Relatos De Terror Y Misterio

El último truco de Tanner. -

Harry quería ser como Harry, y elaboro e intento infinidad de veces el truco mágico de la caja bajo el agua. No daba resultado.

 

 

- Sáquenlo urgente. Sáquenlo de allí – Grita uno de los marinos – las personas agolpadas en el puerto.

 

 

Al abrirse la caja, la hipotermia se presentaba como lujo de detalles. Un cuerpo helado encadenado hasta los dientes, y las esposas cercenando la libertad de las muñecas de unas manos que apenas podían moverse.

 

 

Le dieron respiración boca a boca, primeros auxilios urgentes. Lograron reanimarlo.

 

 

Era otro del montón que no pudo lograr la hazaña del tal húngaro que maravilló a New York.

 

 

Un mes hospitalizado. Tuviste suerte otros están bajo tierra lamentándose con los gusanos le comentó un enfermero.

 

 

En su casa al regreso, pergeño nuevas formas para el truco de la caja bajo el agua.

 

 

¿Pero cómo lo hacía?

 

 

En una visita al barrio de Harlem, en Manhattan Tanner hizo una suerte de excursión. En medio del recorrido se alejó del contingente de turistas. Paso a paso sigilosamente ingreso a la habitación propia del Mago. Revisando cajones con cuidado de no dejar marca alguna, no encontró más que recortes de diario, y algunas notas de sus trucos. Un cuadro en blanco y negro de una foto denotaba la magnificencia del húngaro.

 

 

Tanner se sentó en su cama, y allí verificó la mirada de aquella imagen con cara seria.

 

 

¿El que había engañado sería? ¿O que rayos ocurría?

 

 

Se le entumecieron los ojos con el aire ranció. No había huellas de ningún tipo, y se acercó a esa foto. Frente a frente se miraron sigilosamente ¿Cuál es tu secreto? Poso su dedo sobre la mirada señalando su culpabilidad con grosería. Sin querer se movió aquella, y una pequeña nota cayó de aquel. Al observarla, tenía unas palabras.

 

 

 

 

 

Querido amigo, tu talento es inefable. Pero la muerte no puede ser burlada. Ven a verme en cuanto puedas. La materia es materia, que puede jugar en el espacio. Tu amigo

 

 

Arthur Conan Doyle.

 

 

¿El escritor tenía que ver algo con ello? Tal vez debería pedir ayuda a Sherlock Holmes se decía entre palabras cruzadas de confusión.

 

 

Solo quiero el truco de la caja. ¿Pero cómo?

 

 

Comenzó su investigación entre el vínculo de uno y otro. El escritor, estaba inmiscuido como Harry en lo oculto, y no tardo en encontrar quien lo ayudase. Al contactar con un pariente de Harry, este le dio una dirección

 

 

- ¿Usted sabe que este mundo, no es como el suyo no?

 

 

 

Lo comprendía, pero no importaba. Fue a la dirección justa. Un caserón escondido de un Getto perdido. Allí lo esperaba alguien sin rostro, con una máscara. Hace años vinieron por lo mismo, y por lo mismo se han ido. Usted sabe en lo que se mete, le comenta con firmeza.

 

 

Al iniciar la sesión, se vio obligado a dar algo de si para tener algo. El místico se lo dijo claramente. Muchos no han regresado solo Harry. Se abrieron las puertas, y allí en la nada se encontró con la caja en medio de un centro, y se acercó a ella, al abrirla, de allí salió la bestia. Engendro que se le abalanzo con fuerza. ¿Qué eres? La criatura desapareció.

 

 

Al voltearse podía ver como ella, se alimentaba, de un cuerpo en descomposición. Era un viajero que había fracasado. Este corrió sobre un pasillo. Tanner estaba desesperado. El pasillo era interminable. Una pequeña puerta se veía, pero jamás podría llegar a ella. La criatura lo perseguía con un cuchillo filoso cortando su hombro con furia. La sangre se esparcía generando un sinfín de caminos que se abrían en todas direcciones. La bestia se alimentaba de ello. Se impregnó de un azafrán oscuro en su cuerpo. Tanner continúa corriendo, y un hoyo grande lo traga cayendo a un precipicio interminable. Su voz se escucha en un eco mortal, y regresa donde vino, al despertar la bestia lo mira y clava su daga en el pecho. En su tórax se forma una masa de piel como volcán expulsando la sangre en una erupción. Tanner grita de dolor, y los intestinos escapaban por allí, como parte de la musculatura gastada en nervios que lo consumen. La criatura se ríe, y

 

 

 

 

 

comienza a clavar una y otra vez sobre el hombre. Éste saca por la desesperación un reloj de su bolsillo con una cadena. El reloj es introducido en la boca de aquel monstruo. El tiempo se detuvo, y el hoyo vuelve a tragar a Tanner, que cae indefinidamente en un vorterix dimensional sin retorno. Se desmaya, y despierta allí dentro de la madera en versión de cajón, encadenado, con esposas en sus manos. El aire se acaba, y el agua congelada ingresa hasta cubrir todo. Apenas puede respirar y el frio, lo consume. Cierra sus ojos, dibuja su escape, dibuja su mente. Su cuerpo no existe, el no existe. Ya nada existe. Poco a poco se desvanece; pierde la conciencia. Y cae, cae por el hoyo nuevamente sin suelo firme, y caerá por siempre.

 

 

Al despertar, estaba fuera de una caja de madera repleta de gruesas cadenas en su casa. El agua corría por todas direcciones. Estaba empapado, y las esposas en el suelo. La caja estaba corroída de una madera húmeda.

 

 

Tanner generó sensación por los siguientes años. Era el mago más famoso. Nadie podía descifrar el truco. El heredero de Harry Houdini, escapaba a la muerte una y otra vez.

 

¿Pero cómo lo hacía? No revelaba a nadie nada, pues él se decía que era propio de sus secretos que se irán.

 

 

En junio del corriente año, hizo un último show en un rio de aguas heladas. La caja estaba allí lista. Lo ingresaron. A él se amarraban en su cuerpo con cinco cadenas gruesas, un chaleco de fuerza. Más enlaces, y sogas. Las esposas, y demás artilugios que evitaran su escape. La mano como la de Harry se asomaba por un pequeño agujero.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.