Capítulo 17 — La Redención Rota: El Precio de la Luz y la Oscuridad

📖 Capítulo 17 — La Redención Rota: El Precio de la Luz y la Oscuridad

El eco del colapso del Leviatán resonó en toda la Academia, y un pesado silencio cayó sobre el campo de batalla. Aunque las criaturas oscuras habían sido derrotadas, la atmósfera seguía cargada con una energía inquietante. El mundo parecía haber respirado un suspiro de alivio, pero Auren sabía que el equilibrio recién restaurado era solo temporal.

Al abrir los ojos, Auren sintió el peso de la magia sobre su cuerpo, aún latente, aún vibrante. La combinación de la luz y la oscuridad no había sido sencilla, y ahora sentía la tensión en su interior, como si ambas fuerzas la estuvieran consumiendo.

—¿Lo logramos? —preguntó Kael, acercándose a ella con paso firme, pero su rostro reflejaba una preocupación creciente.

Auren lo miró, y antes de poder responder, un estremecimiento recorrió su columna. La energía oscura parecía persistir en su interior, no se disipaba por completo, y sus dedos comenzaron a brillar con un resplandor tenue, entrelazado con sombras.

—No. —Auren susurró, mirando al horizonte, donde el primer bastión, aunque dañado, seguía flotando, observándolos con ojos vacíos, como si el mal nunca se fuera por completo.

El espíritu ancestral apareció ante ella, su figura aún etérea pero llena de sabiduría.

—La luz y la oscuridad siempre serán parte de ti. —su voz resonó en el aire como un canto ancestral—. Has tenido el coraje de invocar ambas fuerzas, pero recuerda que, al hacerlo, has alterado el equilibrio. El precio será alto..

Auren asintió lentamente, un amargo entendimiento en sus ojos.

—Lo sé. —Su voz se quebró ligeramente. ¿Cómo puedo controlarlo?.

El espíritu ancestral se acercó, su presencia casi apabullante.

—Debes aprender a equilibrarlas dentro de ti. No puedes dejar que ninguna de las dos tome el control. La oscuridad consume, pero la luz sin restricción puede destruir. —dijo, sus ojos brillando con intensidad—. La verdadera batalla está dentro de ti..

Auren sentía la verdadera magnitud de sus palabras. Ya no era solo una cuestión de magia. Ahora, la lucha sería interna, con su propia esencia.

De repente, un grito cortó el aire. Auren se giró, sus ojos se abrieron con rapidez al ver una figura emergiendo del bastión flotante. Un ser oscuro, envuelto en una capa de sombras, se acercaba volando. Su energía era palpable, un eco distante del Leviatán, pero con una voluntad propia.

El primer enemigo de Auren se materializó: un espectro cuyo rostro era solo una sombra sin rasgos definidos. La entidad oscura se detuvo frente a ella, emitiendo una risa baja y cavernosa.

—Has vencido al Leviatán, pero aún no has ganado. —su voz era como un eco vacío, resonando en la mente de Auren—. ¿Acaso crees que tu alma se salvará tan fácilmente?.

Auren se tensó, un escalofrío recorriéndole el cuerpo. Esta entidad no era una creación del Leviatán, sino algo mucho más antiguo. Una sombra que había estado esperando su oportunidad.

—No soy solo una creación de oscuridad. —dijo el espectro, acercándose lentamente a ella. Soy lo que queda cuando se rompe el equilibrio. Soy el precio de tu poder..

El espíritu ancestral se interpuso, pero el espectro desapareció en un parpadeo, rodeando a Auren y la envolvió con una neblina oscura. La energía oscura en su interior comenzó a descontrolarse mientras la sombra intentaba absorberla.

Kael gritó su nombre, pero el espectro no era visible a simple vista, solo su presencia era suficiente para atacar. Auren cerró los ojos, invocando nuevamente la magia de la luz, pero esta vez, no fue suficiente.

—¡No! —Auren gritó, luchando por mantener el control, pero la oscuridad la llamaba, la tentaba a ceder. La energía corrupta se desbordaba por sus venas, y sentía cómo comenzaba a perder el equilibrio.

Pero entonces, algo dentro de ella despertó.

Una recuerdos no de su vida anterior, sino de las pruebas que había superado, de las personas que había jurado proteger.