Ahí va, como las olas,
encontrándose, una y otra,
saladas, ruidosas
y haciendo espuma.
Así es ella, como las dunas,
ligera, maleable y arenosa,
moldeada por el viento
que le sopla.
Ella es, como un páramo,
alta y baja,
llena de senderos.
Fría, lejos del mar
y tan próxima al cielo.
Así te veo:
un océano, una cordillera, un desierto…
llena de calma, llena de tormentos.
Eres lo que dejo salir
y lo que guardo dentro.