Renacer

Capítulo XVI

Capítulo XVI 

Avances 

 

Samantha 

 

Terminamos la cena en un silencio algo incómodo, son las siete de la noche recién. Bastián saca su laptop y se que se pierde leyendo contratos, mientras yo solo miro mi teléfono sin saber qué carajos hacer para no sentirme como en un baúl lleno de clavos dónde me muevo y me pincho con alguno de ellos, en mi caso si me muevo llamaré su atención y me sentiré más incómoda. 

 

A eso de las nueve su teléfono empieza a sonar es una video llamada y al otro lado de la línea se escucha la voz de una niña.

 

—Papi ¿Enserio no vas a venir? —No la puedo ver, pero Bastian sonríe, seguro está haciendo alguna especie de puchero. 

 

—Es enserio, pero no es mi culpa, está muy mal el clima; ve el lado positivo te quedas con la abuela y hacen una pijamada. —Lo observó con detalle, en sus ojos se nota el amor que le tiene a su hija, ¿Podría decir que también es mi hija? Es tan raro todo esto, pero me gustaría verla. 

 

—Está bien papi, pero mañana tienes que venir —Bastian asiente y luego de unas cuantas palabras más finaliza la llamada. 

 

—Se ve que adora a su hija —digo sin pensarlo realmente, pero es obvio que debe adorarla: es su hija. 

 

—Es mi pequeño rayo de luz creo que sin ella no estaría todavía acá —su voz se oye sincera y por un segundo parece perderse en sus pensamientos. —Ya es tarde deberíamos ir a dormir, ¿Lado derecho o izquierdo? 

 

Me sorprende la comodidad con la que toca el tema, mientras yo me siento como una adolescente estúpida que se sonroja por todo, a él parece no importarle demasiado tener que dormir en la misma cama que su pasante. 

 

—Cu.. cualquiera —tartamudeo como idiota, mientras trato de no mirarlo a la cara por la vergüenza. 

 

—Entonces pido el lado derecho. —Yo solo asiento y ambos en silencio nos acostamos en nuestros lados, con una distancia considerable para ambos. —Buenas noches. 

 

—Buenas noches —respondo con timidez, Bastián apaga la luz y simplemente nos sumimos nuevamente en un silencio incómodo. 

 

Siempre me he preguntado porque la vida me involucra en estas situaciones, pero no tengo respuesta, simplemente el destino le encanta verme sufrir. 

 

No sé cuánto tiempo pasa, pero yo solo observó el techo de la habitación e intento contar ovejas imaginarias mentalmente a ver si me aburro y me duermo, pero el milagro no ocurre no puedo dormirme en cambio estoy muy quieta no quiero incomodarlo. 

 

Es incómodo compartir cama con Bastián, o sea es incómodo por el hecho de que siento que si me muevo lo molestaré, además hace tan solo dos meses me imaginaba panoramas parecidos a este, pero nunca imaginé que esto llegaría tan rápido, o sea no es como que vaya a pasar algo pero aún así es extraño. 

 

Quiero realmente dormirme así se pasa rápido de una buena vez esta escena bochornosa, pero por alguna razón todo el cansancio que sentía se fue de paseo con Morfeo. 

 

《Samantha Dios solo duérmete joder》me regaño a mi misma, pero no funciona así que terminó soltando un suspiro pesado, será una noche muy larga. 

 

Tengo frío, pero me da pena moverme y agarrar más cobija, puede que ya esté dormido y yo lo despierte, mejor me quedo quieta y aguanto. 

 

《Diosito se que en mi vida pasada no fui una mala persona, pero quizás en la anterior a esa fui nazi o un dictador, porque no entiendo que estoy pagando.》 

 

Vuelvo a suspirar y me mantengo en el mismo lugar sin moverme, ¿Faltará mucho para que amanezca? No sé si pueda aguantarme quieta tantas horas. 

 

 

—¿Es incómodo cierto? —la voz gruesa de Bastián me hizo sobresaltar en mi lugar al escucharlo. Mierda al parecer no estaba dormido. —Sé que estas incomoda.

 

—Bueno… —Que se supone que diga no soy buena mintiendo; si estoy incomoda. 

 

—Si soy sincero yo también lo estoy; ha pasado una década desde la última vez que dormí con alguien a mi lado, claro si no contamos a Abby —dice entre la oscuridad haciendo que sus palabras suenen más profundas por su tono de voz. 

 

Con cuidado me volteo un poco para estar de frente a él, solo puedo ver su silueta que también está mirando hacia el techo, como yo hace unos minutos. 

 

—Si es incómodo, después de todo usted es mi jefe —digo en solo un susurro, no hace falta que hable más fuerte ya que el lugar está en completo silencio, pero solo consigo que todo se escuche un poco más íntimo. 

 

—En este momento no soy su jefe, no está en horas laborales. —No sé que intenta hacerme sentir con esa palabras, si pretende que me sienta menos incómoda, no funcionó, es que se puede interpretar de distintas maneras hasta en una insinuación. 

 

—Pero mañana lo será y es raro. —Suelto un suspiro. —No se supone que mi jefe sepa como duermo o peor aún como despierto hecha un desastre en las mañanas. —definitivamente no pensé que esto llegase a pasar y aunque solo estamos durmiendo y no va a pasar nada más se siente extraño. 

 

Me colocó de lado para poder verlo y no sentir que habló a la nada, hasta en la oscuridad su silueta se ve imponente; incluso se ve guapo. 

 

》Una década sin dormir con nadie, ¿debo creerle? —Es un hombre guapo, con dinero y poder, se que ha tenido mujeres detrás de él, me parece imposible que con ninguna haya pasado una noche completa. 

 

—Como sabrá soy viudo me ha costado años entenderlo, para mí tener alguien a mi lado en la noche es remplazarla. —Me muevo algo incomoda. —Pero esta es una situación que se sale de nuestras manos. —Siento como se voltea hacia mí y eso me pone nerviosa. 

 

—Su esposa era muy joven cuando murió. —Puedo ver cómo su sombra asiente. 



#40130 en Novela romántica

En el texto hay: intriga, drama

Editado: 06.01.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.