Remember

5. Las noticias no paran de llegar.

Katherine

Cuando tome mis cosas y me despedí de Guillermo pude ver en su cara que quería retenerme, pero ambos sabíamos que no podía hacerlo.

—Pero el señor Langster aún no llegar, ¿no querrá despedirse de él?

—Guillermo, creo que ambos sabemos que lo que había entre el señor Langster y yo se termino, no creo que sea prudente despedirme de él cuando ya tiene una nueva novia.

—Pero señora—, repitió esperando a que lo pensará de nuevo.

—Dile que en el cuarto le deje todo lo necesario—. Con esto di fin a la plática, marqué a un taxi y mientras subía en el pude despedirme de los recuerdos que guardaba en aquella gran casa que definitivamente ya no era un hogar.

Le pedí al conductor que me llevará a las afueras de la ciudad, un lugar donde se encontraba mi nueva vivienda.

Cuando mi relación con Luke se hizo pública sabía que ya no podía contar con mi familia, no fueron necesarias muchas palabras para sentir su disgusto al enterarse que me casaría con otra persona que ellos no tenían en mente. El apoyo económico si bien no ceso, disminuyo favorablemente como una forma de castigo.

No podía fingir que no me dolía ya no tener por lo menos a una familia a la cual recurrir, pero en esos momento no me encontraba sola, Luke me mostraba su apoyo cada que podía.

Y era esa una de las razones por las que no podía encontrarme enojada con él, porque estuvo ahí.

Sin embargo, sabía que no podía depender siempre de él. Por eso estuve ahorrando en estos años para poder comprarme una casa que estuviera en mis posibilidades.

Mi nuevo hogar quedaba a las afueras de la ciudad, un lugar que no era tan céntrico, y que estaba rodeado por la naturaleza.

La paz que me transmitían los árboles habían dejado claro que fue la mejor opción.

No tarde mucho en asentarme.

Y era un plus que no afectara a mi trabajo.

Me había graduado hace poco en la licenciatura de economía y administración de empresas.

Y había conseguido un trabajo estable. Las recomendaciones y el buen trabajo que hacía ayudo para que me trasladarán como ayudante para distintas empresas.

..

Había pasado poco tiempo desde que llegué a mi nuevo hogar.

Los primeros días me enfoque en decorar mi casa y llenarla de objetos dispensables para mi día a día, después recorrí al rededor y visité las casas cercanas, esto me ayudó para darme cuenta que a pesar de ser un lugar alejado, no era habitada por poca gente, había tiendas de de todo tipo y podía ver a gente transitando por todas partes.

Ahora mismo yo era una de esas personas, me dirigía a un pequeño supermercado para comprar un poco de pan y más comida para llenar un poco mi refrigerador.

Mientras caminaba no pude evitar escuchar a la gente que pasaba por mi alrededor.

—¿Escuchaste la noticia del señor Langster?— preste más atención cuando escuché ese apellido.

—¿Deberíamos seguir llamándolo “señor”?, ¿no se divorció?

—Eso que importa, dicen que tuvo un accidente.

¿Qué? ¿Cómo que tuvo un accidente? ¿Se encontrará bien?

La preocupación empezó a recorrer mi cuerpo.

¿Debería ir a buscarlo? Después de todo estoy segura de que él si lo hubiera hecho por mi. 

Que más da, si no voy me quedaré con la preocupación.

Así que sin pensarlo más regresé el camino que ya había recorrido, tomé mi celular y marqué a un taxi, el cual tardo en llegar al ser una zona no tan transitada.

Cuando le di la dirección al conductor pude estar un poco más tranquila al saber que ya me encontraba en camino, pero eso no me calmaba del todo.

¿Qué fue lo que te pasó Luke?

Retire mi dedo de mi boca ¿Cuándo había llegado este aquí? Mi uña rota podría ser señal del tiempo que paso. 

Vi la casa de Luke a pocos metros de distancia, así que con mi desesperación le pedí al conductor que se detuviera, le pagué y salí corriendo para cruzar la corta distancia que quedaba de la calle a la casa.

Cuando por fin pude pasar, me recibió Guillermo, el cual me vio con sorpresa.

—¿Señora, que hace aquí?, ¿puede ser que usted se enteró de lo que le paso al señor Langster?—solo pude asentir a su pregunta—. Acompáñeme señora, seguro usted puede ayudarlo.

Sin más lo seguí hasta la oficina de Luke.

—Señora—Guillermo se detuvo en la puerta—El señor no ha parado de trabajar desde que despertó de su accidente, ha estado un poco distinto a lo que usualmente suele ser. Le pediré al doctor que se contacte con usted para que le comuniqué sobre la condición de Luke.

—Muchas gracias Guillermo.

Le agradezco antes de abrir la puerta.

Y la vista que me recibe es la de un joven cansado con un montón de papeles.

—Ay Luke, me tenías tan preocupada.

—¿Luke? ¿Quién te permitió hablarme así? 

—¿Disculpa?— pregunté confundida.

¿De que estaba hablando?

 

 




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