Capítulo 29 — El Consejo de los Ancianos: Sombras del Pasado.

📖 Capítulo 29 — El Consejo de los Ancianos: Sombras del Pasado

Auren caminaba por los pasillos oscuros de la academia, su corazón latiendo con una mezcla de alivio y cautela. Había vencido al Señor del Abismo, pero sabía que esa victoria no sería el final de su lucha. La oscuridad no se había ido, solo se había transformado. Y algo más, más grande y oscuro, comenzaba a moverse en las sombras.

La Academia de Magia había sido un refugio, pero también un punto de conexión para las fuerzas que deseaban controlar el poder que ella había liberado. Desde su batalla contra el Abismo, los rumores se habían extendido rápidamente. El Consejo de los Ancianos había comenzado a discutir su destino, y las sombras del pasado de Auren ya no podían ocultarse más.

Mientras recorría los pasillos, la presencia de alguien cercano hizo que sus sentidos se agudizaran. No tardó en ver a Kael, quien la esperaba en una esquina. Su rostro estaba sombrío, algo no estaba bien.

—Auren... —comenzó Kael, su voz grave, llena de preocupación. —He escuchado rumores. El Consejo de los Ancianos... están reuniéndose..

Auren frunció el ceño. El Consejo de los Ancianos, esos seres que gobernaban el equilibrio de la magia, siempre habían sido una figura de autoridad. Pero no era solo su poder lo que la preocupaba, sino lo que sabían de su linaje y de lo que ella había liberado.

—¿Qué quieren de mí? —preguntó Auren, su voz tensa.

Kael la miró fijamente, sus ojos reflejando una mezcla de preocupación y determinación.

—No lo sé, pero te están observando más de cerca. —respondió. —La magia que has desatado… no es algo que acepten fácilmente. Están planeando algo..

Auren se quedó en silencio, procesando las palabras de Kael. Sabía que no podía esconderse más. La oscuridad dentro de ella no era solo un poder que había elegido manejar, sino una amenaza para aquellos que querían mantener el control.

Esa misma noche, Auren fue convocada a la sala principal de la academia, donde el Consejo de los Ancianos la esperaba. Los doce miembros del Consejo estaban presentes, cada uno con su aura mágica palpable, como un peso en el aire. Las grandes puertas de la sala se cerraron tras ella, y un profundo silencio llenó el espacio.

En el centro, el Gran Maestro Eldris, líder del Consejo, la observaba con sus ojos sabios, pero llenos de una duda que Auren no había visto nunca. A su lado, la anciana Lady Seraphis —una de las hechiceras más poderosas del Consejo— también la miraba, su mirada afilada como una espada.

—Guardiana Auren, —comenzó Eldris, su voz solemne. —Sabemos que la oscuridad ha dejado su marca en ti. El poder que llevas dentro no es algo que podamos ignorar..

Auren sintió una presión en su pecho. Cada palabra que decía el Gran Maestro parecía pesar toneladas, pero ella no iba a ceder. Sabía que su poder no era algo para temer, sino para usar sabiamente.

—¿Qué quieren de mí? —preguntó Auren, firme. —¿Acaso quieren controlarme, como hicieron con tantas otras almas antes que yo?.

Lady Seraphis levantó una mano, su magia envolviendo la sala como una niebla fría.

—No te equivoques, Auren. No deseamos controlarte. Lo que buscamos es entender. La magia que has desatado es peligrosa. Podría cambiar el curso del equilibrio de las fuerzas en todo el mundo..

Auren respiró hondo, su mente trabajando rápidamente. El Consejo de los Ancianos no la veía como una aliada, sino como una potencial amenaza. Y lo peor de todo era que, en muchos aspectos, tenían razón. El Abismo seguía dentro de ella, y ella era la única que podía controlarlo… o destruirlo.

—No soy una amenaza para el mundo. Soy la única que puede evitarlo. —dijo Auren, su tono desafiante.

El Gran Maestro Eldris se levantó de su asiento, y su aura mágica creció, envolviendo la sala. Era una presión abrumadora, como si la verdad absoluta estuviera en juego.

—Si realmente crees que controlas esa oscuridad, —dijo Eldris con voz grave—, demuéstralo..