Estoy completamente desconcertado. Me siento como en un laberinto sin poder encontrar la salida. Creía que había encontrado el camino que me llevaría a un lecho de bellas rosas a tu lado, pero me equivoqué. Ahora estás desaparecida, dejándome solo en este laberinto sin salida; me abandonaste como a un perro.
"Me engañaste, me dejé engañar".
Tu endulzante voz me decía una y otra vez que me amabas; que siempre estaríamos juntos hasta nuestros finales. Estaríamos unidos hasta que el blanco se apoderara de nuestros cabellos y lo único que podría separarnos sería la muerte.
Pero ahora lo que nos separa es el no saber dónde te encuentras. ¿Dónde estás? ¿Por qué te has ido? ¿Dónde quedo el "por siempre"? ¿Por qué me dejaste abandonado como si nada de lo nuestro hubiera sucedido? ¿Por qué pisoteaste así mi corazón dejándolo sangrando mientras lo seguías pisoteando una y otra vez?
Mis lágrimas brotaron como manantial al ir a tu casa y leer la nota que me dejaste tan breve y concisa: "Siempre te querré".
Si es así ¿por qué no estás? ¿Por qué decidiste alejarte de mi si me quieres?
Me quedé paralizado, quebré aquella rosa que había cortado especialmente para ti, aquella rosa manchada de rojo, mientras mi mente no dejaba de vagar en los recuerdos que ambos creamos juntos.
"¿Dónde te encuentras en este momento?"
"¿Con quién estás?"
"¿Es buena persona?"
Me atormento cada día con esas preguntas.