Trace con las yemas de mis dedos
la alineación de tus pecas
Adorando cada lado de tu rostro
Ante mí, Roma yacía con tu hermosa belleza,
Tu fuego me abraza y se convierten en delicadas alas
que siguen el ritmo de tus latidos
Caí enamorada de una playa encantada,
que bajo la luz penetrante de la luna,
puedo admirar su pureza
Y brindo con ella,
porque puedo amarme y dejarme amar,
puedo saber dar y recibir.
y susurrarle un romance de puro incierto
a los otros planetas
El roce indiscreto de nuestros ojos a media mañana
Alimentan mi vientre de orgasmos mentolados