EL DÍA DESPUÉS DE MI SUICIDIO, PARTE 3
"Resistir"
La desesperación es una de tantas cosas horribles que te pueden pasar, el no saber qué hacer en ese instante o simplemente reaccionar inconscientemente es lo que obtenemos como resultado. La vida al parecer te pone desafíos que son difíciles de superar, pensas en que mierda hiciste para merecer eso y en todas las salidas posibles que tenés, pero no podés alcanzar.
Me tocó vivir muchos de esos desafíos, muchas veces estuve en un pozo profundo lleno de dolor. Pérdidas de seres queridos, desilusiones por traiciones de personas que eran importantes, maltratos psicológicos hechos inconscientemente o el estar ahí para alguien que está sufriendo.
Simplemente no sabes si llorar, apoyar en silencio, dar palabras de consuelo o ahogarte en tu propio pozo de desesperación.
Pero, en realidad, lo que más importa es que al final ese momento va a pasar, ese pozo lleno de desesperación ya no va a estar más. Sí, van a quedar cicatrices, van a quedar recuerdos, cada vez que te acuerdes de ese instante un sabor amargo se va a presentar y quizás también un nudo en la garganta.
Si tenés a alguien en un momento de desesperación, sólo trata de mantener la mente fría y apoyar a esa persona. No hacen falta muchas palabras, no hace falta estar en todo momento. Simplemente dar un abrazo y decir "Todo va a estar bien" o también decir "Todo va a pasar".
Si estás pasando por eso, no te ahogues en ese pozo, no te cierres y reprimes lo que sientes. Trata de estar bien por ese motivo o por esa persona, ponete a pensar en lo que después se viene y en la parte positiva de eso. No bajes los brazos, no te rindas.
Piensa en las personas que te apoyan y te protegen, porque siempre hay alguien, solo es cuestión de abrir los ojos y darte cuenta de quién está tu lado y quién no.
Diez días antes de mi suicidio…
Pero ¿qué es lo que se dice cuando sos vos la que está en desesperación? Sin duda alguna, si algo es evidente y razonable es que los hechos demuestran más que las palabras.
Cuando no hay nadie que te apoye, que te proteja es una situación sumamente estresante y el simple hecho de que tu cuerpo te exija luchar pero tu mente esté cansada, realmente es muy jodido.
Dos días pasaron desde ese instante, el instante en el que mi vida cambió, nunca me imaginé algo así. Una tragedia como esta solo salía en la televisión, en películas, pero nunca me había pasado o a alguien cercano.
Siento en fuerte golpe en las costillas y me despierto rápidamente, la angustia se hace presente cuando siento agua entrar por mi nariz y boca e intento luchar con todas mis fuerzas para impulsarme y subir.
Intento ver a mi alrededor al abrir los ojos, mi vista es borrosa aunque finalmente logro adaptarla a mi alrededor y solo empiezo a ver agua, agua y más agua. La desesperación se apodera de cada fibra de mi cuerpo y empiezo a intentar nadar antes de seguir hundiéndome más.
Mis piernas se cansan a los pocos segundos debido a la poca fuerza que tengo en los últimos días, pero no me rindo, por más de que en un instante por mi cabeza se cruce si realmente vale la pena seguir viviendo y luchando, no lo hago.
Cuando logro ver la superficie mi corazón da un vuelco, inmediatamente intento seguir subiendo con más apuro. Al salir mis pulmones y ojos arden, empiezo a toser desconsoladamente. Lágrimas empiezan a brotar de mis ojos cuando miro a mi alrededor y todo está oscuro a la luz de la luna.
Y lloro, lloro y toso sin poder parar, porque estoy cansada, tengo frío en cada parte de mi alma y estoy sucia. Y sé que por más que este momento quizás pase, siempre lo voy a estar.
Durante un momento como este, lleno de miedo y desesperación, sólo hay dos opciones: rendirse o resistir.
Miro a mi alrededor una vez más, tratando de entender lo desconocido y preguntándome por mí, limpio mis lágrimas con las manos temblando por los nervios y el frío. Solo siento el frío barro pegado en algunas partes de mi cuerpo y todo a mi alrededor es tierra junto a árboles lejanos.
Bajo la mirada y noto que no llevo puesto más que un vestido viejo color beige de muchas capas de seda y encima de todo mi abdomen tela blanca con varios detalles, al instante vómito a mi costado pensando solo en todo lo que me hicieron con el puesto.
El coraje no es dejar de tener miedo o de sentir desesperación. Es la fuerza para continuar a pesar de estos, sin importar cuán grandes se hayan vuelto.
Decidir resistir considero yo que es la opción correcta, pero ¿resistir es fácil?
No sé cuánto tiempo pasa, siento mucho frío y mi cabeza duele tanto que por momentos cerrar los ojos y tratar de descansar, es la única solución que veo.
Tengo frío y miedo. Estoy muy cansada.
Ya no puedo más.
Ya no aguanto más.
Y sin poder cambiar de opinión, me rendo, dejándome caer en la fría arena llena de cosas desconocidas, escuchando a las olas moverse. El agua está sucia, lo sé por el olor que tengo y también la arena, las dos cosas están tan sucias como yo.
Siento unas manos sostenerme de los brazos, me despierto inmediatamente, la luz del día me cega y puedo ver a un hombre y una mujer. Mis sentidos se alarman, pero solo por un momento, porque veo la ambulancia y a un señor de mayor edad mirándome atentamente.
Veo mis hombros cubiertos de sangre y comprendo el dolor en mi cabeza, pero sin embargo, por más que luche para quedarme despierta no puedo y sólo escucho unas puertas cerrarse.
◐●◑▽ ◐●◑▽ ◐●◑▽ ◐●◑▽ ◐●◑
—Sus signos vitales son estables, me sorprende mucho que hayan tardado en estabilizarse.
—Y bueno, la pobre sufrió una hipotermia y un grave corte en la cabeza… vaya a saber que más. Lo que me sorprende es que siga viva.
Mis párpados pesan, pero lucho por abrir mis ojos; cuando lo hago inmediatamente la luz me cega y al instante se me inundan de lágrimas. El dolor de cabeza es insoportable, pero logro distinguir a dos enfermeras.
#1619 en Otros 
#304 en Relatos cortos
#140 en Paranormal 
romance juvenil, personajessobrenatules, amor imposible dolor romance
Editado: 28.10.2025