Capítulo 26 — La Profecía del Abismo: Los Ecos del Pasado.

📖 Capítulo 26 — La Profecía del Abismo: Los Ecos del Pasado

Auren no podía dejar de pensar en las palabras del Señor del Abismo. La oscuridad que había sellado dentro de sí parecía cobrar una nueva forma, un peso aún más grande al que no podía escapar. El mapa en el mar seguía grabado en su mente, una profecía olvidada que resonaba como un eco que no podía silenciar.

Kael, al verla perdida en sus pensamientos, la observó con una creciente preocupación. Sabía que Auren llevaba una carga inmensa, pero los demonios internos que luchaban en su mente eran aún más grandes que cualquier enemigo físico que pudiera enfrentar. ¿Cómo podía ella controlar el poder del Abismo y no perderse a sí misma en el proceso?

—Auren... —dijo suavemente, colocando una mano sobre su hombro. —Lo que el Señor del Abismo dijo... no significa que debas seguir ese camino. Tienes la opción de decidir qué hacer..

Auren levantó la mirada, sus ojos brillando con la intensidad de un conflicto interno. ¿Qué opción? Si realmente era la Guardiana, ¿cómo podría rechazar lo que parecía ser su destino? Las sombras de su poder resonaban en su pecho, como un grito silencioso que quería liberarse.

—¿Qué haría alguien como yo, Kael? —preguntó, su voz rota. —Soy la heredera de la oscuridad... ¿cómo puedo elegir otra cosa?.

Kael no respondió de inmediato. Sabía que las palabras no serían suficientes, pero algo en su interior le decía que no debía dejar que Auren se perdiera en las sombras. Tenía una fuerza que ella misma aún no entendía, algo más allá de la oscuridad que estaba dentro de ella.

Esa noche, Auren no pudo dormir. El mapa del Abismo continuaba apareciendo en sus sueños, cada vez más claro. La figura del Señor del Abismo se desvanecía en la niebla, dejando tras de sí ecos de un pasado olvidado. Ella sabía que ese pasado tenía algo que ver con su destino. Pero, ¿cómo encontrar respuestas?

El silencio del amanecer fue interrumpido por la llegada de un mensajero, que irrumpió en la torre donde se refugiaban. Llevaba una carta sellada, su rostro grave y preocupado.

—Guardiana, esta es una misiva urgente para ti. —dijo, entregando la carta a Auren.

Auren la tomó con manos temblorosas, el sello oscuro sobre el pergamino ya presagiando malas noticias. Abrió la carta con rapidez, leyendo sus palabras en voz baja:

—“El Abismo no olvida a quienes lo desafían. El poder que sellas no permanecerá oculto mucho más tiempo. Hay quienes buscan reclamarlo antes que tú. La guerra está cerca, y las sombras se alzan para destruir a los que se interponen en su camino. Regresa a donde todo comenzó, antes de que el Abismo te consuma.”

El mensaje era claro: no solo el Señor del Abismo estaba interesado en ella, sino que había otros que también buscaban el poder ancestral que llevaba dentro. El mapa era solo el principio, y lo que estaba por venir sería aún más oscuro.

—¿Qué significa esto? —preguntó Kael, con un tono grave. —¿Qué buscan esos otros?.

Auren frunció el ceño, su mirada fija en la carta mientras una nueva comprensión comenzaba a formarse en su mente. La guerra estaba cerca, y la oscuridad no solo amenazaba con consumirla a ella, sino que también ponía en peligro todo lo que había conocido.

—No sé si estoy lista para esto... —dijo, pero su voz era más firme ahora. —Pero no tengo otra opción. Tengo que regresar. Al lugar donde todo comenzó..

El viaje de regreso a la antigua academia, donde todo comenzó, fue largo y lleno de incertidumbre. Auren sentía la presencia del Abismo acercándose cada vez más, como una sombra que la acechaba desde las profundidades del mar. El mapa que había visto en la visión seguía guiándola, un destino que no podía evitar.

La academia se alzaba en el horizonte, antigua y desgastada por el tiempo, pero aún tan imponente como cuando la había dejado. Auren se detuvo ante sus puertas, sintiendo una mezcla de ansiedad y determinación.

—Esto es lo que me estaba esperando. —dijo, mientras se giraba hacia Kael. —Aquí, en la academia, se encuentra la verdad sobre mi poder. La clave para todo lo que está por venir..