Relatos de Terror y Misterio

Noche de maldad

Enormes ojos rojos vigilan una casa, la primera del pueblo. Desde donde está se ve en el Porsche a un hombre con rifle. Desde la ventana están una madre y su hijo observando la televisión.

—Mama, voy a salir. Tengo una cita con Jazmín, iremos al cine—dijo Michael.

—No, no saldrás. Te quedaras aquí, —dijo la madre.

—Pero, ¿por qué? —preguntó Michael—. Jazmín, ya debe estar esperándome.

—Lo dudo— dijo la madre—. Sal a la calle y obsérvalo tú mismo.

Madre e hijo salieron a la calle. Todos hombres estaban en el Porsche de sus casas con rifle en mano.

— ¡Papa, tú también! —dijo Michael al ver a su padre con un rifle.

—Sí, hijo.

— ¿Qué está pasando?

—Ven Michael, entremos. —dijo la madre a media voz.

—Mamá, estas pálida. Veo miedo en tus ojos. Dime qué está pasando.

—Está bien te lo contaré— dijo la madre.

 

Hace setenta años existió una pueblo muy prospero, Azmirdun. La minería de plata y oro permitió que el pueblo progresara. Llegaron hacendados, hombres de negocio, fascinados por los paisajes que ofrecía con su lago sinuoso y su hermoso bosque. Todas las personas se conocían. Azmirdun el pueblo idílico que toda persona desearía vivir. Los alcaldes se jactaban se decir que era el pueblo con menos violencia. Desde su fundación no había sucedido ningún asesinato. Por eso cuando un grito de socorro se escuchó en la plazuela del pueblo a la primera mañana de un lunes como cualquier otro, alarmó a los ciudadanos que inmediatamente salieron de sus casas y encontraron a Lucy Collins muerta. Una chica de apenas diecisiete años que estudia en las mañanas y trabajaba como mesera por las tardes. Los ciudadanos estaban en shock. Tenía la camisa rota, no llevaba pantalones, presentaba moretones en los brazos y piernas. Tenía un profundo corte en el estómago del que aún emanaba sangre. Miró a todos y señaló el bosque y luego su brazo cayó inerte.

Pasaron unos días y los ciudadanos comenzaron a alarmarse. Nunca había sucedido tal atrocidad. Eso evidenciaba que había un asesino en el pueblo y que lo conocían. Las noticias decían que habían querido violar Lucy, pero ella no se dejó, sin embargo no había rastros de aquella persona. Llamaron a un forense especializado del extranjero para que revisara el cuerpo. Este llegó una semana después del asesinato cuando ya era tarde.

Algunos padres asustados por sus hijas, se organizaron y decidieron por su cuenta investigar. Descubrieron muchas cosas que los escandalizaron. El jefe del restaurante donde trabajaba Lucy le proponía sexo a cambio de dinero. Sin embargo él no era el asesino. Descubrieron infidelidades por parte de esposas y esposos. Descubrieron robos, un maestro pedófilo. Estos hechos incitaron a ser más desconfiados los unos a los otros. La policía trató de detenerlos sin éxito. Lo penúltimo que descubrieron fue que un hacendado organizaba fiestas donde invitaba a los jóvenes a realizar orgias. Al sexto día del asesinato, el grupo inexpertos de investigadores tenían tres sospechosos que lograron huir y esconderse. Con esto se enardecieron los ánimos, así que como estaban seguros que el asesino eran unos de los tres decidieron que si los encontraban matarían a los tres. Al anochecer de ese día el grupo encontró a los jóvenes y los colgaron. Otro grupo aprovechó tales circunstancias para cometer otros crímenes, como asesinar a un esposo infiel, robar y violar. Toda esa noche.

El Forense a junto con su personal llegaron a la mañana siguiente. Era un caos el pueblo. Los días transcurrieron y muchas personas fueron encarceladas. El Forense revisó el cuerpo de Lucy Collins y solo pudo decir que la apuñalada era como si ella misma se lo hubiera hecho, pero eran especulaciones. Lo que si se confirmó fue que los tres muchachos colgados eran inocentes.

El alcalde del pueblo ordenó que tales acontecimientos se olviden. No se iba a hablar más de Lucy Collins ni de lo que sucedió después de su muerte. De algún modo los pueblos vecinos no se enteraron de lo sucedido. Los Forenses extranjeros nunca salieron de Azmirdun. Los meses pasaron y la vida continuó como si no hubiera pasado nada. Las únicas personas que no olvidaron a Lucy Collins fueron sus padres. No soportaban la hipocresía de la gente. No soportaban despertarse cada mañana y no encontrar a Lucy. La pareja se suicidó cortándose el cuello en público en el mismo lugar donde su hija falleció y maldijeron a todo el pueblo. Al anochecer apareció un monstruo que arrasó con casi todos los habitantes. Al día siguiente aquello era una carnicería. Había brazos, piernas, torsos regados por toda el pueblo. Luego cada diecisiete años volvía aparecer y atacaba al pueblo. Los sobrevivientes contaban que aquella criatura se asemejaba a un gusano del tamaño de un hombre con dos largas tenazas. Cada vez que se comía a alguien crecía hasta que reventaba. Los habitantes de Azmirdun intentaron abandonar el pueblo, pero comenzaban a enfermar en cuanto salían. Estaban malditos, por aquella noche de maldad donde se cometieron los peores crímenes.



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En el texto hay: misterio, suspense, terror

Editado: 16.08.2018

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