Reloj

El Botón

     Tomas se dirige a su casa luego de haber salido de la escuela; un día aburrido más en su existencia. Se encontraba caminando por la acera, un poco distraído, pensando en continuar la nueva serie que recientemente había empezado. no es que tenga mucho tiempo libre así que debe aprovechar esos momentos para disfrutar. Era un día común y corriente; y hubiese seguido así hasta que en el camino algo llama su atención: había una casa un poco deteriorada, todo indicaba que hace mucho no era habitada por nadie; la pintura, un poco caída; y un aspecto un tanto siniestro que no debían de dar ganas de entrar ni al más demente de los dementes. Pero, algo le atraía, no sabía qué, pero no podía dejar de mirarla; por un momento toda su atención se centró en ella. ha pasado tantas veces por ese lugar de camino a la escuela o al regresar y no recordaba haberla visto en ninguna de las ocasiones; aunque tampoco pudo haber aparecido de la nada ¿no? Luego de buscar conclusiones, Supone que la razón de no haberla visto antes, era porque siempre se la pasaba distraído y que hasta ahora se había dado cuenta. Mirando la casa y reflexionando sobre el quehacer, decide no darle mucha importancia y seguir su camino.

  Dando la vuelta, la idea de no darle importancia se tornó contraría cuando en un momento, al avanzar unos cuantos pasos, percibe un sonido similar a una puerta abriendo lentamente. Todo indicaba ser la puerta principal de aquella misteriosa casa... sus pies se detienen como si alguien le frenase de golpe, y la concentración de Tomas vuelve a centrase puramente en la casa. Respirando hondo, piensa en si sus sentidos le estarán jugando una mala pasada, o si se trataba de una realidad. No puede contenerse y siendo tanta la intriga e incógnita que siente que llega a percibir cierto suspenso en el ambiente; ya de por sí era muy misterioso. Sus pensamientos de incredulidad ante el suceso, y curiosidad, entraban en combate.

  —¿será que lo imaginé? —piensa Tomas—.

  Intentando convencerse de ese hecho, sigue observando la casa, desde una perspectiva panorámica. Buscando algo que lo impulsara a investigar (aunque en realidad esperaba que no pasara). Analizando mejor, si pudiese describir el ambiente con un color, sería de gris. Los árboles del jardín, que si bien eran 2 ubicados en la parte derecha; apenas tenían hojas. Fuera de su aspecto tan obscuro, no parece haber nada extraño. Todo estaba muy tranquilo: tanto fuera, como dentro de los senderos de la casa. Pero, aun así, sigue pensando seriamente en la idea de entrar.

  —supongo que un vistazo rápido no va a hacerle daño a nadie.

  Con esa idea en mente, emprende camino hacia la casa que sólo estaba a la distancia de cruzar la calle; la carretera estaba muy poco transitada, no se veía ningún auto por el momento, ni persona alguna caminar por los alrededores; bueno, se observa una niña que parecía llevar una canasta; pero, estaba bastante lejos. Eran las 19:10 horas; ya el sol se había guardado. Colocando un pie en la carretera, empieza a cruzar la calle, sin prisa; a paso suave, hasta llegar a posicionarse ante la entrada del jardín, abre la rejilla que le obstaculizaba el paso, muy lentamente, no sin antes observar el lugar detenidamente, para luego proceder a entrar. Él sabía que la casa estaba deshabitada, o al menos eso aparentaba; sin embargo, hace preguntas dirigidas para saber si había alguien. Un poco fuerte para que lo escuchasen hasta dentro; pero el sonido luego de su pregunta no era más que el del viento.

  Al no conocer respuesta, procede a subir los escalones luego de haber pasado por el jardín hasta la entrada, cuyo camino estaba dirigido por pavimento y a su costado césped seco con porciones de tierra entre ellas. Nota que la puerta está cerrada.

  —parece que si fue mi imaginación. Bueno, creo que es mejor que haya sido así.

  Posteriormente se da la vuelta para salir por donde entró. Pero en ese preciso momento escucha de nuevo el crujir de la madera de una puerta abriéndose; inmediatamente se gira encontrando la puerta un poco abierta, se balanceaba un poco de adentro hacia afuera, que bien podía deberse al viento, aunque el movimiento no era muy notorio, daba cierta aura de misterio. Sin embargo, no está seguro si se abrió en el momento en que lo percibió estando del otro lado de la calle, o justo en ese momento.

  Esto hace que la piel se le erice, pero aun así no quiere irse.

  Abre la puerta lentamente interrumpiendo su leve movimiento. mientras lo hace se asegura de no encontrar nada peligroso estirando la vista lo más que puede hacía dentro. Entre más abría la puerta el sonido de la madera se hacía más fuerte y el eco resonaba entre las paredes de la sala. Cuando logra notar que la casa estaba muy limpia, contrario a lo que aparentaba por fuera: el piso de madera, pero bastante brillante; y las paredes no parecían mugres, se podía apreciar esos detalles a pesar de que estaba muy obscuro.

  —¿cómo puede ser posible que esté limpia una casa tan trillada? —pensaba Tomas— mientras su gesto de sorpresa se veía cada vez más reflejado en su rostro. Intenta buscar los interruptores en las paredes de una lampara araña que colgaba en el techo, pero no había tales interruptores. Inconforme, siente un escalofrío recorrer su cuerpo; una brisa fría que le entumecía y parecía venir desde dentro de la casa hacia fuera; parecía de mal augurio. Tal vez el instinto de supervivencia detectaba un peligro desconocido, Esperaba ese no fuera el caso. No obstante, Tomas cuya curiosidad va más allá de cualquier advertencia, no se detiene de investigar.




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