Renacidos: Los ocho reinos

Capítulo 17.

En el Reino Élfico...

El viaje hacia el Reino Élfico se le hizo eterno a Eleein, pero valió la pena la espera para ella al ver aquel inmenso y maravilloso Reino delante de sus ojos. Todo allí era muy distinto a su pueblo. Allá donde miraba veía algo de vegetación, ya fuera un árbol, arbusto, flor o enredadera. Sus habitantes, obviamente, también eran muy distintos: la inmensa mayoría tenían el cabello blanco al igual que su piel, pero lo que más los distinguía de los humanos eran sus largas orejas puntiagudas y su superior altura.

          - ¿Es asombroso, verdad? - dijo Winnie.

          - SÍ, lo es.

Recorrieron un pequeño trayecto por una calzada y pronto llegaron al Palacio, donde Eldar las estaba esperando. Winnie fue la primera en saludarle con un abrazo y después Eleein se le acercó tímidamente, ambos se sonrieron y se abrazaron.

          - Me alegro de veros - dijo él -. Vamos, los demás nos están esperando.

          - ¿Los demás? - preguntó Eleein confusa.

          - Sí, los otros seres de los que te hablé que necesitamos para cumplir la misión - contestó Winnie.

          - Ya lo recuerdo.

Los tres caminaron durante un tiempo a través de los numerosos y largos pasillos y por fin llegaron a unas grandes puertas de madera tallada las cuales daban a una gran sala de reuniones. En la mesa ovalada que se encontraba justo en el centro estaban sentados cinco seres y en un extremo tres sillas vacías.

          - Bienvenida - sonrió una hada rubia y bajita, reconocible por sus grandes alas cristalinas -. Soy Yaira, tu debes de ser Eleein, he oído hablar mucho de ti.

          - Yo soy Logan - dijo un chico paliducho y de cabello negro. Al principio le pareció un humano hasta que este le sonrió y la muchacha pudo observar unos puntiagudos colmillos que le sobresalían por encima del labio inferior.

"- Un ser oscuro -  pensó la chica -, concretamente un vampiro."

          - Soy Shawn - habló otro de los que allí se encontraban.

"- Un brujo - pensó esta vez, ya que de la solapa de su larga gabardina negra cargaba un broche con el símbolo de Pegars, el Reino Mágico."

          - Yo soy Anna, obviamente una enana, no es muy difícil saberlo por mi estatura.

          - Y yo soy Rigor - Él era un ogro. A pesar de que no se diferenciaban mucho a los humanos no le costó averiguarlo ya que su piel, llena de pequeños bultitos, tenía un color verdoso y sus orejas, manos y pies eran ligeramente más grandes.

          - Bien - dijo Eldar -, ahora que os habéis presentado es hora de que empecemos a hablar de lo que vamos a hacer una vez que lleguemos al Reino Oscuro.

Todos se sentaron en la mesa nuevamente y ahora más serios de lo que estaban hace un momento. Logan fue el primero en empezar la conversación.

          - Yo os ayudaré a entrar en la ciudad y llegar al Palacio de la forma más discreta posible. Conozco el Reino como la palma de mi mano y sé que calles están menos transitadas a cada hora, por no decir desiertas. Es un lugar peligroso y tanto los desterrados como los hombres lobo, vampiros y demás son muy astutos, pero conozco a unos pocos de ellos que nos podrían ayudar y son de fiar. Creo que podremos llegar al Palacio sin problemas, lo complicado va a ser entrar en el recinto, está muy vigilado y lleno de guardias y para eso no tengo contactos.

          - De eso me encargaré yo - dijo Shawn con una sonrisa en los labios -, soy muy bueno con las distracciones - entonces el brujo levantó la mano y unas chispas azules brotaron de la punta de sus dedos.

          - Entonces Logan nos llevará por el Reino hasta el castillo, Shawn distraerá a los guardias para poder colarnos - siguió Eldar -, y una vez dentro buscaremos a Ávader y…

          - Ese castillo es enorme - interrumpió Winnie -, nos costaría mucho tiempo encontrarle, y eso es precisamente lo que no tenemos, tiempo.

          - Mi hermano es sirviente del Rey Oscuro desde la Gran Batalla - añadió Anna -, conoce muy bien el edificio y podría conducirnos hasta él.

          - ¿Y nos podemos fiar de tu hermano? - preguntó Shawn desconfiado.

          - Pues claro, soy su hermana, a parte, él no eligió estar a los pies del que ahora es su señor, le obligaron. Hará cualquier cosa por librarse de su amo y volver con su familia. Conmigo.

          - ¿Y qué vamos a hacer cuando estemos delante de él? - preguntó Yaira.

          - Antes de enfrentarnos a él tendremos que sacar a una persona del castillo y ponerla a salvo - dijo Eldar serio.

          - ¿A quién? - preguntó confusa la sirena.

          - A Luciana.

          - ¿Luciana? ¿Quién es ella? - Preguntó Winnie.

          - La hija del Rey Oscuro - contestó Eldar.

          - ¿Hija? El Rey Oscuro no tiene ninguna hija.

          - Sí, pero la tiene oculta desde que nació. Casi nadie sabe nada de su existencia, al igual que la madre de la misma. Algunos de los pocos que saben que la muchacha existe dicen que la engendró el mismísimo diablo y se la entregó a Ávader a cambio de su alma, ya que este deseaba tener descendientes. Otros dicen que él y una mujer también humana se enamoraron y como fruto de ese amor nació la niña, pero ella le abandonó y lo dejó a cargo de su hija.

          - La primera de las hipótesis no tiene sentido - comentó Logan -, si quisiera tener descendientes para su “Reinado Oscuro” el diablo habría engendrado para él un varón, no una mujer.

          - ¿Eso es lo que más te desconcierta Logan? ¿En serio? - añadió la sirena.

          - ¿Cuántos años tiene ella? - preguntó curioso Rigor.

          - Veinticuatro - dijo Eldar.

          - Un año antes de… - empezó diciendo Yaira.

          - Del comienzo de la Gran Guerra - terminó el brujo.



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En el texto hay: fantasia, amor, aventuras

Editado: 07.01.2020

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