Relatos eróticos

DOM [PARTE 3]


Su brazo se deslizó por debajo de ella, y la levantó del escritorio, llevándola a la alfombra, donde la arrodillo al estilo perrito con los hombros apoyados en el suelo y el culo en el aire. Harry nunca paró. Golpeó para entrar en ella con tal fuerza, que tuvo que apoyarse en la alfombra o quemar la alfombra.

Y le encantó. Era el tipo de follada que había soñado durante años. Feroz. Dominante. Un hombre que se apoderaba completamente de ella.

De repente, otra liberación martilleó a través de ella, todo su alrededor se sacudió manteniendo su impulso. Ella gritó entre sus manos, las lágrimas corrían por su rostro mientras las sensaciones se acumulaban en su cuerpo, abrumada también por sus emociones.

Harry se quedó rígido detrás de ella, y sintió su esperma caliente inundándola. Él se desplomó hacia un lado, tirando de ella con él. Mucho más suavemente a como la había follado, se retiró de su coñ.o y la puso sobre la espalda. Con ternura, limpió las lágrimas con su pulgar.

—¿Estás bien? —preguntó con el ceño fruncido de preocupación.

—Perfecta —Ella giró la cabeza y limpió su mejilla— No sé lo que pasa con estas.

Inclinándose, la besó suavemente. Su lengua empujó entre sus labios, saboreando y reclamando su boca —¿Vienes a casa conmigo? —preguntó.

—No sé si mi trasero podrá soportarlo —le dolía, pero oh era tan bueno. Ella se movió. Recordaría ese encuentro durante horas, incluso mañana.

Él le acarició el hombro, y ella lo sintió sonreír antes de hablar. —Sexo normal. Vainilla. Sin nalgadas. Solo quiero estar contigo esta noche y abrazarte. ¿Vale?

—Sí. Me gustaría.

__________ se sentía un poco incómoda cuando salió del edificio parcialmente vestida -no es que un observador casual pudiese saber que no llevaba bragas ni sostén- pero se sentía desnuda. Harry caminó a su lado, pero no tan cerca como para que alguien pensase que iban juntos.

No la tocó, ni siquiera la miró.

Hasta que llego a su lexus.

Entonces él le abrió la puerta del pasajero y la guió al interior con una codiciosa mano deslizándose por su espalda y por encima de su culo.

Ella se mordió el labio con su toque íntimo y esperó estar haciendo lo correcto. Él era su jefe, pero en ese momento, parecía como si fuese mucho más que eso. Harry conocía sus deseos más íntimos y estaba más que dispuesto a cumplirlos. De hecho, parecía que compartía los mismo deseos, solo que desde el ángulo opuesto. Se preguntó si eso la debería preocupar.

Disfrutaba de un azote sensual como parte del juego sexual, pero no estaba segura de meterse en una relación donde podría ser un acontecimiento que sucediese todo el tiempo. Como su superior, él siempre había sido profesionalmente distante. Nunca se había acercado a ella antes ni había dado alguna indicación de que pudiera desearla remotamente.

Pero un compromiso libre sería difícil de llevar en el trabajo.


—¿Estás de acuerdo con eso? —Él preguntó tras sentarse.

—Creo que si.

—Pero no sabes que esperar ¿no?

Ella asintió con la cabeza. —Pues… no, no lo sé.

Puso en marcha el coche y su mano le rozo la pierna al alcanzar la palanca de cambios —Debes esperar ser mía —Le dijo, y la calma se apoderó de ella como su corazón se aceleró.

—Tuya... vale.

—Estoy de acuerdo con algunos aspectos del BDSM, pero no todos. Por lo que he visto, creo que vas a disfrutar de las cosas que hago. Y cuando estemos en una escena, me llamarás seños. ¿Entendido?

—La mayor parte. ¿Cuando estamos en una escena?

—Cada vez que estemos solos y esta tensión entre nosotros se pueda cortar. Lo sientes. Lo sabrás.

Ella se retorció y la mano viajó por el interior de su pierna, empujando hacia arriba la falda y deslizándose por sus muslos. El calor inundó su coñ.o y ella sintió que aquello estaba bien.

—Como ahora ¿Señor? —preguntó. Su respiración se aceleró cuando la excitación se apoderó de ella. Sus pezones estaban duros contra su blusa, y ella sabía que debían estar empujando hacia delante, claros faros de su necesidad.

—Exactamente. Eres tan sensible. No puedo esperar para estar contigo otra vez. Quiero ver tu rostro cuando vueles lejos a mí alrededor.

Ella no podía esperar para eso. El pulso se le acelero con la idea de verle corriéndose dentro de ella. Mirándole, supo que nunca sería la misma otra vez. ‘‘Señor, aquí está el informe, ¿Puedo inclinarme sobre el archivo para que me foll.e ahora?’’ __________ casi se rió ante la inadecuada idea, pero el sonido se convirtió en un gemido cuando los dedos acariciaron sus pliegues y jugaron con su clítori.s. Su cabeza se inclinó para atrás mientras se hundía en las sensaciones. Él curvo los dedos hacia abajo, y empujó dentro de ella, estirando el canal poco a poco, era tan bueno tenerlo dentro de ella, tocándola allí. _________ se inclinó en el asiento para darle un mejor acceso.

Harry era todo con lo que había fantaseado durante años. Contundente, pero sin embargo, atento a su placer. Ser dominada por él cumplía con sus más profundad necesidades. Rezó para que él la hiciese suya durante algunas noches más.

—No te muerdas el pobre labio —Le ordenó— Quiero oírte.

—Si señor —Exclamó, luego gritó cuando él pellizcó más fuerte su clítori.s, una mirada de colores estallo ante sus ojos. Suave y áspero. Ella nunca había estado tan bien. —Sí —gimió— Otra vez. Por favor.

Él abandonó su pasaje por completo para concentrarse en el pequeño botón que podría darle a ella tanto placer-dolor.

—Te verías preciosa con un anillo o una barra aquí —le dijo mientras pellizcaba otra vez y giraba sus dedos. —El tiempo de cicatrización impediría nuestro juego, aunque... por suerte, conozco la manera de simular el mismo sin llegar a la perforación. Mmmmm, si. Puedo sentir que te gusta esto. Estás tan cremosa. Voy a lamerlo todo tan pronto como te metas en mi cama…o tal vez antes —Agregó mientras ella se estremecía.




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