Título y Autor - Dedicatoria - Prólogo

 Relatos de Terror y Misterio

Diego Leandro Couselo

Al miedo mismo que nos invade, y al mismo tiempo nos hace valientes. No teman, no huyan. No hay forma de escapar. Solo enfrentar.

Prólogo.

Quizás el terror sea, junto al misterio dos gotas de un mismo vaso. Y es que el misterio encierra un tanto de terror, es un camino a las maquinaciones que dentro de la curiosidad nos hacen abrir puertas desconocidas, y la mente nos juega en falso en cada paso con sensaciones macabras que se generan en lo más recóndito de nuestro ser. Y luego el terror provocado en su mayor morbo que solo es percibido por el ojo humano que transmite aquella sensación provocada por nuestra propia mente desquiciada, por insólitas situaciones generadas por seres desconocidos, que a veces somos nosotros mismos. Monstruos, fantasmas, formas de otro universo, y la propia mente insana, que lleva a cometer las atrocidades más espantosas. A veces en nombre de la justicia, otras por placer, otras por odio, amor, desenfreno, etc.

Una serie de relatos contempla, el dolor, el sufrimiento, y las fantásticas; maneras de hacer temblar la piel del lector con cada mini relato eterno en sus palabras. Y la sensación terrorífica de que nunca sabremos lo que este oscuro mundo oculta. Mientras tanto vamos por la vida intentando actuar según reglas de la sociedad, hasta que alguien se nos sale del camino, Alguien, o algo que no comprenderemos jamás, pero és, y está allí esperando que alguna victima sea su carne para el festín. Mantengan los cuidados respectivos, nunca saben si su vecino, amigo, familiar, o cualquiera en esta vida esconde algo de lo cual pueden arrepentirse si se enteran.

Sobre todo si el terror, es su arma más intensa a la hora de perpetuar un hecho bello, artístico, y desagradable al espanto de quienes somos. No se asuste, ni tema a lo que leerá, lo que imaginará, lo que tal vez le suceda por atreverse a ingresar en donde nadie nos llama. La sangre es el río predilecto donde ingresar a este averno lleno de historias que traman la muerte como un faro de luz para quienes están sufriendo y no pueden dejar el dolor que los encarcela en el hondo y oscuro hoyo en el cual descansan las almas. Cuidado que lo que leerá, puede no ser lo que usted quiera de verdad, observar. Cuidado dice un letrero al ingresar. No seremos responsables de lo que en su corazón pueda palpitar.

Diego Leandro Couselo