Renacidos: Los ocho reinos

Capítulo 22.

En la habitación de Eleein...

 

La claridad que entraba por el gran ventanal iluminaba toda la habitación y Eleein se despertó poco a poco. Estirándose se levantó de la cama y al girarse vio que en el suelo, justo al lado de la gran puerta, había una carta doblada. Se acercó y la abrió con delicadeza antes de leer lo que ponía en su interior.

Querida Eleein:

Esta noche, desde que volvimos del río, no he podido parar de pensar en ti. No entiendo como no he podido darme cuenta antes de lo que sentía en mi corazón, y lo que dije cuando estábamos juntos es cierto, absolutamente todo. Me gustaría que nos encontráramos por la mañana en el jardín trasero, justo en la entrada del laberinto. Tengo una sorpresa para ti.

Con amor: Eldar.

Un montón de emociones afloraron en su pecho, no había sentido eso con nadie más que con él.

Cerró la carta, la colocó encima de la mesita de noche y se vistió con el mejor conjunto que había traído. Este consistía en una blusa de manga larga muy bonita con escote hasta los hombros, una falda larga beige y unos zapatos del mismo color que la falda.

Salió de la habitación rápidamente y recorrió los pasillos alegre en dirección al jardín. Al llegar vio que Eldar estaba allí de pie con una caja de madera en las manos y una sonrisa en la boca. Se acercó lentamente a él y también sonrió. Este le entregó la caja y ella se sorprendió.

          - ¿Que es esto? - preguntó ella confusa.

          - Ábrelo.

Con sus pequeñas manos abrió la hermosa caja decorada con grabados florales y dentro de esta había una pequeña estatuilla. Al sostenerla en las manos y verla más de cerca se dio cuenta de que era ella.

          - Es preciosa. Gracias - dijo ella más alegre de lo que ya estaba y abrazó a Eldar.

          - De nada. Iba a pedirte disculpas con ella cuando estabas un poco molesta, pero como después lo arreglamos decidí dártela como un simple regalo.

La joven agarró al elfo por la nuca y lo atrajo hacia ella para besarle, y él no se negó. Juntaron sus labios y se quedaron así unos segundos más hasta que escucharon un carraspeo detrás de ellos. Se separaron y giraron rápidamente y las mejillas de los dos estaban completamente rojas.

          - ¿Por qué no me sorprende? - dijo Logan riendo - Este es un lugar público, les recuerdo.

          - Lo sentimos - contestó Eleein aún más colorada.

          - Os estábamos buscando. El desayuno ya está listo.

          - Ahora mismo vamos - dijo Eldar antes de que empezara a hacer preguntas.

El vampiro se giró y, sin hacer el mínimo ruido, se fue. Ellos se miraron una vez más y juntos entraron al palacio.

 

Al cruzar las puertas del comedor todas las miradas se posaron en ellos. Todos empezaron a sonreír, aplaudir y a silbar.

          - ¡Felicidades! - gritó Shawn.

          - ¡Viva la pareja! - imitó Anna.

Yaira se acercó a ellos dos y agarró sus manos para después dar un pequeño apretón.

          - Felicidades chicos. Hacen una hermosa pareja.

Ambos fulminaron con la mirada a Logan por irse de la lengua y este les respondió sonriendo y aplaudiendo con más intensidad. Se sentaron entre risas y felicitaciones completamente rojos.

          - Sabía que vosotros dos acabaríais juntos - dijo Winnie también sonriente.

          - Era obvio - Añadió Rigor.

          - ¿Desde cuando? - preguntó Shawn.

          - ¿Desde cuando qué? - dijo Eldar.

          - ¿Desde cuando estáis juntos?

          - Bueno... Es algo complicado. - contestó el elfo rascándose la nuca.

          - ¿A qué te refieres con "complicado"? - Se inclinó Yaira hacia ellos.

          - Digamos que... No tenemos fecha de inicio.

          - ¿Primer beso? - alzó una ceja Logan.

          - Después del regreso de Calendra - bajó la mirada Eldar.

          - ¿Quién se lanzó? - sonrió Rigor.

          - ¿Esa información es relevante?

          - Pues claro que sí.

          - Fue él - señaló Eleein hacia Eldar, el cual tenía a su izquierda.

Todos se quedaron viéndola y después rieron a carcajadas, Eldar incluido.

          - Ayer no vinisteis a cenar ninguno de los dos, ¿A caso estabais...?

          - ¡Shawn! - gritaron al unisono la pareja.

          - Eso es un sí - añadió Logan, y ambos empezaron a reír.

          - ¿Podemos acabar tranquilos el desayuno, por favor? - se quejó Winnie.

Se prepararon con sus armaduras y respectivas armas, excepto Shawn, ya que este utilizaba sus poderes. Anna agarró su hacha, Logan su daga, Rigor su mazo de espinas, Winnie su ballesta, Yaira su látigo, Eldar su Arco y Eleein una espada, la cual le había dado el elfo.

           - Agarra la espada con las dos manos - dijo él al ver que la chica no tenía ni idea de como sujetarla -. Levántala y coloca los pies y los brazos firmes. Tienes que sentir que la espada es parte de tu cuerpo, como un brazo más. Anna - llamó a la enana -, adelante, y no la destroces, es principiante.

           - Claro majestad.

Él hizo una mueca de desagrado al escuchar "majestad", pero no le dio más importancia. Anna se colocó delante de la joven y fue la que primero atacó. Eleein frenó el golpe con su espada y al ver que la otra chica se preparaba para asestar otro ataque esta lo volvió a bloquear. Después de defenderse unas cuantas veces más empezó a atacar ella también. Poco a poco iba ganando confianza y su técnica mejorando.

           - Lo has hecho muy bien - dijo Anna al acabar.

           - Gracias - contestó ella.

           - Es cierto, eres muy buena luchadora - añadó Winnie y Eldar le sonrió.

Todos hicieron una pausa para reponer fuerzas y mientras charlaron y Anna y Shawn acabaron discutiendo, como siempre.



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En el texto hay: fantasia, amor, aventuras

Editado: 07.01.2020

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