Relatos de amor

Capítulo 3: Amando a Nara

Deo

La sala está llena de risas y el suave tintineo de campanillas navideñas. Las luces parpadean en el árbol de Navidad, llenando la habitación con un resplandor cálido y acogedor. 

Los pequeños, Nara, Xander y Vania, están sentados ansiosos alrededor del árbol, con los ojos brillando de anticipación. Adara, con su sonrisa radiante, está ocupada en la cocina finalizando los toques finales para nuestra cena de Nochebuena.

El ambiente festivo llena la casa y crea un cóctel embriagador de emociones. Tomo a Nara en mis brazos y le señalo el árbol resplandeciente. 

—Mira, cariño, las luces son como pequeñas estrellas brillando para nosotros.

Nara asiente con entusiasmo, sus ojos centelleando. 

—¡Y hay regalos debajo del árbol! ¿Podemos abrirlos ahora? 

Río suavemente y la abrazo un poco más fuerte. 

—No todavía, princesa. Primero, hagamos una foto juntos frente al árbol. ¿Qué dices? —Le pregunto. 

Nara sonríe ampliamente, y Adara se une a nosotros, llevando a Xander en sus brazos y Vania correteando detrás. La escena está llena de alegría y amor. Después de la foto, nos dirigimos a la mesa donde una deliciosa cena nos espera.

El aroma a especias navideñas llena la habitación cuando Adara coloca la bandeja de galletas de jengibre en la mesa. Xander y Vania inmediatamente se lanzan sobre ellas, ansiosos por decorar las galletas con glaseado y chispas coloridas.

Miro a Adara con una expresión cómplice y susurro: 

—Esto parece una batalla de chispas más que una decoración de galletas.

Ella se ríe y asiente. 

—¡Bienvenido a la diversión caótica de la Navidad con niños pequeños!

Mientras disfrutamos de la comida y las risas, me doy cuenta de cuánto he llegado a amar esta familia que hemos formado juntos. El sonido de la risa de los niños llena el aire, creando una sinfonía de felicidad. Adara y yo nos miramos y compartimos una mirada que habla de gratitud y amor, un lenguaje que solo entendemos nosotros dos.

Después de la cena, nos dirigimos al salón para abrir los regalos. La sala se llena de papel de envolver arrugado y exclamaciones de alegría mientras los pequeños descubren los tesoros bajo el árbol. Nara se aferra a su nuevo juguete con entusiasmo, y Xander está fascinado con un set de construcción que le regalamos. Vania se emociona con una muñeca adorable.

Miro a Adara, agradecido por estos momentos especiales. Nos tomamos un momento para intercambiar regalos también. Le entrego un pequeño paquete a Adara y la veo abrirlo con curiosidad. Dentro, encuentra un collar con un dije en forma de corazón.

—Es hermoso —dice ella, sonriendo.

—Para recordarte que eres el corazón de esta familia —le respondo.

Esa noche, mientras los niños juegan con sus nuevos juguetes y la chimenea crepita suavemente en el fondo, abrazo a Adara con gratitud. 

La magia de la Navidad llena nuestro hogar, y en este momento, no puedo evitar sentir que todo está en su lugar. La familia, el amor y la esperanza resplandecen como luces de Navidad, creando una atmósfera mágica que nos envuelve a todos.

 




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