Porque parece ser que, aun a estas alturas no piensas en volver, no pensabas en venir a mi brazos y decirme lo mucho que me requieres , lo mucho que para ti fue perderme, pero al parecer eso no pasará, no será como uno espera, ya no estaré sentada allí, en ese sillón bonito que parecía morado cuando la lluvia nos visitaba, no, ya no, ya no piensas en venir, ni por un segundo puedes estar lejos de aquí, pero tampoco estas aquí, porque no quieres, no te gusta, no te emociona, no te hace sentir como antes, como te conocí, como te quise y te amé, y te dije que te quiero amor y que te quiero bastante muchísimo, es cierto, tan en algo de error tengo yo, que no sé cómo ver, de lejos a alguien con empatía, que estabas sufriendo, que estabas muriendo por dentro con esa tristeza, con esa soledad, con ese cariño tan grande que te tenían y que resignabas nomas a insultarlos y a decirles que los odiabas y que estaban es una época ya bastante existencialista, insultista y hasta desinteresada, a ver, pensar y sentir contigo fue una de las mejores cosas que hice, pero no comprendí, no te comprendí ni por un escaso segundo, ni por un maloliente espacio tiempo pequeño, no y de eso me toca arrepentirme. Pero tienes que aceptar ¿oíste? que alguna vez sentiste lo mismo por mí, que sentiste tristeza por mí, que sentiste angustia por mí y que querías volver y que querías abrazarme como siempre y llevarme al comedor y pedir el segundo plato, el que a nadie le gustaba y solo a ti y solo a ti se te ocurría eso de servirme eso a mí y decías que no vayas a sacarte esa agua que prepararon porque estaba mal. ¿Entonces qué hago? ¿Que estaba mal en mí? ¿si de ti tu error fue que yo no estaba contigo? uno ya no piensa en eso, a una se le viene la felicidad mucho después, dice que ya no quiere venir a vivir eso como queriendo ser malo, malísimo consigo mismo, con todos y con nadie y se me viene a la cabeza tan solo lo que dijiste lo que mencionaste y lo que trataste de enseñarme, vienes y no vienes en mis sueños, mis señas y mis pupilas dilatadas por extrañarte, a eso le llamas la verdad de las cosas, a eso le decías que era amor, porque de seguro ahora dices que el amor no existe y eso es para perdedores, oye no lo sé, y espero no saberlo, me conforme y conformare con lo que dijiste, con lo que me amarraste en la cabeza para luego patearme con cariño y con la mirada más dulce más tierna más sincera que decía que me querías, con eso me pateaste de amor, de cariño y de pena, porque si, hasta ahora sé que te di pena, que sentiste pena por mí, que no querías que mi cabeza hueca salga por las calles con uno que decía ser el dueño de la verdad como lo eras tú, y déjame decirte que a lo mejor eso era lo único en lo que estabas equivocado ¿porque? porque nadie puede ser dueño de la verdad y en eso mucho énfasis hice. Debí aceptar encantes que ya no te vería, que a lo mejor en algún futuro estarías con alguien a quien tu querías que no sea yo, y que por fin y cabo termino también por tu culpa, ósea que ahora me mandas un mensaje de perdón por la patada con cariño diciéndome que nomás no quieres tener más problemas que yo no te odie, pero no te odie nunca, y no pude hacerlo por más que en eso principalmente hice énfasis una y otra vez, miraba tus ojos en mi mente y decía que vivo de esta no sales, que cundo te vea no vas a querer ser dueño de la verdad. Y decías también que la gente era así o era asa, que todo te llegaban a la reverenda...y que hasta a tu hermana le faltaba un poco de conocimiento, decías ver películas clásicas, esas de los años veinte o treinta y cuarenta, donde salía Íngrid Bergman y decías que ella era perfecta y una aquí esperando hasta ahora, has oído, aun hasta ahora que le digas lo mismo, que le digas que también es perfecta así con su cabeza hueca, aun así es perfecta, pero eso que salga de tu boca es tan difícil como decir que no teníamos una canción, por ejemplo, uno que canta ahí, con los instrumentos de odio, me decías una vez que las canciones no representaban nada en una relación de amor, de este amor, no de amor de padres ni hermanos ni nada de eso, pero terminaste cantando Cuando llegaste tú te metiste en mi ser Encendiste la luz Me llenaste de fe Tanto tiempo busque Pero al fin te encontré, Tan perfecta como te imagine Y claro que como siempre hacías, ponías mas tono en esta última palabra, tengo tanto que decirte, tanto que informar que desde que no estas han pasado, me han pasado, el chico con el que me molestaban se fue, se cambió de carrera y de universidad, el chico que siempre sabía que yo estaba contigo me dijo una vez más que quería estar conmigo, que yo le gustaba, pero le dije que no porque en mi cabeza hueca aun pienso que vas a volver, y eso como estudie ya hace un tiempo se interpone por la emoción, no por la razón, y vaya que razones me faltaron para decirle que no, porque tú sabes, el si es alto, tú lo has visto no me dejaras mentir, tiene el cabello un poco rubio, trigueño, flaco y hasta un poco fuerte, con los ojos achinados y siempre primero en eso de tocar los instrumentos, él es el que se para todos los sábados ahí en frente de la iglesia y empieza con eso de derribar gigantes y esas canciones que tú y yo compartíamos pero que de todos modos no nos gustaban. ¿Que podía hacer con ellos? ¿ninguno correspondía a tu soledad, a tu ausencia, a ti mismo? ninguno era de tu talla, para ponerlo como en defecto, no eran buenos, no eras solmenes y no seguían una ideología, no hacían eso, no jugaban fútbol como tú, ellos solo querían meter gol mientras que tu tratabas no solo de hacer eso sino también el disfrutar como si de deporte en serio se trataba, y parece que ahora que no estás tú, solo yo comprendo lo que quisiste decir ¿no te conté verdad? ya no juego al voleibol, no me gusta, no me satisface, no me convence del todo ¿para qué? si del otro lado no estás tú sonriendo y haciéndome barra pero así nomas, paradito y quietecito como para no asustar ni a una mosca. No sé si decirte cuanto no quiero que veas en mi derrota, no estoy derrotada, solo que aun no comprendo, no entiendo por qué no regresas, mis amigas, las que conoces me dijeron que yo no valía la pena, y les respondí que la pena era eso que sentíamos cuando teníamos miedo, no es que no valga la pena, el hecho es hacerlo valer, como quien no quiere y a duras penas te sale, pero para que te cuento si tú de esto ya debes saber miles y miles de cosas. Hay gente, que aunque no creas, aun te recuerda, aun habla de ti así como a murmullos porque sí que es difícil dejarte ir, hay una chica, un poco gordita que siempre trata de comer al lado mío como queriendo sacar información, diciendo que no hay lugar cuando es de las primeras que viene, hay esta tu primo que sigue con su noviecita que le quiere bastante y la llama todas las noches a la misma hora y a decirle lo miso siempre, que te extraño, que te quiero que te requeté mando besos y más besos. Hay por otro lado los profesores, los dueños de tú miserable vida en esta estancia, está el pastor, a quien siempre dijiste que admirabas, a quien siempre dijiste que querías y empezaste a seguir, por él orabas, o tal vez fingías, una ya no sabe que pensar de ti déjame decirte, y el profesor de la puerta de entrada, el que siempre te decía que aquí no, que aquí no se come carne y eso no puedes entrar, aunque tú tampoco comías carne, decías que era horrible y no sé qué cosa, y hasta te tildaban de vegetariano, pero yo sé muy bien eso no eras, que nunca fuiste y nunca serás vegetariano porque otras carnes sí que comes y me dijiste. Ya debo decir, creo, que aún me falta hacer cosas para que estés feliz ¿las promesas? ¿lo enseñado? me dijiste una vez que mirara allá lejos, por la carretera a los autos y me imaginara una vida totalmente desigual a lo que uno se imagine, que tal señor con tal mujer y con la otra y con su hijo y con su nieto y no sé qué tanta cosa que a una no se le entraba todo en la cabeza y ahora comprendo más que a nadie, y mis amigas que me dicen que me estoy volviendo loca, que me estoy volviendo cabeza hueca, como tu pensabas, pero no, yo nunca voy a ser más una cabeza hueca, ya no porque a ti no te hace falta, y sé que no vas a regresar y sé que aun hasta hoy y así todos los días, no me dirás que me quieres, no todavía. Hay cosas que quería aun preguntarte, aunque no entendí nunca eso, ¿el chico ese que fue también años antes nuestro compañero te daba celos, te irradia odio? por ejemplo yo vi que a él no le importaba porque pensaba que yo estaba ahí, en esa situación, en esa irradiación de felicidad, que pensaba que ya tenía novio, y nada más equivocado, yo no tenía novio, yo te tenia a ti, que era diferente, aunque no sé en qué sentido, si para bien o para mal, el decía que uno de estos días te agarraba y te daba una paliza así como para que ni tu mamá te reconozca, no lo sé, no creo que haya sido capaz, aunque su amigo sí que te hubiera agarrado. ¿No sé si te diste cuenta? ¿de que yo ya no venía a los comedores los últimos días del ciclo, trate de irme lo más lejos, lo más alejado de ti, lo más cercano de tu odio para que no me busques, y si, puedes saber que yo pensé que me buscarías, pero no hiciste eso, buscaste otros brazos, en donde tampoco hallaste nada de lo mío y dejaste más de lo tuyo, como diciendo que no hay alguien digno de ti, yo lo veía así, pero ahora sé que no lo es, que no es que no haya nadie digno de ti, sino que más bien, tú no eres digno de nadie, o eso es lo que piensas, y por más que te pares con una biblia delante mío jurando y rejurando que no, yo sé que sí, ¿has oído? yo sé que sí. A veces agarro esa hoja que te hice con tanto cariño, con tu nombre puesto en el, con esos colores que no te gustaban, porque también eso de los colores lo odiabas mucho, y escribo detrás tus frases, lo que recuerdo de ti, lo que decías de todo, de que esta vida no nos sirve a nosotros, ni a ninguno que conozcamos, que esta vida está llena de cosas lindas puestas a feas por la gente y al revés, Pensé que si volvía al inicio, ahí atrás del edificio cuatro de la universidad y miraba el cielo, los autos pasar, te recordaría, y lo hice, te recordé, pero se fue acabando, como nuestro amor, como nuestro romance para el inicio de verano, se acabó y tú sabes bien que ya no fue lo mismo, y después me pregunté si es que estaba mal el hecho de que yo te tenía que recordar, a lo mejor y te tenía que olvidar ya de una vez , pasar página, pasado pisado y a celebrar, pero como va a poder ser si hasta aun hoy pienso en que vas a venir a decirme que me requieres. Hoy y antes me enteré de dos cosas, la primera es que había chicas a las que les gustabas y querían estar contigo, y una estaba dentro del internado, que decía que eras bonito y hasta ahí nomas, que le gustaba que seas un poco tímido, aunque tímido no eras, o eso parecía, y dice también que por eso que le gustas es que empezó a jugar fútbol, aunque eso tu si lo viste, y era buena la verdad, jugando al fútbol y en la carrera que tenía, y también le gustabas a una de las compañera de mi amiga, que decía que siempre pero siempre de los siempres coincidías tú con ella en la puerta del comedor, o tu estabas saliendo y ella entrando o tu entrando y ella saliendo y que se miraban y se sonrieran, no sé si eso será cierto, aunque creo que si lo hubiera sido hubiera yo tenido un ataque que rabia, pero eso sí, del ataque de rabia ni te hubieras enterado, si algo tengo que reconocerte ahora, desde ayer, es que por fin de animaste a hablarme después de tantísimo tiempo, pidiéndome perdón y diciendo que por más que decidiste dejar el odio a cabo y rabo, que a nuestro amigos lo sigues odiando como si fuera la primera vez que los odias, y no entiendo la verdad que es lo que quieres decir. Pero a decir verdad, no te voy a perdonar, no ahora, no como quieras tú con esa carta tan relinda que escribiste, no, así no, quiero que vengas, y me digas lo mismo a la cara. Aunque ya no me digas que me requieres, pero que vengas.