Lugar desconocido, afueras de Maldonado, Uruguay 🇺🇾, 12 de Junio de 2020, 1:56 P.M
A las afueras de una vieja cabaña abandonada, Tommy y Ana son secuestrados por unos mercenarios enmascarados de los que no tienen idea de quienes son ni qué quieren. Uno de los mercenarios se sube al coche del Capitán Molina, en el que venían Tommy y Ana, arranca el motor y se lleva el auto lejos de allí. Ana, como era de esperarse, muestra su típica actitud prepotente y dice "Mi padre los matará si le hacen algo a ese auto". Uno de los mercenarios se le acerca, la mira a los ojos y la golpea en el rostro con la culata de su AK-47. El golpe es tal que Ana no logra mantenerse de pie y se desploma. En un acto de coraje y únicamente por instinto y corazón, Tommy exclama "¡Oye, malnacido!" e intenta lanzarse hacia el mercenario, envuelto en ira por lo que acaba de pasar. Sin embargo 2 de los mercenarios lo detienen, uno sujetándolo de uno de los brazos y el otro apuntándole con su AK-47 amenazándole con disparar. Tommy se tranquiliza pero no se calla. Cuando ve a Ana levantarse del suelo a punta de arma y con su labio sangrando exclama "¡Muy macho, si! ¡Con máscara y armas grandes y golpeando mujeres! ¿Quién se creen que son, idiotas?". El mismo mercenario que golpeó a Ana ahora se acerca a Tommy, impresionado por su coraje, y le responde "Tienes pelotas, niño". Luego lo golpea en el rostro también con la culata de su AK-47 y, al igual que Ana, también se desploma. Sin embargo, este golpe fue arriba de una de las cejas, y por lo tanto la zona comienza a sangrar. Tommy nota en cuestión de segundos como la frente comienza a sangrarle y la sangre comienza a caer sobre su ojo derecho. El mercenario no permite que Tommy se levante del suelo y le da una patada en el estómago con todas sus fuerzas ante la mirada de preocupación de Ana, quien no logra contenerse y exclama "¡Ya basta! Es un pobre imbécil que no sabe lo que hace. Déjenlo tranquilo". Pese a la dureza de sus palabras para con Tommy, claro está que siente compasión y no quiere ver como le golpean. El mercenario responde "Tienes razón. No gastaré mis energías con esta porquería. Eres a ti a quien quiero". Tommy recupera un poco de aliento y suplica "Oye, espera. No se quienes sean ni que quieren -Tose un par de veces-. Si quieren quédense conmigo. Pero a ella déjenla ir... por favor. Hagan lo que quieran conmigo pero déjenla libre a ella". Luego se pone de pie. El mercenario responde "Vaya que eres valiente, amigo. Pero infortunadamente para ti la queremos a ella. Tú solo tuviste la mala suerte de estar con ella. En cuanto a ti -Dirigiéndose a Ana- ¿Cuánto tiempo crees que le lleve a tu papi darse cuenta de que su auto desapareció junto con su hija y su amigo?".
Ana: ¿Qué quieren de mí padre?
Mercenario: Queremos el chip uruguayo.
Ana: -Respira hondo- Entonces pueden irse al infierno. Nunca se los entregara.
Mercenario: Lo hará... Lo hará si quiere verte con vida de nuevo.
Tommy: ¡Sabes que eso jamás pasara! Nos asesinarás a todos en el acto.
Mercenario: Pero el no lo sabe.
De repente caen del cielo nublado 2 esferas metálicas. Antes de que alguien pueda mover tan solo un músculo, de las esferas mismas salen repentinamente varios rayos morados disparados hacia cada uno de los mercenarios. Todos caen al suelo tras la descarga recibida y Ana no desperdicia la ocasión. Al líder de ellos lo levanta del suelo y le da un fuerte golpe en el rostro que le genera la sensación de haberle roto la nariz. Tommy, por su parte, le quita el arma a uno de ellos y les apunta a todos. Ana se coloca detrás de Tommy y le susurra "Ten cuidado con esa cosa". Tommy, aún enfurecido, exclama "¡Qué cuidado ni qué nada! Un movimiento en falso y les disparo en la pierna -Amenaza-. Pero nunca he manejado un arma en mi vida, ¡así que el disparo puede ir a cualquier lugar!". A lo lejos, detrás de los mercenarios, desciende alguien desde los cielos. Tommy inmediatamente reconoce a Emily en su traje morado de superheroína. Ella suelta un par de granadas y les pide a Tommy y Ana que se queden detrás de ella. Las granadas liberan una especie de gas somnífero que duerme a todos los mercenarios.
Emily: Espero que estén bien dormidos. Ayúdenme a atarlos.
Ana: Espera un minuto. ¿Y tú quién rayos eres?
Tommy: ¡Es una amiga mía! -Interviene- Tengo amigos raros, lo sé.
Emily: Soy su hija. Vengo del futuro -Revela, al mismo tiempo que se quita su máscara y descubre su rostro-
Tommy: Madre que me... -Se toma la cabeza frustrado- ¿Qué haces?
Ana: ¿Cómo dices? ¿Su hija? ¿Del futuro?
Emily: Así es. Se me hizo raro que vinieran a esta ubicación. Y cuando vi que el rastreador del auto terminó en el fondo de la laguna vine a buscarlos. Supuse que algo malo pasaba.
Tommy: ¿Rastreador?
Ana: ¿Es broma?
Emily: Am... Si, olvidé un detalle. Soy una tonta; lo siento -Se lamenta y se nota lo nerviosa que está-. Supe lo de esa cosa robótica en Punta del Este. Vengo siguiendo el rastreador del auto desde allí. ¿No sabían que tu padre puso un rastreador?
Ana: Ni idea.
Tommy: ¿Y cómo sabías que estábamos en ese auto?
Emily: Dah, por tu teléfono, papá. Me compartiste ubicación en Google esta mañana.
Tommy: ¡Wow!
Ana: Espera, esto ya es demasiado. No puedo procesar todo esto. ¿Quién carajos eres tú en realidad, amigo? ¡Tienes un amigo que es Robin Hood en Montevideo y que está aquí, tienes una hija de otra maldita época aquí parada frente a nosotros, eres un superhéroe que vuela por los aires y dispara rayos de sus manos! ¿Tienes alguna otra sorpresa para el camino? ¡Porque odio estas sorpresas! -Expresa muy molesta y mas desconcertada que nunca-.