📖 Capítulo 12 — El Eco de la Oscuridad: Consecuencias del Bosque
Auren despertó en su habitación, pero no estaba sola. Kael estaba sentado en la silla cerca de la ventana, observándola en silencio. Su presencia era imponente, como siempre, pero había algo en su mirada que no podía identificar. ¿Era preocupación? No, seguramente no.
El dolor en su cuerpo era punzante, pero la magia oscura que había sentido en el Bosque de la Desolación seguía zumbando en su interior, un recordatorio constante de lo que había presenciado y lo que había desatado.
—Te salvé la vida. —Kael rompió el silencio, su tono tan frío y calculador como siempre, pero había una tensión palpable—. ¿Lo entiendes? Ese espíritu no solo quería matarte. Quería corromperte, y lo hubiera hecho si no hubiese intervenido.
Auren se sentó lentamente en la cama, sus ojos fijos en el rostro de Kael. ¿Por qué había intervenido? Había algo que no encajaba. El Kael que conocía no salvaría a nadie, mucho menos a ella. Entonces, ¿por qué lo había hecho?
—¿Por qué lo hiciste? —preguntó, su voz firme, pero con un toque de curiosidad.
Kael no respondió de inmediato. En lugar de eso, se levantó de la silla y caminó hacia la ventana, mirando hacia el horizonte. La tarde se desvanecía, y las sombras caían lentamente sobre la ciudad. Un silencio pesado llenaba la habitación.
—Porque me debes una. —Finalmente dijo, sin girarse para mirarla—. Y te advierto, Auren, lo que está por venir es más grande de lo que imaginas..
Ella lo observó, sin comprender completamente lo que había querido decir. Kael estaba siendo evasivo, algo que no solía hacer. Estaba claro que había más en juego de lo que parecía, y él lo sabía.
—Lo que no entiendes es que has tocado algo que no se puede ignorar. —Kael continuó, esta vez girándose hacia ella—. La magia del Bosque de la Desolación no es solo un juego. Las fuerzas que allí habitan están conectadas con los antiguos pactos, los mismos que han dominado el destino de todos los invocadores durante siglos..
Auren sentía cómo su mente se aceleraba. ¿Antiguos pactos? Algo en su interior le decía que había mucho más detrás de sus palabras, pero no podía asimilarlo todo de una vez.
—¿Qué significa eso? —preguntó con voz temblorosa.
Kael dio un paso hacia ella, su rostro ahora serio, casi sombrío.
—Significa que has invocado algo más grande que el Leviatán, más grande que tú misma. Y si no aprendes a manejarlo pronto, todo lo que conoces podría desmoronarse..
Auren no pudo evitar sentir una punzada de miedo. El peso de sus decisiones caía sobre ella como una carga invisible.
Pero antes de que pudiera responder, el vibrar de un sello interrumpió el momento. Era el símbolo que había marcado su vínculo con el Leviatán, ahora resplandeciendo en su pecho.
Kael frunció el ceño, acercándose rápidamente. La luz del sello comenzó a cambiar, tomando una tonalidad roja más intensa, como si fuera una señal de que algo había sido despertado. El aire en la habitación se volvió pesado nuevamente, y Auren sintió cómo una fuerza externa comenzaba a apoderarse de ella.
—No es normal. —Kael dijo en voz baja, observando la marca con inquietud—. Esto significa que el pacto está siendo alterado. Y si el Leviatán se da cuenta de lo que has hecho, las consecuencias no solo te afectarán a ti. Afectarán a todos los que te rodean..
Auren intentó controlar la creciente sensación de descontrol que sentía. La conexión con el Leviatán era fuerte, pero no la entendía completamente. No había sido preparada para ello.
—¿Qué debo hacer? —preguntó, más por instinto que por lógica.
Kael la miró, una expresión mezcla de duda y resolución en su rostro.
—Tienes que aprender a controlar tu magia. Si no lo haces, podrías perder el control por completo. —Su voz era baja, pero la urgencia era clara—. Y si eso ocurre… no solo perderás tu vida, perderás el destino de todos los invocadores..
Esa noche, Auren no pudo dormir. Su mente estaba abrumada por las palabras de Kael. Los pactos antiguos, la magia descontrolada, el Leviatán… todos esos elementos se entrelazaban, y lo único que le quedaba era encontrar la clave para detener todo esto.
Al día siguiente, se dirigió a la biblioteca más antigua de la Academia, un lugar que pocos conocían. Era allí donde se guardaban los registros olvidados, los textos sobre los antiguos pactos y las magias prohibidas. Sin embargo, no fue fácil encontrar lo que buscaba. Cada pasillo estaba lleno de sombras de los antiguos invocadores, aquellos que habían perdido el control y caído en la oscuridad.
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Editado: 18.05.2025