Capítulo 6 :Un error en una actuación pública

El pie de Emma resbaló y su rodilla se golpeó contra el hielo, provocándole un aullido de dolor. Se mordió el labio e intentó no derrumbarse. La conmoción a su alrededor le llegó a ráfagas, golpeándola como una ola. Se quedó mirando fijamente el reflejo en el hielo, pero su corazón parecía haber volcado una botella de sabores, vergüenza, dolor, rabia, impotencia ...... un revoltijo de emociones.

La abrasadora columna de luz del foco la iluminaba tanto que apenas podía ver a su alrededor, y el mundo que tenía delante era borroso y deprimente, como si estuviera separado tras una capa de cristal transparente. Respiró hondo y miró a lo lejos. Ethan estaba allí de pie, con el ceño fruncido y una expresión fría en el rostro ante la que no sabía cómo reaccionar. Estaba decepcionado, ella lo sabía.

Pero lo que le molestaba aún más era que aquella actuación estaba, como ella misma sabía, completamente arruinada. Desde aquella lesión de rodilla, había intentado desesperadamente demostrar que podía volver a la cima, sólo para resbalar y caer en el momento más crucial. ¿Una actuación perfecta? No existía.

Emma apretó los dientes y se levantó, obligándose a recuperar la postura y a continuar con los siguientes movimientos, aunque cada uno de ellos parecía haber sido hecho a la fuerza. La última serie de movimientos terminó con un escaso aplauso, ni siquiera un poco entusiasta.

──Perfecto, Emma. La voz de Jonathan sonó en su oído con una clara burla.

Ella no se giró, pero estaba pensando: «No te mueres, joder». Ella sabía que él nunca se preocupó por ella, siempre abalanzándose como un tiburón que olía la sangre cuando ella estaba en su momento más vulnerable.

No esperó a que él dijera nada más, se dio la vuelta y salió rápidamente de la pista.

Ethan se quedó de pie al borde de la pista, mirando la espalda de Emma, con el ceño fruncido. Sabía que esta mujer era lo suficientemente dura y talentosa, pero la actuación de hoy directamente le dio una bofetada en la cara a todas sus expectativas. Sintió que tenía que pensar en sus heridas, si aún no se había curado del todo.

Justo cuando estaba a punto de acercarse a ella y consolarla, Jonathan se puso a su lado en silencio.

──Ella no se está comportando como se esperaba, pero eres tú quien ha invertido mucho dinero. dijo Jonathan con ligereza.

Ethan lo miró, con un destello de alarma en los ojos: ──¿No crees que pueda hacerlo?

──No es que no pueda, el problema es su estado mental. No se está recuperando tan bien como crees, Ethan. Quizá sea el momento de replantearte tu inversión. se burló Jonathan.

El ceño de Ethan se frunció ligeramente y una sensación de inquietud surgió en su corazón: ──¿Estás diciendo que ella no podrá volver al juego?

──No quiero decir eso. Jonathan sonrió y negó con la cabeza, como si estuviera hablando de un juego que controlaba por completo. ──Pero algo como un error no puede ignorarse fácilmente. Uno pensaría que, para que despegara de verdad, tendría que tener más apoyo. Hizo una pausa y añadió en voz baja──: O criticar abiertamente su actuación podría funcionar mejor.

Los ojos de Ethan se entrecerraron ligeramente, un destello de duda pasó por su mente: ──¿Qué demonios trama este tipo?

De vuelta en los vestuarios, Emma seguía abatida, con las tripas como un globo que no paraba de explotar, doliéndole tanto que apenas podía recuperar el aliento. Se quitó los patines y se frotó los tobillos doloridos, mientras sus ojos miraban inconscientemente su reflejo en el hielo. La figura borrosa se reflejaba en sus ojos, humedeciendo poco a poco las comisuras de sus ojos.

Estaba a punto de salir por la puerta cuando de repente se oyó un ruido sordo.

Se giró y vio a Ethan de pie, alto y con ojos vacilantes. Instintivamente, trató de apartar la vista, pero su mirada estaba clavada en ella.

──No esperaba que vinieras. susurró ella, con un tono un poco defensivo; al fin y al cabo, sabía que él no podía aparecer así como así.

Ethan guardó silencio un momento, con la mirada profunda. ──¿Estás bien?

Emma exprimió una dura sonrisa: ──No debería importarte.

Ethan frunció el ceño: ──Claro que me importa.

──¿Y a ti? Ella se mofó: ──¿Estás aquí para defenderme? ¿O crees que el error de hoy hace que tu inversión merezca aún menos la pena?

A Ethan le dolió el corazón. No contestó, se limitó a caminar en silencio hacia ella y a colocarse frente a ella, intentando romper la barrera invisible. Extendió la mano y se la puso suavemente en el hombro, y pudo notar la ligera rigidez de su cuerpo.

──Si te apetece meter la pata de una manera que no quiero ver, entonces puedes hacer como si yo no estuviera aquí. Ella se encogió de hombros, fríamente.

──Espera. La voz de Ethan era baja, pero transmitía una firmeza que no podía ser ignorada.

Ella se detuvo y se volvió, con sarcasmo en los ojos, ──¿Qué puedes hacer? ¿Ponerte delante de la prensa y defenderme? ¿O hacerme quedar como un perdedor y aceptar la «redención» que me ofreces?

Los ojos de Ethan se ensombrecieron, conocedor de su vulnerabilidad, conocedor de su terco corazón. Respiró hondo y finalmente dijo: ──No te estoy defendiendo, es sólo que hay algunas cosas que merece la pena investigar.

Ella se quedó inmóvil e hizo una pausa, aparentemente picada por sus palabras. Hubo una vacilación momentánea en sus ojos, pero rápidamente recuperó su indiferencia.

──¿Investigar? Enarcó una ceja, su tono burlón, ──¿Hablas de esta actuación pública, o del futuro que no puedo ver por mí misma?

Ethan no contestó, sólo la miró en silencio, con los ojos llenos de determinación. ──Si no te importa, quizá podamos ver juntos lo que se oculta tras esta actuación pública.

Emma se quedó callada, bajando los ojos lentamente, su voz tan débil que era casi inaudible: ──¿De verdad me crees?

Ethan dio un paso más, situándose más cerca que ella. Luego susurró: ──Te creo, pero también creo que hay cosas que aún no sabes.