Relatos eróticos

PECADO [PARTE 1]

Tal y como lo oyen, las pesadillas y terrores nocturnos comezaron a hacer estragos a mi hermana ________ quien a diario iba a visitar la alcoba de mi madre en busca de protección y alivio.

-Es que acaso no estas ya muy grande para experimentar miedos nocturno hija?-le reprochaba mi madre a mi avergonzada hermana.

Fue así, que días más tarde, mi madre decidió acompañar a mi hermana a su primera terapia psicológica y, orientada la psicológa, llegó a la conclusión de que lo mejor era prohibirle a mi hermana dormir con ella para, de esa manera, obligarla a afrontar sus miedos por si sola volviéndola independiente y más segura de su persona.
Definitivamente __________ no estaba al tanto de esta medida pues, esa misma noche, cuando pretendia visitar la alcoba de mi madre, se encontró con la sorpresa de que mamá habia echado llave a su puerta imposibilitándole la entrada.
Fue en ese momento que ________ supo que su única opción que tenía era ir a mi habitacion en busca de "refugio y protección" y medio minuto más tarde ya se encontraba ingresando a mi cuarto en medio de la oscuridad de la noche.

-Harry, estas despierto?-la escuche decir y en ese momento, abriendo mis ojos, le vi acercandose de manera lenta pero firme.
-Que sucede?-pregunté y de inmediato me pidió permiso para dormir con migo.
-Qué hay de mamá?-
-Me ha cerrado la puerta... y tengo mucho miedo de regresar a mi cuarto sola.

En un inicio me enfureci pero era tanto mi sueño que que decidí ceder y permitirle entrar a mi cama a cambio de poder retomar mi sueño lo más pronto posible. Y así lo hice pues medio minuto después ya dormia profundamente como antes.
Habrian pasado 2 o 3 horas cuando al darme ganas de ir al baño me paré y sali de mi cuarto. Y, al volver, me dí cuenta de que mi hermana se había apoderado casi toda mi cama dejándome tan solo un pequeño espacio junto a ella. No quise discutir asi que, sin decirle nada, me subi a la cama, y como pude, me recosté junto a ella quedando en una pocision cuchara con el pene pegado a su culo.
En ese momento me quedé inmóvil, no sabía qué hacer. Podía sentir el calor de su culo sobre la punta de mi pene tapado por un bóxer de tela muy ligera.
Nunca antes había pensado en mi hermana de una forma fuera de lo fraternal pero ahora, al sentir ese culo tan redondito sobre mi pene, hacía que mi pene comenzara a crecer y crecer hasta quedar erguido y clavado sobre sus dos nalgas. Pero eso no era lo peor, lo peor era que así inmóvil como estaba, podía sentir claramente cada movimiento del cuerpo de mi hermana que a ratos hacía por pegar más su cuerpo al mío y lo único que ganaba era restregarme el culo en la *beep* con mayor claridad.
Claramente sabía que, si no hacía algo por evitarlo, tarde o temprano, como estaban las cosas, le rendiría tributo a su culo con una fuerte descarga de semen y eso me aterraba porque temía que mi hermana se fuera a despertar. Y fue precisamente por eso que todo lo que restaba de la noche la pase en vela deseando aguantar más tiempo mi descarga.
Finalmente lo logré y cuando sonó mi despertador, la única que faltaba por despertarse en la habitación finalmente lo hizo.

-Buenos días Hazza…- me dijo medio avergonzada al percatarse de lo cerca que estaba de mi cuerpo. De inmediato se alejó y, mientras salía de mi cama y se arreglaba un poco el cabello, me dijo: - por favor, no le digas a mamá que estuve aquí o me llevará nuevamente con la psicóloga…

Mi hermana no abandonó la habitación hasta que le prometí no decir nada y, en seguida que ella se fue, no tuve otra opción que sacarme el pito y masturbarme frenéticamente pensando, por primera vez, en ella.

Esa misma noche cuando apenas me acababa de acostar, nuevamente mi hermana ingresó en mi habitación en busca de asilo.

-por lo visto esta noche has venido desde temprano…- le dije y, en medio de sus sonrojadas mejillas, admitió que le sería imposible dormir sola nuevamente al menos hasta que se adaptaba al nuevo hogar.- anda pues, entra…- le dije sin estar del todo convencido pues sabía que su presencia haría difícil mi sueño como la noche anterior.

Y fue así que, en pocos minutos, mi hermana parecía estar completamente dormida y yo, al igual que la noche anterior, con el ojo pelón.
Las siguientes horas fueron de batalla mental. Sucumbía ante el deseo de frotarle el pito en el culo como la noche anterior pero me frenaba la moral y el miedo a las posibles consecuencias. Pero conforme transcurrían los minutos, mi pene se iba acercando más y más a su culo hasta que finalmente llegué al mismo y comencé a frotar ligeramente.

 

 

 

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