Renacidos: Los ocho reinos

Capítulo 29.

Esa noche en el Reino Élfico...

 

Eleein deambulaba sin rumbo por el gran jardín del castillo cuando alguien se paró detrás de ella. La Reina Iris estaba de pie y con los ojos rojos e hinchados, los cuales daban a entender que había estado llorando recientemente.

          - Majestad, ¿se encuentra mejor? - preguntó la chica.

          - Sí, tan solo quería darte las gracias.

          - ¿A mí? No he hecho nada para merecerlas.

          - Pues claro que lo has hecho. Winnie me ha contado todo lo que ha ocurrido en el viaje. Al principio no confiaba en ti y creía que te estabas aprovechando de mi hijo, pero ahora que sé todo... No debí de desconfiar de ti desde el principio.

          - ¿Era por mi madre, verdad?

          - ¿A qué te refieres?

          - Sospechabas que me estaba aprovechando de su hijo por lo que hizo mi madre, ¿no es así?

          - Sí, y realmente lo siento. Pero, ¿cómo es que lo sabes?

          - Ávader me lo contó.

          - Sea lo que sea que te halla contado ese bastardo dudo que fuera toda la verdad.

          - Dijo que él y mi madre habían estado casados y después de nacer mi hermana ella les abandonó. Y que él fue el que mató a mis padres.

          - Tu madre no abandonó a tú hermana, solo quería marcharse del lado de Ávader, pero tubo que dejar a Luciana con él, no le quedó elección.

          - Todo el mundo tiene elección.

          - Sí, pero eso era lo que tubo que hacer para protegerla. Sabía que si se la llevaba con ella Ávader las buscaría sin cesar hasta encontrarlas, y entonces las mataría a las dos. Si la dejaba con su padre y huía él cuidaría de Luciana, aunque intentara asesinarla a ella igualmente.

          - ¿Cómo estaba tan segura de que cuidaría a Luciana?

          - Porque, a pesar de ser malvado, él amaba a tu madre realmente, y su hija sería lo último que le quedaría de ella. Después de eso Olivia volvió al reino humano como una Renacida y allí conoció a tu padre. Ellos eran realmente felices, y más después de tenerte a ti pero, cuando Ávader volvió a atacar, esta vez no pudieron salvarse. Te dejaron con Rufus antes de que ocurriera.

          - ¿Cómo sabes todo esto? - un largo silencio se apoderó del jardín hasta que la Reina volvió a hablar.

          - Yo y tu madre... Fuimos amantes - Los ojos de Eleein se abrieron como platos ante aquella confesión -. Ocurrió poco antes de que ambas nos casáramos. Yo amaba a tu madre, pero ella al parecer no sentía lo mismo por mí. Después de conocer a Ávader me confesó que había desarrollado sentimientos por él. Al principio ese bastardo era apuesto y a primera vista buena persona, pero a mí nunca me dio buena espina. Luego tu madre y él se casaron y poco después yo con Adanedhel, aunque el nuestro fue un matrimonio arreglado, nunca le amé, pero con el paso del tiempo acabamos por convertirnos en grandes amigos.

          - ¿Seguías enamorada de mi madre cuando te casaste? - preguntó la joven con curiosidad.

          - Sí, y creo que nunca he dejado de amarla. Cuando me enteré de su muerte quedé devastada - Hizo una pausa -. Desconfié de ti porque no quería que a mi hijo le ocurriera lo mismo que me ocurrió a mí. Ahora veo que me equivocaba y que lo amas con cada pedazo de ti.

Una sonrisa melancólica se dibujó en sus labios. Observó que la mirada de la Reina descendió por su cuerpo hasta su vientre y se detuvo ahí, hasta notar la mirada de la chica, por lo que volvió a posar sus ojos en los de ella.

          - ¿Lo sabes? - preguntó Eleein.

          - Veo que te lo contó - La joven asintió.

          - Sus últimas palabras fueron "cuida bien de nuestro bebé" - ella retuvo una lágrima.

          - Mi hijo también te amaba muchísimo. Accedió a renunciar al trono sólo para estar a tu lado y poder cuidar de vuestro futuro hijo o hija - una triste sonrisa rompió su expresión seria -. No quería que fueras con ellos a la batalla cuando se dio cuenta de tu embarazo, pero no quería impedírtelo, sabía que era muy importante para ti hacer justicia por tu madre. Acudió a mí para pedirme consejo y acabé gritándole. - Eleein juraría que ella estaba a punto de estallar en llanto, pero supo aguantar las lágrimas - Me arrepiento muchísimo de eso.

El cielo empezó a nublarse y unas finas gotas de lluvia cayeron de ellas. Las dos entraron al palacio nuevamente antes de que el clima empeorara.

          - Es mejor que vallamos a desacansar, hoy ha sido un día largo - Eleein asintió y con eso cada una se dirigió a sus respectivos aposentos.

 

Dos días después...

 

          - Es hora de volver a casa - dijo Eleein viendo el carruaje que tenía justo delante de ella.

          - Iré contigo - dijo su hermana detrás de ella. Eleein sonrió y se acercaron al resto del grupo para despedirse.

          - Os hecharemos de menos - dijeron Shawn y Anna a la vez.

          - Sí, todos lo haremos - sonrió Winnie.

          - ¿Volveréis todos a vuestros reinos? - preguntó Eleein.

          - Sí -  contestó Rigorg.

          - Bueno, todos menos yo - dijo Logan -. Hice el juramento y ahora ya no puedo volver a irme así que... Buscaré algún sitio dónde quedarme.

          - ¿Por qué no vienes con nosotras al Reino Humano? - preguntó Luciana.

          - Sí, te gustará - añadió Eleein -. Además, Rufus tiene una habitación de sobra en su casa y seguro que estará feliz de tener compañía.

          - ¿Estáis seguras de que seré bien venido?

          - Pues claro que sí. Nuestra gente es muy amigable, les caerás bien - contestó Eleein.

          - Está bien - sonrió el vampiro.

Todos se despidieron y los tres se montaron en el carruaje rumbo al Reino Humano. La verdad es que las despedidas no eran muy agradables, y más aquella, pero se prometieron entre todos que se visitarían de vez en cuando.



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En el texto hay: fantasia, amor, aventuras

Editado: 07.01.2020

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