•Prólogo•

- "No sé que significa el amor". - suelta retorciendo su brazalete de la suerte, el que había tenido consigo desde que tenía memoria.

- "También dijiste eso hace unos 100 años atrás, eso jamás evitó que yo te enseñara lo que es". - una sonrisa que deja a la vista sus blancos dientes se asoma de repente.

- "Morirás antes que yo aprenda que es tal cosa". - sentencia clavando su mirada azul en él.

- "Y luego de morir, renacer para enseñarte qué es". - vuelve a colocar el cigarrillo en medio de sus labios.

- "No piensas rendirte, no?". - pregunta irritada, observando como el humo que desprende el cigarrillo de aquel hombre de ojos dorados se dispersa en el aire.

- "No". - sonríe.

- "Pues pierdes el tiempo". - empieza a caminar, ignorando por completo al joven fastidioso que la viene siguiendo desde hace días.

- "También perdería mi vida por ti Kell, así como lo he hecho un par de veces en el pasado" - susurra.

La joven de cabellos de oro, gira rápido para preguntar, sorprendida por sus palabras , pero al darse vuelta, él lo ha hecho de nuevo.

Ha desaparecido en las sombras otra vez.

Sin huellas.

Ni rastro.

Ni el olor de su cigarrillo en el frío aire nocturno.