Relatos de amor, dolor y shhh... Los pasos de la muerte.

Relato3: Los ojos en la ventana

"Una mirada puede arrebatarte el alma"

La mirada de aquel hombre pálido atravesaba mi espalda como si quisiera arrancarme el alma. 
Eran quizás pasada las 12 de la noche cuando mi madre, que estaba ya acostada en su pieza, escucho el ruido de la puerta de alambre abrirse. 
Por su mente pasó -Ya volvió Darío- y en un grito no tan fuerte le avisó a mi hermano qué se encontraba en la cocina con las luces apagadas mirando la televisión. Este miro la ventana y vi una sombra pasar la cual no le tomo mucha importancia, ni cuando está se detuvo una puerta de chapa, la cual tenía una pequeña ventana y podía ver la altura de esta, pero pensó – Quizás se detuvo a buscar la llave- por lo que volvió a mirar la tele. 
No pasaron muchos minutos hasta que se dio  cuenta qué la sombra todavía estaba parada delante de la puerta. Y que además esta era muy alta para hacer Darío. Lentamente se levantó y camino hasta la puerta pero antes llegar la sombra se movió entonces al salir la siguió hasta el pasillo, pero demás del perro que dormía plácidamente bajo la mesa, no vi a nadie más. 
Volvió a mirar de reojo el pasillo, en cuál apenas era  alumbrado por la luz del patio, pero al no ver nada decidió entrar a pesar que sentía que de la oscuridad dos ojos lo veían. 
Ya en la cocina mirando de nuevo la tele pudo ver la sombra pasar nuevamente por la ventana, pero está se detuvo en esta y miro para adentro dónde chocó con la mirada de mi hermano, el cual mantuvo la mirada por un rato para después mirar la tele y minutos más tarde ante la incomodidad de esa mirada se acostó sin contar lo sucedido. 
No había pasado 3 días cuando mi madre me despertó pidiendo que fuera a buscar de la cocina la llave para dársela a mi hermano qué volvía de trabajar. Semidormida camine para el comedor oscura y al llegar a la cocina prendí la luz. Comencé a mover mi cabeza buscando la llave, cuál encontré, al levantar la mirada y posar mi vista en el porta llaves de paloma. 
Camine para agarrarla entonces sentí que mi espalda era puñalada por la mirada de una persona. Al darme la vuelta me encontré con aquellos ojos sin brillos, los cuales no parpadeaban, de rostro alargado y piel pálida. 
Con su fría mirada sin sentimientos sentía que me arrancaba el alma por lo que corrí hasta la pieza avisarle a mi madre. 
Está se sentó en la cama y me dijo tranquilamente -Es Gabriel-pero al decirle que esa persona estaba en el pasillo salto de la cama y en un grito le avisó a mi hermano. 
El lo busco por toda la casa pero no encontró a nadie y al día siguiente mi hermano Lucio con todo lo que él había vivido.  
Aún no sabemos quién era pero todavía no puedo olvidar esos ojos los cuales aparecen en mi sueño queriéndome todavía arrancarme el alma. 
  Siempre presta atención a tu alrededor pues hay espíritus que desean llevarte y arrebatarte el alma.



 



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En el texto hay: supenso, muerte, terror

Editado: 20.11.2022

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