Renacer de Cenizas y Mareas.

Capítulo 32 — La Alianza de las Profundidades: El Camino hacia el Artefacto.

📖 Capítulo 32 — La Alianza de las Profundidades: El Camino hacia el Artefacto

La noche estaba más oscura que nunca en la Academia de Magia, pero Auren no sentía miedo. Lyrian, el guardián marino, se había quedado a su lado mientras las aguas del océano parecían llamar a su nombre. A su lado, Kael y los demás aliados miraban con cautela al ser marino, quien ahora era uno de sus pocos aliados. No había duda de que el Eterno estaba más cerca de lo que imaginaban, y el artefacto que él deseaba era la clave de todo.

Si vamos a detenerlo, necesitamos un plan. —dijo Kael, su tono decidido. —Y no solo con lo que conocemos. Las fuerzas que buscan el artefacto son mucho más grandes que nosotros..

Auren asintió, pero no podía dejar de pensar en las palabras de Lyrian. El guardián marino había hablado sobre el equilibrio de los reinos: las fuerzas de la oscuridad que El Eterno buscaba desatar no solo amenazaban el mundo humano, sino también los dominios de los seres marinos y otros reinos mágicos.

El artefacto se encuentra en las ruinas de la antigua Atlántida, más allá de las aguas prohibidas. —dijo Lyrian, su voz grave como el eco de las profundidades. —Solo aquellos con la marca del elegido pueden atravesar esas aguas. Pero el artefacto está protegido por antiguas bestias marinas que no permitirán que cualquiera lo toque. Solo aquellos que puedan invocar el poder ancestral de la conexión con el océano podrán alcanzar su destino..

Auren sintió una corriente en su interior. Las palabras de Lyrian eran claras: la marca del elegido, la misma que la vinculaba con los poderes ancestrales, era la clave para acceder al artefacto. Pero si El Eterno ya conocía este secreto, ¿qué quedaba por hacer?

Si el artefacto está en las ruinas de Atlántida, ¿cómo podemos llegar allí? —preguntó Auren, mirando fijamente a Lyrian.

El guardián marino asintió, sus ojos brillando con una luz suave como la luna sobre el mar.

La única forma de llegar allí es atravesando el mar prohibido, un reino donde las leyendas y las sombras cobran vida. Solo los de sangre antigua pueden navegar estas aguas..

El viaje hacia Atlántida comenzó al amanecer. Auren y sus aliados, ahora acompañados por Lyrian y su ejército de criaturas marinas, se adentraron en un territorio desconocido y peligroso. Las aguas oscuras parecían cobrar vida propia, arrastrándolos hacia las prohibidas profundidades donde la magia era más fuerte que nunca.

El mar no era solo agua: era un límite entre mundos, un espacio entre lo que se conocía y lo que se desconocía. A medida que se adentraban más en el océano, el viento se volvía más pesado, y las aguas parecían latir con una fuerza ancestral que Auren no entendía por completo.

Es aquí donde todo comenzará. —dijo Lyrian, su voz baja, casi reverente. —El mar no solo es un camino, sino una prueba para los que buscan lo prohibido. Debemos tener cuidado, Guardiana. La oscuridad te sigue, y este lugar no es amable con los que están marcados por el destino..

Auren se tensó al escuchar esas palabras, pero la marca ancestral en su mano comenzó a brillar débilmente. La conexión con el océano, el poder de las profundidades, era intensa. De alguna manera, sentía como si algo la llamase más allá, como si las aguas mismas estuvieran pidiendo que avanzara.

De repente, las aguas se agitaron violentamente. Un rugido profundo retumbó en la superficie, y una enorme sombra emergió de las profundidades. Era una bestia marina, su cuerpo largo y escurridizo cubierto de escamas oscuras. Sus ojos brillaban como faros en la oscuridad.

¡Es una de las guardianas de Atlántida! —gritó Kael, empuñando su espada. —¡No podemos dejar que nos detenga!.

Auren levantó las manos, sintiendo cómo la magia del océano fluía a través de ella. Con un gesto, las aguas respondieron a su llamado. El poder ancestral se desató, y una burbuja de energía protegió a su grupo de las garras de la bestia.

¡Detente! —gritó Auren, su voz resonando en las profundidades. —No somos enemigos. Buscamos el artefacto de Atlántida..

La bestia, sorprendida por la resistencia de Auren, se detuvo. Sus ojos brillaron con un resplandor dorado, y una antigua voz resonó en su mente.

Solo el elegido puede tocar lo que yace en las profundidades. —dijo la bestia, su tono solemne. —Si buscas lo prohibido, debes demostrar que tu corazón es puro y tu voluntad inquebrantable. Solo entonces podrás reclamar el artefacto..




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.