En los aposentos reales...
- ¿De que estás hablando? - dijo la reina horrorizada.
- Madre, yo me he enamorado de ell. - se armó él de valentía.
- No sabes quién es ella, no tienes ni la menor idea.
- Ella es la mujer a la que amo, si no te gusta mi decisión no me importa - era la primera vez que Eldar le hablaba tan directamente a su madre.
- Entiendo tu decisión hijo, pero no estoy de acuerdo. Ella...
- ¿Qué es lo que ocurre, madre? Dímelo de una vez.
- Eso tendrás que averiguarlo tú, yo no soy quién para decírtelo. El secreto no es mío, cariño. Esa chica es hermosa y parece buena, pero su familia esconde un secreto que cuando lo descubras te sorprenderás.
- No me importa el pasado de ella ni de sus familiares. Ella es la mujer más maravillosa del mundo y no la cambiaría por nada - hizo una pausa y se levantó del sillón mirando a su madre -. Tan solo quería que lo supieras, y esperaba que aprobaras el hecho de que ahora estamos juntos.
- Sabes perfectamente que el protocolo no nos permite casarnos con otra especie que no sean elfos, y menos tener descendencia.
- Me da igual el protocolo. Os pido que cambiéis esa norma, si no nos iremos a otro reino.
- ¿Y desatender tus obligaciones como príncipe?
- No me importa mi título, solo Eleein. Ella es a la que amo, y si no estás de acuerdo con lo nuestro no me importa.
Eldar se dirigió a la puerta enfadado y no le hizo caso a las súplicas de su madre.
En el pasillo del palacio...
Eleein caminaba por el largo corredor y, antes de llegar a donde se encontraba una puerta semi-abierta, escuchó a Eldar hablar.
- No me importa mi título, solo Eleein. Ella es a la que amo, y si no estás de acuerdo con lo nuestro no me importa - dijo él aparentemente furioso.
El pecho de la joven extrañamente se llenó de alegría y una sonrisa apareció en su boca.
- Hijo... - suplicó su madre.
Ella escuchó unos pasos acercarse desde el interior de la estancia y le dio el tiempo justo en girar la esquina al mismo tiempo que Eldar salía de la habitación.
Él se fue directo a sus aposentos furioso. Al llegar se sentó sobre la cama y apoyó su cabeza entre las manos. El chirriar de la puerta le hizo levantar la vista y delante de él estaba Eleein de pie.
- ¿Puedo pasar? - sonrió la joven.
- Claro.
Ella se acercó al elfo y se sentó a la derecha de este. Deslizó su mano en la de él y le dió un pequeño apretón.
- He escuchado por error tu conversación con Iris.
- ¿Lo has escuchado todo? - preguntó Eldar preocupado.
- No, solo el final de todo, dónde le decías que no te importaba título, si no estar conmigo.
- Y es cierto, todo lo que dije lo es.
- No quiero que tú y tu madre os peleéis por mi culpa.
- Esto no tiene que ver contigo, en serio, no te preocupes. - hizo una pequeña pausa - Te amo Eleein.
- Y yo a ti.
Se besaron suavemente y al poco de separarse Eldar volvió a ponerse serio.
- Se acerca el día de emprender el viaje hacia el Reino Oscuro.
- Cierto, con todo lo que ha pasado estos últimos días se me había olvidado.
- Ven - dijo el muchacho levantándose aún con su mano sujetando la de la chica -, iremos a hablar con los demás sobre ello.
En el salón de reuniones del palacio...
Todos se encontraban al rededor de la enorme mesa en silencio y esperando a que Eldar comenzara a hablar.
- Ya sabéis porqué estamos todos aquí - comenzó - .Todos estamos ya lo suficientemente entrenados como para enfrentarnos a Ávader y sus secuaces y, como ya sabéis, la fecha se aproxima.
- ¿Cuando partiremos? - preguntó Anna.
- Dentro de dos días, así que espero que para entonces estéis preparados.
Nota de la autora:
Lo siento muchísimo por actualizar tan tarde, pero sigo muy ocupada y me cuesta concentrarme para poder escribir. Espero que lo entendáis y nos vemos en el siguiente capítulo ❤❤
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