Capítulo 30 — La Profecía Desvelada: Fuerzas en la Sombra.

📖 Capítulo 30 — La Profecía Desvelada: Fuerzas en la Sombra

El aire en la Academia de Magia parecía más denso que nunca. Auren, aunque aún fatigada por la prueba del Consejo, no podía dejar de pensar en las palabras de Eldris. El Consejo de los Ancianos había reconocido su poder, pero también le había advertido sobre lo que venía. La profecía que había sido sellada durante siglos comenzaba a desvelarse lentamente, y Auren no sabía si debía sentirse aliviada o aterrada.

La oscuridad dentro de ella se había calmado, pero no había desaparecido. En su lugar, un nuevo vacío había tomado su lugar, como si algo aún estuviera a punto de despertarse. La magia ancestral dentro de ella pulsaba con fuerza, como si estuviera esperando el momento adecuado para desatarse.

Kael se acercó a ella en el patio de la academia, sus ojos reflejando una preocupación que no podía ocultar. Había algo diferente en su actitud, una sensación de que el peligro que se avecinaba era mucho más grande de lo que ambos podían manejar.

—Auren, tenemos que hablar.** —Kael dijo, su tono grave. —Hay algo más..

Auren lo miró fijamente. Sabía que Kael no era de los que se dejaban llevar por las emociones, así que si él decía que había algo más, entonces era algo grave.

—¿De qué se trata? —preguntó, su voz seria.

Kael se acercó un paso más, mirando alrededor para asegurarse de que no había nadie cerca. La magia del lugar estaba aún más cargada que nunca, y él sabía que sus palabras podían tener consecuencias graves si alguien las escuchaba.

—La Profecía… no solo habla de ti, Auren. Habla de todos nosotros. —dijo Kael, su voz temblando ligeramente. —Habla de un renacer y una destrucción que cambiará el curso del mundo. Pero lo más peligroso es que no estamos solos. Alguien más la conoce. Y esa persona ha comenzado a moverse..

Auren sintió un calor frío recorrer su columna vertebral. La Profecía no era algo que hubiera tomado a la ligera. Sabía que las palabras del Consejo de los Ancianos no solo se referían a su poder, sino a un evento mucho más grande que estaba por suceder. El renacer y la destrucción… ¿de qué hablaba exactamente?

—¿Quién más sabe de la Profecía? —preguntó Auren, el miedo apenas contenido en su voz.

Kael se detuvo por un momento, mirando hacia el horizonte. Sabía que lo que estaba por decirle a Auren cambiaría todo lo que creían saber.

—La sombra que te persigue, Auren, es más antigua de lo que imaginas. Es alguien que conoce el secreto detrás de la Profecía, y está reuniendo fuerzas. —Kael hizo una pausa antes de continuar. —Este ser no es solo un enemigo común. Es alguien que estuvo cerca de ti en tu vida anterior, alguien que formó parte de tu familia..

Auren lo miró con incredulidad. Su mente comenzó a correr a toda velocidad. ¿Alguien de su familia? ¿Cómo podía ser eso posible? Su familia, la que la había humillado en su vida anterior, ¿podría haber estado involucrada en algo tan oscuro y poderoso?

—No… eso no puede ser posible. —murmuró, el rechazo en su voz palpable. —Mi familia fue la causa de todo lo que sufrí. ¿Cómo podría uno de ellos estar detrás de esto?.

Kael suspiró profundamente, su rostro grave.

—No puedo darte más detalles aún. Pero este ser… es conocido como El Eterno, y está buscando el artefacto que desatará el renacer de lo que fue sellado hace mil años. Tú, Auren, eres la clave..

La noche había caído por completo sobre la academia, pero Auren no podía dormir. Su mente estaba llena de preguntas que no podía responder. El Eterno, alguien de su propia familia, estaba detrás de la Profecía… y todo lo que ella había vivido hasta ahora parecía tener un propósito mucho más oscuro del que imaginaba.

Decidió que debía buscar respuestas. No podía esperar a que el Consejo de los Ancianos tomara la iniciativa. Era su destino, y estaba determina a enfrentarlo.

Auren caminó por los pasillos desiertos de la academia, hasta llegar a una puerta oculta que solo aquellos con un conocimiento profundo de los secretos de la escuela podían conocer. Esa puerta llevaba a una biblioteca secreta, un lugar donde se almacenaban los antiguos escritos sobre la magia y los artefactos olvidados.

En el interior, el polvo y el silencio se sentían como un peso sobre sus hombros. Auren caminó entre los estantes, buscando libros antiguos sobre la Profecía. Finalmente, encontró un volumen encuadernado en cuero negro, marcado con símbolos que parecían vivos. Lo abrió con cautela, sabiendo que lo que iba a encontrar cambiaría todo.