Relatos De Terror Y Misterio

El producto.

- ¿Terminaron? - comenta la empleada de la vieja fábrica.

- Ya casi - concluye -

- ¿Por qué observan así? ¿Que no saben que formaran un bello refugio? Ellos no entendían, y sin pretéritos veían a la gran dama llevar la bolsa.

- ¿Seremos parte de esto?

- ¡Posiblemente! O tal vez no alguien tiene que hacer el trabajo.

- ¡Continuemos mejor!.

La mayoría eran atraídos por diferentes pretextos para el negocio que era un éxito rotundo. Luego de ingresar al cuarto pasaban por la maquinaria donde se los bañaba en aceite. A otros conforme el pedido se lo encerraba. Sin luz, con luz, dándoles de comer, o no. Todo dependía del requerimiento. Luego se los apilaba, en una cadena de montaje taylorista, para enfrascarlos. Había quienes sonreían, se asustaban, o apenas podían abrir los ojos.

El futuro mundial era una división donde una clase desprovista de derechos se los seleccionaba, y a veces se los cazaba. La moda vil y mentirosa de la sociedad maravillaba como un diamante éste innovador lucro. Y la gente quiere más y más.

En un futuro no muy lejano, y tal vez muy cercano, seremos parte de lo que ya somos. Un lugareño, se inmuta en una vitrina de un negocio a las afueras. "Tenemos cabezas de todo tipo. Sorprenda a su familia, amigos, novia, e hijos". Sonríen, lloran, dramatizan, y ríen. Usted elige"

El lugareño asintió señalando con su dedo una de ellas ¡Quiero!. La decisión fue tan veloz como la bolsa que cubrió su visión. A los tres días formaba parte como los de su raza en aquel mostrador. "El dubitativo. No se pierda este producto. Nuevos modelos de cabezas para usted.

 




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