Capítulo 2: Amando a Mateo

Raquel

Las luces centelleantes del árbol de Navidad iluminan la sala, mientras el cálido aroma a canela y vainilla flota en el aire. Esta será nuestra primera velada navideña como familia, con Lucius, Mateo y el recién nacido Asher. Los cuatro nos encontramos reunidos alrededor del árbol, con la esperanza de crear recuerdos que atesoraremos por siempre.

También será la primera Navidad de Mateo y quiero que sea inolvidable. 

—Este adorno fue el primero que compramos juntos, ¿recuerdan? —Les pregunto mientras lo coloco en el árbol. 

—Sí, aquel día en que decidimos construir nuestro propio hogar. —responde Lucius llegando a mi lado. 

Mateo, ahora un joven adolescente, sonríe mientras sostiene a Asher en brazos, fascinado por las luces parpadeantes.

—¡Mira, Asher, es la primera Navidad que recordaremos! —exclama riendo. 

Asher, en brazos de Mateo, responde con una sonrisita contagiosa.

—Y este pequeño niño nos ha traído tanta alegría este año —digo mirando al pequeño—. Al igual que tú, amor. —Esta vez le hablo a mi hijo mayor. 

—Sin mencionar las noches sin dormir. —bromea mi esposo. 

Todos reímos, compartiendo una complicidad que solo las familias conocen.

—Estoy agradecida por esta familia, por cada uno de ustedes. La vida nos ha llevado por caminos inesperados, pero aquí estamos, juntos. —Les digo a mis hombres. 

—Y no cambiaría nada de eso por nada en el mundo. —musita Lucius.

La chimenea arde suavemente, proporcionando un resplandor adicional a la habitación festiva. Decidimos intercambiar regalos, y Mateo presenta un pequeño paquete a Asher.

—Tu primer regalo de Navidad, hermanito.

Asher, con sus ojos curiosos, abre el regalo con la ayuda de Mateo, revelando un tierno juguete.

—Este es un día especial, lleno de amor y nuevas tradiciones. —acoto, mi voz cargada de sentimientos.

La melodía suave de villancicos llena el espacio mientras nos abrazamos, compartiendo el calor de la Navidad y la dicha de estar juntos. Este especial de Navidad, con risas, amor y pequeñas sorpresas, se convierte en un capítulo más de nuestra historia, marcado por el lazo indestructible que es la familia.