Reloj

El día después

Tomas abre los ojos, se encuentra en su cama, por un momento se pregunta si todo lo que vivió fue un sueño; inmediatamente se da cuenta de que no, mira a su izquierda y ahí estaba el reloj; en su mesita de noche. Aún no puede explicarse lo que sucedió en fin todo era una gran sorpresa, se pone en posición sentada, justo en el borde de la cama mientras observa el reloj con mucha curiosidad, lo mira y lo ve de lado a lado mientras lo mueve con sus manos, aún no se explica cómo algo tan pequeño pudo haber causado semejante impacto.

piensa presionarlo de nuevo, pero se retracta casi al instante; teme del resultado que este pueda tener; no conoce bien su uso así que podría ser peligro.

Guarda el reloj en la gaveta del nochero mientras se levanta y se estira. Da unas vueltas por su habitación pensando y reflexionando hasta que escucha la voz de su hermana Nicol.
 

—hermano, ya estás despierto.
 

—si, ya salgo que estoy ocupado.
 

—mamá nos llama para desayunar.
 

—voy —responde Tomas, mientras se coloca una camisa para ir a desayunar.
 

—¿qué estabas haciendo ayer Tomas?, cuando regresaste estabas un poco conmocionado. Decidí no preguntar, porque pensé que sería mejor cuando estuvieses más calmado. —dice la mamá de Tomas mientras muestra un poco de preocupación—.
En ese momento se percató que la madre se refería a cuando regresó del centro. No podía contarle que fue a averiguar sobre un reloj que se encontró en una casa el cual en su momento parecía deshabitada y ahora ya no lo estaba; para luego casi morir atropellado por un auto sino fuese porque el tiempo se detuvo precisamente en ese momento y por ese mismo reloj…
 

Definitivamente eso no.
 

—estaba con Jack —mira hacia su plato—, nos… —cambia un poco el tono—, persiguió un perro. Tuvimos que correr mucho, era muy grande —dice, en plan dramático—.
 

—¿un perro? —pregunta la madre un poco confundida—.
 

—si, un perro. Pero no pasa nada, pudimos salir de esas.
 

—está bien, deberías tener más cuidado.
 

La señora Hilt no está muy convencida de que Tomas le haya contado toda la verdad; más, sin embargo, decide no insistir.
 

Tomas sale de la casa despidiéndose de su madre, no sin antes haber subido a su habitación a por el reloj que había guardado.
 

Definitivamente, no podía separarse de él. El cielo se encontraba nublado, parecía fuese a llover; hacia más frío de lo habitual.
 

Caminaba a la escuela. El no hacer nada en el camino hace que la mente empiece a reflexionar sobre todas esas cosas vividas; lo que muchos llaman estar en piloto automático. En su caso sólo piensa en el reloj; quería presionarlo, no importaba que, no podía aguantarse, era una tentación indescriptible, usa sed de poder y del ver eso tan magnífico de nuevo, que si bien fue aterrador,  no le quita lo impresionante.  Tener el reloj al alcance de la mano definitivamente no ayudaba. 


Sin mediar más, mira hacia todos lados; curiosamente no parecía haber nadie a los alrededores; ni autos ni personas, sólo se contemplaba el silencio. Sin embargo, no quería arriesgarse así que se oculta donde nadie lo pueda ver; un callejón que se encontraba en el camino, saca su reloj, y casi que corriendo se escabulle en el solitario pasadizo para luego presionar el botón… Tomas estaba listo para lo que fuese. Sin embargo, el ambiente no parece cambiar nada. Tal vez sea porque no puede tomar nada de referencia y con ello saber si funcionó. Sale del callejón y retoma el camino hacia la escuela, cuando observa a una mosca detenida en el aire, era increíble parece como si estuviese atrapada en la red de una araña, no puede moverse, incluso parece muerta. ¡era algo indescriptible! Tomas se queda viéndola de lado a lado intentando comprender este fascinante hecho. La observa como quien mira a un bicho raro, aunque en esta ocasión esto se puede tomar de manera, más literal.
No se sorprende tanto como la primera vez en el centro; sin embargo, no deja de ser asombroso. Ya se esperaba algo así, quiere seguir caminando a ver que más puede encontrar. En el camino observa que todas las cosas efectivamente estaban paralizadas; no se explica como puede ser esto posible, pero no le importa y sólo se limita a observar: personas que estaban hablando, un señor de edad regando las plantas del jardín (el agua flotaba), los autos que aparentaban movimiento, estaban estáticos rompiendo cualquier ley antes descubierta, se podía ver el humo casi que materializado, sentía que podía hacer cualquier cosa en ese estado. Todo era como estar en una película de ciencia ficción.
De un momento a otro Tomas siente una extraña presencia que lo observa; luego se siente observado de varias direcciones, no podía ver nada así que puede sea sólo su imaginación. No obstante, la sensación es fuerte, tanto que le eriza la piel.
Aun así, decide no darle mucha importancia, pues en el estado que estaba era imposible que otra persona se estuviese moviendo. Al llegar a la escuela, nota que es muy temprano por la ausencia de estudiantes —como no si había hecho lo que hizo con el reloj—.
 

—parece que parar el tiempo tiene sus desventajas, ahora tendré que esperar a que abran la escuela —pensaba Tomas un poco testarudo—.
 

Se dirige hacia el patio de la escuela otra vez asegurándose que nadie lo vea, y presiona el botón del reloj para posteriormente volver todo a la normalidad, parece que ya va entendiendo como es esto del reloj, sin embargo, aún debe hacer muchos experimentos.
 




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