Primera
"En un pequeño pueblo sin nombre había una tranquilidad que cualquiera desearía en su vida cotidiana, la gente andaba sin ninguna precaución comprando, limpiando, hablando entre ellos o jugando en el caso de los mas pequeños. La gente de ese pueblo no tenía problemas con los pueblos vecinos porque al parecer este pueblo nunca participó en una guerra, no se involucraba en peleas que no eran suyas y si algún pueblo necesitaba de algún arma para la guerra se negaban para no tener problemas.
Los más interesante de este pueblo es que que no había nadie quien lo dirigiera, solamente eran las personas quienes decidían que hacer con su vida. Otro punto interesante es que el pueblo está rodeado por un pequeño pero profundo lago donde habitan peces de diferentes tipos, y sobre este lago hay un puente que no es muy transitado por los pueblerinos porque no eran mucho de salir de su pueblo ya que tenían lo necesario para vivir.
Se dice que este pueblo guarda un secreto que ni los mismos pueblerinos saben y es que su lago guarda algo en lo más profundo evitando ser visto por las personas."
- Y es por eso que debemos ir a ese pueblo misterioso y descubrir que es lo que guarda ese lago.
La joven mujer quedó confundida por el relato que había contado el samurai al cual acompañaba y notaba que estaba muy alegre de lo normal, supuso que se debía a ese secreto que ocultaba el pueblo.
-Pero Kay ese relato es de hace 30 años atrás, ya te dije que el pueblo cambio y ahora lo llaman el pueblo Marierr.
El joven samurai miró incrédulo a la joven por lo que dijo, no podía que creer el error de información sobre ese pueblo que tenía el, no sabía que su información era de hace 30 años atrás, el con 20 años de edad no sabía nada de lo que la joven de apenas 18 años sabía actualmente del pueblo.
-Eso no importa, con o sin nombre es un pueblo que guarda algo y yo descubrire ese secreto que guarda ese lago, tenlo por seguro Layle.-suspiro el joven y luego miro a su acompañante-además, ¿que clase de nombre es ese?, ¿y que cosas cambiaron?
Layle, que no se sorprendía de la ignorancia del samurai por lo que le contó que el pueblo ahora era más visitado y más grande pero que seguía sin ser dirigido y aún era pacífico.
-Y por lo del nombre Kay, lo llaman así porque hace referencia al Mar y la Tierra por ese lago profundo como el océano y la tierra fértil que tienen.
Kay, que estuvo atento a todo lo que dijo la joven, solamente se puso a reír del nombre del pueblo y a decir cómo encontraría lo que guarda el lago.
-Layle juro que encontraré eso que esconde el lago y cuando sepan quién lo encontró ¡la gente me amara!-dijo el joven entusiasmado.
La joven no tuvo más opción que rendirse ante el entusiasmo del samurai por lo que ignorando lo último dicho por el fijo su vista en el cielo y dándose cuenta que anochesia apresuraron su caminar hasta llegar a un lago el cual pertenecía al pueblo Marierr, por lo que apuraron más su paso a tal punto de correr llegando casi al puente que llevaba al centro del pueblo hasta que la joven Layle se fijó que había una persona inconsciente en el lago por lo que separándose del Samurai corre hasta a la joven para corroborar su estado, al llegar lo que más le sorprendió fue el cuerpo de aquella mujer, su piel parecía de un color celeste casi blanco con muchos dibujos extraños en sus brazos, espalda, estómago y piernas.
-Layle ¿que estas haciendo? y ¿quién es ella?
La joven al escuchar la voz del samurai se asustó pero lo que más le preocupo era que viera a la joven desconocida desnuda por lo que se giró y protegió el cuerpo de la vista del joven Kay.
-Kay dame tu ropa.
Kay se sorprendió de lo que le pidió su acompañante y sin hablar porque sabía que pretendía Layle se quitó la parte de arriba de su ropa y se la entregó a la joven para que tapara a la misteriosa chica.
-Bien, corrobore su estado y esta inconsciente nada más por lo que lo mejor será llevarla con nosotros al pueblo y puedan revisarla bien, así que, Kay tú la llevarás.
El joven samurai al escucharla quiso quejarse, pero la sola mirada de su acompañante lo hizo guardarse las quejas por lo que con sumo cuidado cargo a la joven de rara piel y siguieron su camino al pueblo y por muy extraño que pareciera el joven samurai no podía dejar de estar nervioso por la prencensia de aquella mujer extraña que cargaba, no sabía a que se debía pero decidió dejarlo pasar y se concentró en caminar junto a Layle en busca de una casa para quedarse.
Y justo esa noche el pueblo cambiaría para siempre.