Hace unos días me avente un pleitazo digno de hacerse viral en facebook con una señora muy cerrada de mente.
Un niño fue "abandonado" en la calle. Aproximadamente con 7 horas de nacido. Se emite alerta Amber para buscar a sus familiares.
Esta señora señala con su dedo juzgador y malintencionado que (cito textual) "para que abren las patas si luego los van a abandonar o a peor aún a abortar".
Y ahí voy yo como gorda en tobogán.
Porque desconozco la circunstancias en las que ese bebé fue "abandonado" ; no sabiendo si realmente fue la madre quien lo dejo ahí, o si ese niño fue robado, o que situación desesperada o violentada llevo a ese niño a tales circunstancias.
Pero me quedé pensando y se los comparto porque ya saben cómo soy.
Generalmente evito tocar temas polémicos o que puedan causar disgustos, porque somos un mundo de ideas, de creencias y pensamientos distintos.
Yo, Liz, estoy a favor del aborto (seguro, legal y gratuito).
Y también, yo Liz, no abortaría.
Y es que una cosa no tiene nada que ver con la otra.
Yo no lo haría porque va en contra de lo que YO creo, de lo que yo siento y porque (gracias a Dios) jamás me he encontrado en una circunstancia que me lleve a considerar esa opción.
Pero esto no tiene que ver solo conmigo. Tiene que ver con todas. CON TODAS. Y es ahí donde entra mi apoyo a qué el aborto sea legal.
Me sorprende que la mayoría (no todas) las personas relacionan el aborto a mujeres irresponsables, promiscuas, putas pues.
Lo primero que sale de la boca de mucha gente acusadora es "para que no se cuidó"; es más hace no mucho leía a alguien que dijo "mejor quítenles la matriz" y me pareció terrorífico.
Pero vuelvo al mismo punto que siempre he defendido. ¿Dónde quedó la empatía?
¿Porque señalar con el dedo acusador en vez de extender la mano con sororidad y empatía?
Existen taaaantas posibilidades: desde un condón roto, un error de cálculo, un fallo en el método anticonceptivo hasta una violación, una mujer que vive bajo violencia doméstica, una mujer ignorante, una mujer joven sin experiencia.
La maternidad debería ser por elección, con convicción, con amor. Y no nada más porque biológicamente somos capaces de dar vida.
Y me cuesta decirlo eh, no es fácil, porque insisto, jamás me ha pasado por la mente esa posibilidad. Pero, también veo a mi alrededor casos de mujeres recelosas de haber tenido que ser madres, que crían con recelo, con violencia, con tan poco amor. Porque no querían ser madres, pero eso "les tocó".
Ojo, no quiero decir con esto que ¡arriba la irresponsabilidad!, y que vayamos por la vida sacándonos hijos cada vez que la "caguemos".
¿Se fijan como el aborto se le achaca a la mujer, se le juzga a la mujer, se le señala a ella?
Para la fecundación se necesitan dos células: la femenina y la masculina.
¿Osea que si salgo embarazada de un hombre que a la mera hora me da la espalda o me maltrata o simplemente me abandona yo me tengo que aventar sola?
La mujer no tiene el derecho de decidir sobre su maternidad, pero el hombre (en algunos casos) con la mano en la cintura se va.
Insisto. Ejemplos de situaciones que nos puedan llevar al aborto hay miles.
Situaciones en las que afortunadamente jamás me he encontrado.
Me imagino un caso extremo.
Hagamos el ejercicio.
Imagina que estás casada en un matrimonio estable y ya tienes un@ hij@. No planeas más. Pero algo fallo: el método, la cuenta, la cirugía, lo que sea.
Y entonces el médico te dice que estás en riesgo. Y de continuar, tu vida corre peligro.
Si mueres, tu hij@ se quedará sin mamá. Tu esposo viudo, tus padres destrozados.
¿No te encantaría tener la opción de elegir?
La que sea que eligieras. Aventarte el tiro o interrumpir el embarazo.
Pero que te fuera otorgada la OPCIÓN.
Eso es lo que yo defiendo. Lo que yo deseo.
Que todas las mujeres en el mundo tengan la opción de elegir sobre su vida, su futuro, su salud.
Yo no lo haría, pero me gustaría que Luciana tuviera la opción de elegir cuando sea una adulta. Y bajo la circunstancia que sea, yo, su madre voy a apoyarla. Porque quiero que sea feliz.
Mi chamba como mamá en ese sentido es grande. Y con dos tareas importantes:
1. Educar a mi hija sobre su cuerpo, su sexualidad, sus decisiones.
Mostrando al sexo como algo natural, increíble, pero también como una gran, gran responsabilidad.
Para que ella decida cómo vivir su sexualidad de la manera más responsable posible.
2. Luchar porque ella siempre tenga la opción de elegir. De decir SI o NO en cualquier aspecto de su vida.
Y apoyarla por sobre todas las cosas. Para eso soy su mamá.
Si no soy yo, ¿quién?
Es por eso que creo que debemos de informarnos, de dejar de lado "lo que yo creo" y apartando el egoísmo para poder luchar por un bien común.
El aborto no es ir "matando" niños como Herodes.
El aborto legal es brindar la opción a las mujeres de una maternidad plena, deseada, amada.
Es brindar a los niños que vienen a este mundo la oportunidad de tener una vida digna, sana, una crianza amorosa, llena de esperanza.
Decir que todos tenemos derecho a la vida suena maravilloso y romántico; pero la (triste) realidad es otra.
Niños maltratados, explotados, abandonados (en compañía) por padres que no tenían el más mínimo interés de críar.
Niños que crecen en soledad, con resentimiento, con recelo, con tristeza en el corazón.
Niños que el día de mañana serán adultos a los que vas a reprochar como sociedad, cuando no fuiste capaz de tender una mano en su niñez.
Si quieres en verdad apoyar, lucha por la elección, lucha por tender una mano a quien necesite ayuda.
Educa con responsabilidad a tus hij@s para que el día de mañana tengan una sexualidad libre, plena y sobre todo responsable.
Que el aborto sea la última opción, pero que la puerta siempre este abierta para quien la necesite.