
#8515 en Otros
#2605 en Relatos cortos
#1263 en Humor
historiascortas, aventura giros inesperados, historias unicas
Editado: 05.06.2023