Renacer de Cenizas y Mareas.

Capítulo 22 — La Esencia del Abismo: El Sacrificio Final.

Capítulo 22 — La Esencia del Abismo: El Sacrificio Final

La ciudad costera estaba rodeada por una espesa niebla, y el ruido del mar se escuchaba lejano, como un susurro sordo que advertía de lo que estaba por venir. Auren se encontraba frente al portal sellado, el guardián de la oscuridad observándola con una mirada que penetraba hasta lo más profundo de su alma. El aire era denso, cargado de una energía que parecía succionar cada pensamiento, cada emoción.

En su pecho, el poder oscuro se agitaba, pulsando como una bestia hambrienta, y aunque Auren había decidido enfrentarse a él, sabía que la prueba que estaba a punto de atravesar sería más que una simple batalla. No solo enfrentaría la oscuridad exterior, sino también la oscuridad interna que había comenzado a corroerla por dentro. Cada paso hacia adelante era un riesgo, y no podía permitirse dudar. La puerta del abismo no solo se abría al mundo exterior, sino también a sus propios miedos.

Kael se acercó a su lado, sus ojos llenos de preocupación y determinación. A pesar de que Auren había elegido el camino del sacrificio, su decisión no era algo que él pudiera aceptar sin luchar.

No estás sola en esto. —dijo Kael, sus palabras firmes, como un ancla que la mantenía aferrada a la realidad. —Te hemos acompañado hasta aquí, y no te dejaremos enfrentar esto sola..

Auren lo miró por un momento, y en sus ojos brilló una mezcla de gratitud y dolor. Sabía que Kael estaba dispuesto a sacrificarlo todo por ella, pero la carga que llevaba sobre sus hombros era demasiado grande como para que él cargara con ella. Era su batalla.

Este es mi camino, Kael. —dijo suavemente, pero con una decisión inquebrantable. —Te prometo que no te dejaré arrastrar en esta oscuridad..

Kael no dijo más, pero su mirada lo dijo todo: sería su última batalla juntos, y la ganaran o perderían.

La puerta sellada comenzó a vibrar, resonando con la magia oscura que Auren había desatado. El guardián extendió su mano, y las sombras a su alrededor parecieron cobrar vida, como si estuvieran observando a Auren, esperando su próximo movimiento.

Este es el momento. —dijo el guardián con voz profunda, casi un susurro que retumbó en el aire. —Enfrenta tu destino. La oscuridad que habita en ti es el reflejo de lo que alguna vez fue. Para sellarla, debes enfrentar la esencia de lo que eres ahora. La sombra primordial que te consume..

Con una respiración profunda, Auren levantó la mano derecha, sintiendo la magia oscura recorrer su piel. Sabía que lo que estaba por venir no era una simple lucha física, sino algo mucho más profundo. Era una lucha contra su ser, contra la parte de ella misma que nunca había querido aceptar.

Con un movimiento decisivo, rompió el sello. Un rugido profundo llenó el aire, y la puerta del abismo se abrió por completo. Desde las profundidades, una oscuridad pura comenzó a ascender, una presencia que parecía consumir la luz misma, un vacío que amenazaba con tragarlo todo.

De repente, las sombras se transformaron, formando una figura que parecía ser una extensión de Auren misma. Era una versión de ella, pero despojada de toda humanidad, un ser oscuro, lleno de desesperación y poder. La figura sonrió con una mueca cruel, como si supiera lo que Auren temía más.

¿Crees que puedes vencerme? —dijo la figura con una voz que retumbó en el aire. —Soy tú. Soy lo que dejas atrás, lo que te consumes. Soy lo que nunca aceptaste..

Auren retrocedió un paso, pero se mantuvo firme. No iba a dejarse dominar. Sabía lo que tenía que hacer. Este era su sacrificio, su momento de enfrentarse a la oscuridad dentro de sí misma.

No eres yo. —dijo, su voz llena de firmeza y decisión. —Eres lo que podría ser, si me dejara llevar por mis miedos, por mi desesperación. Pero no me consumirás. No ahora, ni nunca..

La figura oscura se encorvó hacia ella, con una risa macabra.

Entonces, ven y demuéstralo..

La batalla comenzó en un torbellino de sombras y luz. Cada golpe que Auren lanzaba a la figura oscura era respondido con la misma intensidad, pero cada vez que el poder de la oscuridad la alcanzaba, sentía un pedazo de su alma ceder. Su humanidad era lo único que la mantenía a flote, pero la oscuridad la estaba arrastrando.




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