Relatos Macabros

la trampa de la locura

En el pequeño pueblo de Brackenwood, rodeado por un frondoso bosque que parecía vivir en una eterna penumbra, vivía Yasmin, una joven de veinte años que siempre había sentido una desconexión con su entorno. Desde niña, había escuchado historias sobre el antiguo sanatorio que se alzaba en la colina, un lugar del que los aldeanos evitaban hablar. La historia estaba llena de horror y locura, pero Yasmin nunca había creído en fantasmas ni en supersticiones. Para ella, el sanatorio era solo una construcción deteriorada, una ruina olvidada por el tiempo.

Una noche de otoño, impulsada por la curiosidad y un ligero desafío a su propia valentía, Yasmin decidió explorar el sanatorio. La luna llena iluminaba el camino, y aunque la brisa era helada, sentía una extraña emoción que la animaba a seguir adelante. Llevaba una linterna y una mochila con algunas provisiones; no pensaba quedarse mucho tiempo. Solo quería comprobar que aquellos cuentos eran solo leyendas.

El camino hacia el sanatorio estaba cubierto de hojas secas que crujían bajo sus pies, y conforme se acercaba, el aire se tornaba más denso, como si el propio lugar respirara un aire cargado de tristeza. La entrada del sanatorio estaba cubierta de hiedra, y las puertas de madera, descompuestas por el tiempo, chirriaban cuando Yasmin las empujó. La oscuridad del interior parecía engullirla al instante, y la luz de su linterna titilaba de forma inquietante.

El vestíbulo estaba desierto, lleno de muebles cubiertos de polvo y telarañas. Un frío antinatural envolvía cada rincón. Yasmin comenzó a recorrer las habitaciones, una a una, encontrando objetos que hablaban de la historia del lugar: sillas de ruedas oxidadas, camillas desmoronadas y retratos de personas con miradas tristes que parecían seguirla a medida que avanzaba. Sin embargo, lo que más le impactó fue la sensación de ser observada; una opresión en el aire que la hacía dudar de su propia cordura.

Mientras exploraba, una extraña risa resonó a sus espaldas. Yasmin se giró, pero no había nadie. "Solo el eco de mi mente", pensó, intentando convencerse. Sin embargo, cada vez que daba un paso, esa risa parecía más cercana. Al poco tiempo, su corazón comenzó a latir con fuerza, y el impulso de salir del sanatorio se hizo más fuerte. Sin embargo, había una sala al final del pasillo que la atraía, como si algo en su interior la llamara.

La habitación estaba sellada, con una puerta de metal oxidado que apenas se sostenía. Yasmin empujó con fuerza y logró abrirla. Dentro, se encontró con un ambiente diferente; un cuarto sin ventanas, con paredes cubiertas de escritos incoherentes. La atmósfera era densa y pesada, como si el aire estuviera impregnado de locura. El centro de la sala estaba ocupado por una silla de madera desgastada, y sobre ella había un cuaderno abierto. Se acercó y empezó a leer.

Las páginas estaban llenas de garabatos maníacos y descripciones de experimentos fallidos, de pacientes que habían sido sometidos a tratamientos brutales y de un psiquiatra que había perdido la razón, atormentado por las voces de aquellos a quienes había tratado. Cada palabra parecía resonar en su mente, y Yasmin sintió que la locura comenzaba a infiltrarse en sus pensamientos.

De repente, la puerta se cerró con un golpe seco. Yasmin se giró, aterrorizada. Estaba atrapada. Golpeó la puerta y gritó, pero la risa había vuelto, resonando en las paredes. Con el corazón desbocado, corrió hacia el único lugar que parecía ofrecer una salida: una pequeña ventana en una de las paredes. Se asomó, pero el descenso era imposible; el suelo estaba demasiado lejos. La única opción era regresar al centro del cuarto.

Mientras trataba de pensar en su próxima movida, una sombra se dibujó en la pared opuesta. Era difusa, una mancha oscura que parecía cobrar vida. Yasmin sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. La sombra comenzó a moverse, girando lentamente hasta quedar frente a ella. La figura era indistinguible, pero sus ojos brillaban con una intensidad aterradora.

—¿Por qué has venido aquí? —susurró una voz, profunda y resonante.

Yasmin, paralizada por el miedo, apenas pudo responder. La sombra avanzó, su forma distorsionándose y expandiéndose. La risa ahora se había convertido en gritos de agonía, voces entrelazadas que clamaban por liberación. Las paredes comenzaron a temblar y el suelo parecía vibrar bajo sus pies.

—¡Sal de aquí! —gritó Yasmin, pero su voz era un eco perdido en el caos.

La sombra se acercó, susurrando palabras en un lenguaje que no podía comprender. Cada sílaba resonaba en su mente, como un canto hipnótico que le robaba la voluntad. De repente, Yasmin sintió una punzada de dolor en su pecho. Caía al suelo, intentando aferrarse a la realidad, pero la locura comenzaba a inundar su mente. Las visiones de los pacientes atormentados la rodeaban; sus rostros distorsionados por el sufrimiento, sus gritos resonando en sus oídos.

La habitación se llenó de figuras espectrales, rostros que la miraban con desesperación. Yasmin comprendió que no era la primera que había entrado allí; todos habían sido atrapados en la misma trampa. El sanatorio era un lugar de condena, un laberinto de locura del que no había salida.

—Eres parte de nosotros ahora —dijo la sombra, acercándose más—. Nunca podrás escapar.

Yasmin luchó con todas sus fuerzas, tratando de liberarse de la atracción de aquel horror, pero su mente se fragmentaba. Los gritos se multiplicaron, llenando el espacio con una cacofonía ensordecedora. Los rostros se acercaron más, tocando su piel con manos frías que la paralizaban. Un último grito de angustia salió de su boca mientras se sumergía en la locura colectiva, su esencia siendo absorbida por el lugar.

El sanatorio se cerró sobre ella, y con cada minuto que pasaba, Yasmin se convertía en parte de la historia, un eco más en la agonía eterna de aquellos que habían llegado antes. La luz de su linterna se apagó, y con ella, su esperanza



#69 en Terror
#127 en Paranormal

En el texto hay: terror paranormal

Editado: 16.11.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.