Capítulo 1091: Sí, soy yo

Como Gu Ning también estaba involucrada en el negocio del jade, también había oído hablar de Ma Jingshan. Algunas personas habían hablado sobre el presidente Ma ayer, pero ella no había escuchado su nombre completo, por lo que no sabía que el presidente Ma era Ma Jinshan. Ma Jingshan no solo era el vicepresidente de la Asociación de jade de la provincia de Yun, sino que también era miembro de la famosa familia Ma en el condado Yin (provincia Yun).

La familia Ma era el proveedor número uno de jade en el condado Yin y era tan influyente y rica como los tres proveedores de jade de la ciudad Teng.

Obviamente Gu Ning estaba feliz de hacerse amiga de una figura tan importante.

-”Eres una chica muy inteligente”, dijo Ma Jingshan con una sonrisa. La actitud educada de Gu Ning le dejó una buena impresión.

໓ēŞpนéŞ ໓ē ēŞ໐

Ma Jingshan sacó su tarjeta de presentación y se la entregó a Gu Ning. -”Esta es mi tarjeta de presentación, señorita Gu. Siempre que visite el condado Yin puede llamarme y será mi distinguida invitada”.

La institución pública en la que trabajaba Ma Jingshan estaba en la ciudad de Yun que era la capital de la provincia Yun, pero Ma Jingshan en realidad pasaba más tiempo en el condado Yin porque era mayor y estaba a punto de jubilarse.

-”Muchas gracias, señor Ma”, dijo Gu Ning y cogió la tarjeta de presentación de Ma Jingshan. También le entregó educadamente a Ma Jingshan su tarjeta de presentación. -”Me instalaré en la capital dentro de un mes. Señor Ma, si visita la capital algún día, no dude en llamarme”.

-”Gracias”. Ma Jingshan cogió la tarjeta con el nombre de Gu Ning.

Aunque aún no se conocían, sabían que podían ser buenos amigos.

Ⱥժҽʍáʂ

Las empresas de Gu Ning estaban en la provincia Yun, por lo que podría necesitar la ayuda de Ma Jingshan en el futuro. De todos modos, no era malo que mejorará sus conexiones.

-”Señorita Gu, ¿su familia también tiene una empresa de joyería ya que compró tantas materias primas de jade?”, preguntó Ma Jingshan.

No pensó que Gu Ning hubiera comprado esas materias primas de jade para ella misma. Aunque Gu Ning se comportaba como una empresaria madura, todavía era demasiado joven.

Ma Jingshan no sabía la edad exacta de Gu Ning, pero pensó que debía tener alrededor de 20 años este año y todavía debería ser estudiante.

Gu Ning sonrió y dijo: -”En realidad no, yo misma estoy involucrada en el negocio del jade”.

-”¿Qué?”, Ma Jingshan se sorprendió. Pronto se dio cuenta de que Gu Ning probablemente había creado una empresa por su cuenta.

-”Señor Ma, ¿ha oído la noticia de que la familia Wang de la ciudad Teng fue reemplazada por una nueva compañía de jade no hace mucho tiempo?”, preguntó Gu Ning.

-”Sí y he oído que fue una mujer la que lo hizo”, dijo Ma Jingshan y de repente se detuvo. -”De ninguna manera, ¿eres tú la mujer?”.

No lo podía creer, pero era muy posible.

-”Sí, soy yo”, dijo Gu Ning. No estaba presumiendo, pero pensó que debía ser honesta con su amigo. Habían negocios en la misma industria, por lo que podría ayudarlos a evitar una competencia innecesaria e injusta si le decía la verdad.

No solo Ma Jingshan, sino también los demás que estaban a su lado se quedaron sorprendidos. Para su sorpresa, esta jovencita que tenían delante fue capaz de reemplazar a la familia Wang.

No estaban seguros de si Gu Ning era la razón por la que la familia Wang perdió su influencia y posesión de la noche a la mañana, pero aún así no era fácil reemplazarla.

Ɇ₦ Ɇ₴Ɇ ₵₳₴Ø

Gu Ning debe tener conexiones poderosas o apoyo a sus espaldas. Además, no era un secreto que Colorful Jade Provider tenía mucho éxito en la industria.

Aunque Gu ning no dirigía la empresa ella misma (ella era la dueña). Era una empresaria inteligente y sabía cómo encontrar un gerente capaz para que dirigiera la empresa por ella.

Si quería construir su imperio empresarial, tuvo que aprender a confiar en muchas personas capacitadas que la ayudaran a lograrlo.

-”Señorita Gu, ¿puedo saber su edad?”, preguntó Ma Jingshan.

-”Tengo 19 años”, dijo Gu Ning.

ᴀʟ ᴇꜱᴄᴜᴄʜᴀʀ ᴇꜱᴏ

Ma Jingshan se sorprendió mucho.

-”¡Eres mucho mejor que tus compañeros!”, dijo Ma Jingshan.

-”Gracias por su cumplido, señor Ma”, dijo Gu Ning. -”Trabajamos en la misma industria y la competencia es inevitable, pero espero que podamos competir entre nosotros de acuerdo con las reglas en lugar de usar trucos sucios”.

La competencia siempre ha sido cruel en los negocios.

-”Por supuesto”, dijo Ma Jingshan y estuvo de acuerdo.

Los compañeros no eran enemigos. Podían llevarse bien entre ellos siempre y cuando nadie les hicieran jugarretas.

Después fueron juntos al restaurante cercano para tomar algo y comer antes de volver a sus asientos media hora después.