Me has olvidado.
¿Por qué no contestas mis llamadas...?
¿No sabes cuánto te extraño?
Por supuesto que no, ¿cómo lo sabrás si no me das la oportunidad? Te extraño tanto que por las noches suspiro ante tu recuerdo. Tengo tantas cosas que contarte, tanto que expresarte.
Comprendo que ahora tienes una nueva vida. Entiendo que ahora te sientes libre y sin ataduras, pero, ¿qué tan difícil es tomar mi llamada, darme solo un par de segundos y escucharme decir: "Hola, ¿cómo has estado?"?
. . .