Renacimiento de la mujer de negocios del campus Parte 3

Capítulo 573: Zhang Yongjun y Zhang Yongjian

Leng Shaoting también estaba preocupado por Gu Ning, pero decidió confiar en ella. Además, una vez que Gu Ning tomaba una decisión, nadie podía hacerle cambiar su decisión.

-”No te preocupes. Estaré bien”, dijo Gu Ning.

-”Vale” Tang Yunfan no insistió. -”¡Ten cuidado!”.

-”Lo haré”, dijo Gu Ning.

C̶u̶a̶n̶d̶o̶ ̶L̶e̶n̶g̶ ̶S̶h̶a̶o̶t̶i̶n̶g̶ ̶s̶e̶ ̶a̶l̶e̶j̶ó̶ ̶c̶o̶n̶ ̶s̶u̶ ̶c̶o̶c̶h̶e̶

Gu Ning se subió al coche del líder matón y luego llamó a Tang Haifeng y le dijo que todos estaban a salvo.

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Todos los miembros de la familia Tang se sintieron aliviados.

-”Oh, tu tío Tang está despierto y se fue a buscar a tu madre”, dijo Tang Haifeng.

-”Lo sé y estuvimos juntos”, dijo Gu Ning.

-”Genial”, dijo Tang Haifeng. -”¿Sabes quién secuestró a tu madre?”.

-”Te lo diré cuando regresé”, dijo Gu Ning.

-”Está bien”, dijo Tang Haifeng.

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El líder matón llevó a Gu Ning a un almacén y llamó a Zhang Yongjun como ordenó Gu Ning.

*********

Un hombre de mediana edad estaba leyendo en el despachó del segundo piso de una casa. Justo en ese momento sonó su teléfono y al ver el nombre de la persona que llamaba, el hombre respondió a toda prisa. -”¿Cómo es?”.

-”Hola, la hemos atrapado”, dijo Hong Fen, el matón principal.

-”Muy bien, estaré allí”, dijo el hombre y luego colgó. 

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No se fue de inmediato, sino que usó otro teléfono para hacer una llamada. -”¿Como va todo?”.

-”Todavía estamos buscando”.

-”Genial, encuéntrame en el almacén del este en 20 minutos, dijo y después de eso, salió del despachó y bajó al sótano.

E͟͞n͟͞ ͟͞e͟͞l͟͞ ͟͞s͟͞ó͟͞t͟͞a͟͞n͟͞o͟͞

Había un montón de comida, pero además de la comida, había un hombre atado a una silla, con dos hombres altos y fuertes de pie a su lado.

El hombre de mediana edad miró al hombre que estaba atado a la silla con una expresión malvada en su rostro. -”Zhang Yongjun, deberías pagar por lo que has hecho hoy”.

Resultó que este hombre de mediana edad no era Zhang Yongjun, sino el hombre que estaba atado a la silla.

Zhang Yongjun lo mató con la mirada, pero no pudo decir una palabra porque su boca estaba tapada.

El hombre de mediana edad miró a Zhang Yongjun luchando y luego se rió con orgullo. -”¿Quiero hablar? Bueno, como vas a morir por mi culpa, te dejaré decir tus últimas palabras”, dijo y luego quitó la cinta adhesiva de la boca de Zhang Yongjun.

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Zhang Yongjun y el hombre de edad se parecían mucho.

-”Zhang Yongjian, ¡soy tu hermano pequeño! ¡Cómo puedes hacerme esto!”. Zhang Yongjun gritó con ira.

-”Oh, mi hermanito pequeño”, dijo Zhang Yongjian con una cara torcida. -”Nuestros padres te dejaron todo, pero yo soy su hijo mayor y debería haberme hecho cargo de todo, no tú”.

Lo que sus padres habían hecho dejó una profunda cicatriz mental en el corazón de Zhang Yongjian y estaba decidido a recuperar lo que le pertenecía.

-”Tú…” Zhang Yongjun estaba furioso. -”¡Nuestros padres hicieron eso porque eres adicto al juego y perderás todas las propiedades en el casino!”.

-”¡Sus propiedades deberían ser mías y puedo hacer lo que quiera con ellas!” Zhang Yongjian levantó la voz.

-”¿Cómo es que las propiedades de nuestros padres son tuyas? ¡Pueden dar su riqueza a quien quieran!” Grito Zhang Yongjun

-”¡Soy su hijo mayor y sus propiedades deberían ser mías!” Dijo Zhang Yongjian.

-”¡No está escrito como una ley!”, dijo Zhang Yongjun.

Aunque normalmente el hijo mayor era el heredero de las propiedades de una familia, no estaba escrito como ley. En cambio, casas uno de los hijos tenía derecho a heredar las propiedades de sus padres. Además, los padres también tenían derecho a elegir a cualquiera de sus hijos como único heredero.

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Zhang Yongjian podría tener 100 mil yuanes como dividendos cada año. Después de todo, su negocio familiar no era muy rentable, era solo una granja. Su ingreso anual era de alrededor de 400 mil yuanes cada año como máximo.

Zhang Yongjian podía tener el dinero sin hacer ningún esfuerzo, pero Zhang Yongjun tenía que administrar bien la granja para obtener ganancias.

-”No me importa. ¡Quiero sus propiedades!” Zhang Yongjian casi gritó.

-”Tú…” Zhang Yongjun se quedó sin palabras.

-”Muy bien, mételo en el coche. ¡Tenemos que irnos ahora!” Zhang Yongjian dejó de hablar con Zhang Yongjun y luego un hombre levantó a Zhang Yongjun y salió del sótano.




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