Relatos Paranormales

PARTE 3: 17 de julio de 2015

LA CHICA DEL INSTITUTO, PARTE 3

17 DE JULIO DE 2015

—Pero... no tenemos ninguna nueva compañera —me dijo, nuevamente con el ceño fruncido.

¿Qué? Esto debe ser una broma...

La sonrisa desapareció de mi rostro, mi expresión cambió a una totalmente de confusión. Estaba totalmente en shock, si, esto debía ser una broma.

Solté una pequeña carcajada luego de unos segundos.

—Claro que sí —volví a soltar una carcajada —Es ella... —le dije y me di vuelta para presentarle a la chica de pelo negro.

Pero no, no había nadie sentado ahí. Era confuso. Miré hacia los otros bancos donde estaban los demás compañeros, pero en ninguno estaba ella.

—Bueno... Quizás ella faltó hoy —gesticule, tratando de convencerme a mí mismo.

Un ligero silencio se presentó entre ambos, estaba totalmente seguro de que quizás había faltado a clases. Sí, quizás ella no se sentía bien como yo el día de ayer.

—Ese asiento siempre estuvo vacío, Julián —me informó Lautaro, riendo.

—Si, pero fue ocupado ayer mismo —lo corregí enojado, porque estaba riéndose.

Mi amigo inmediatamente se puso serio cuando escuchó mi tono de voz.

—Amigo… quizás vos, todavía no te sentías bien, capaz...

—Cerra la boca, Lautaro... —lo interrumpí inmediatamente —Si aprecias mi amistad, cerra la boca, por favor —sentencié enojado, apartando la vista de él —Chicos... ¿No que tenemos una compañera nueva? —les pregunté a Nahuel y Santiago.

—¿De quién hablas? —me preguntó Santiago, dándose vuelta junto a Nahuel.

—Nuestra nueva compañera —le dije riendo nervioso —Pelo negro, ojos celestes.

Santiago frunció el ceño y pura confusión apareció en su rostro, mientras que Nahuel sólo se mordió el labio inferior con una sonrisa en ellos y negó con la cabeza.

—Julián... ¿Estás loco? No tenemos ninguna nueva compañera —volvió a hablar Santiago.

—¿Estás seguro de que ya estás mejor amigo? —me preguntó Nahuel, reprimiendo su risa.

Mierda, esto tiene que ser una broma. Yo vi a la chica. Yo... le hablé, ella me contestó.

—Ya estoy bien. Solo le estoy preguntando sobre la nueva chica —escupí, rojo de la ira.

Si esto es una jodida broma, me las van a pagar muy caro.

—¿Sos o te haces? ¿Qué parte de que no hay ninguna chica nueva no entendés? —gesticulo Nahuel, molesto por mi tono de voz y luego se dio vuelta.

Ok, si estoy en lo cierto... Esa fue una gran actuación.

—Si tenemos una nueva compañera que se sentó ayer atrás de nosotros —les dije por milésima vez.

—Estás loco —dijo Santiago riendo y también se dio vuelta.

¿Se enojaron conmigo? ¿Es esto actuación o es verdad? ¿Quién es ella? ¿Tiene Lautaro razón? Quizás por el dolor de cabeza empecé a delirar escenarios.

Pero la voz de ella nunca la había escuchado antes y a ella nunca la había visto, de eso estaba seguro.

Una gran idea se plantó en mi cabeza, hablar con el directivo del Instituto y quien mejor que con el director.

—Ya van a ver, voy a hablar con el director y voy a pedirle información sobre ella —dije, un poco molesto, mientras ellos solo reían.

—Buena suerte con eso amigo —dijo Nahuel de espaldas, riéndose.

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Acabábamos de salir al primer recreo y esa era mi oportunidad para pedir información de ella. Así que empecé a caminar hacia la oficina del director tal y como lo tenía planeado.

Minutos después me encontraba en preceptoría, ya que me había acordado de que no podía ir, así como si nada con el director. Tenía que pedir como un turno o algo así.

Suspiré de frustración, me tenía que preparar para perder todo el recreo...

Ya había pedido hablar con el hombre y mi preceptora ya estaba con la secretaria pidiéndole mi permiso.

Pasé varios minutos esperando hasta que por fin ella entró. Me paré inmediatamente de la silla y empecé a caminar por el lugar, hasta que al aburrirme me quedé parado, mirando atentamente las fotografías de los alumnos en el cuadro de honor.

—Lo siento Suárez, pero el director no puede verlo en estos momentos. Puede esperar hasta la cuarta hora, o si es muy urgente puede contármelo a mí —dijo mi preceptora Marina, antes de sentarse en la silla y ponerse frente a la computadora a chequear algo

Seguí mirando las fotografías hasta que me detuve perplejo en una...

Gimena Correa

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17 de Julio de 2015

Era ella, había una foto de esa chica con esa escritura abajo. Yo... no entendía nada.

¿2015? ¿17 de Julio? Era el mismo día en el que se me presentó.

Hoy es 18 de Julio. Ayer fue 17 de Julio.

—Es ella —logré decir, todavía paralizado.

—¿”Ella” qué? —me preguntó mi preceptora, levantándose y dirigiéndose a mí.

Era ella, la chica de la foto era Gimena. Yo no había imaginado nada. Solo tenía que pedirle el curso en el que se encontraba y listo.

—Es que es la chica que me prestó unos apuntes ayer —dije sonriente, mirando la foto.

—¿Quién, Suárez? —me preguntó, ya al lado mío.

—Ella, Gimena Correa —le dijo, todavía sonriendo.

Yo sabía que no estaba alucinando. No podía esperar a ver las caras de mi amigos.

—Imposible, Suárez —me dijo con una sonrisa de boca cerrada, pero esta sonrisa era melancólica, era triste.

Pero... ¿qué estaba diciendo? ¿Qué le pasaba?

—¿Por qué es imposible? —le pregunté con el ceño fruncido.

Ella tomó una gran bocanada de aire, y luego exhalo.

—Su nombre era Gimena Correa... Ella falleció hace cuatro años... El mismo día en el que se tomó esa foto por la mañana —hizo una pausa —, por eso es imposible.

Y me quedé ahí... tildado, analizando las palabras de mi Preceptora.




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