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-¿Hay algún lugar de san Vicente que no conozcas?
-Mmmnn… suelo pasear mucho cuando tengo tiempo libre y he ido por todos lados.
-Definitivamente son lugares de tener en cuenta pero…
Thomas miro a Nathan y este resoplo –Ya entendí, estoy castigado y no puedo acercarme a Jonan ni a su información.
-Y ser un joven responsable no poniendo en peligro a alguien más joven que tú. Si algo llega a pasar será tu responsabilidad.
-Lo sé muy bien, Thomas.
Nathan cruzo los brazos y Thomas volvió a salir del cuarto en silencio
-En donde dijiste que estaba eso –dijo en un susurro –y por cierto, es un poco sorprendente como logras evadir el tema…
Joule no sintió que fuese algo por lo que la tuvieran que felicitar, sin darse cuenta de que en realidad no la estaban felicitando, pero lo dejo ir.
-Aveda vive por el cementerio.
Cuando salieron en medio de la noche fue como esperaban, ambos corrían en silencio por las solitarias, sombrías y frías calles directamente hacia lo que probablemente era otro castigo para Nathan.
-¿Dónde está el cementerio?
-Cerca de… cerca del hospital –le dijo y solo ahí se dio cuenta de ese perturbador hecho –pero no vamos a entrar al cementerio, vamos al puente viejo.
Como septiembre estaba a punto de terminar, los libros de todos ya se veían gastados, los zapatos ya estaban raspados y su rutina se había establecido a un punto donde casi ya se había acostumbrado, aun así Nathan seguía sin conocer bien san Vicente y a veces necesitaba ayuda para llegar a ciertos lados o de lo contrario terminaría perdido dando vueltas durante horas, una de las principales razones por las que ella lo acompañaba era para poder guiarlo, ambos eran jóvenes y los adultos en realidad creían que solo estaban jugando, muchas veces ni siquiera Thomas los tomaba enserio.
Gracias a que por lo general todo estaba sumergido en una oscuridad absoluta a esa hora de la mañana Joule ya se había acostumbrado a ir de la mano con Nathan o que este la cargara, esto siempre le proporcionaba un poco más de calor o que no se le cansaran rápido las piernas, por lo incluso a veces le pedía que la cargara, también porque así agilizarían las cosas, practicidad por sobre todo. Aparentemente para Nathan esa clase de libertad corporal no era normal, al inicio se ponía incomodo cuando se le acercaba de improvisto, aun así ambos habían llegado a un acuerdo silencioso donde Joule no lo miraba mal por su reacciones exageradas a cosas tan simples como un abrazo.
Para Joule eso no era nada, bailar el baile del tomate requería más contacto físico y nunca le había molestado. La podía poner nerviosa el hablar con extraños pero no el contacto físico.
El cementerio de san Vicente era un lugar bonito para pasar el rato si no fuese el cementerio, está bien construido con callecitas de colores, bancas para sentarse y varios árboles, las tumbas también estaban bien cuidadas y coloridas, en finados todos lo visitaban aunque no tuvieran a nadie ahí, estaba cerca de uno de los extremos de la ciudad y tres cuadras más estaba un pequeño hospital, el lugar que buscaban estaba un poco más adelante, justo cuando la vegetación comenzaba a ser espesa.
Las casas y la parte espesa de ese sector estaban separadas por un barranco profundo que bordeaba el noreste de san Vicente y que se iba haciendo más profundo más adelante, también era muy estrecho en ese punto y solo un puente viejo casi olvidado unía ambas partes.
A esas horas de la noche el lugar se veía tétrico, solo la única luz de una modesta casa ayudo a calmar un poco su corazón.
-¿Es aquí?
-Es el único puente viejo del que he oído así que creo que si, además Avada siempre habla sobre cómo es vivir cerca de un cementerio y un hospital.
-¿Por qué simplemente no le preguntaste el lugar exacto?
-Por qué no somos amigas… y no me mires así.
-Aquí no hay nada.
-Tú fuiste el que quiso venir aquí.
Nathan solo gruño y no volvió a quejarse, como no tenían nada que hacer comenzó a recorrer el lugar, caminando por el puente, prácticamente jugaron alrededor, colgándose del puente, intentando ver algo entre las sombras.
-¿Qué se supone que escuchaste?
-Avada dijo que su vecina escucho a alguien cantar en medio de la noche pero no dijo a qué hora.
-¿Estas segura?
-Ya te dije que sí.
-¿Cómo era su vecina? ¿Cuántos años tiene?
-No lo recuerdo… creo que seis, pero… ¿Qué vamos a hacer si encontramos algo? Ya huimos de muchos perros y ya no me gustan.
-Por ahora solo esperemos durante media hora más, si no vemos nada volveremos.
Pronto pasaron diez minutos y luego veinte, Joule dejo de contarlos en algún punto cuando le quito un cuchillo a Nathan y se puso a hacer marcas en el tronco de un árbol.
-¿Estas segura de lo que escuchaste?