Al entender que la INDUCCIÓN (manipulación para hacer renunciar) es un robo que viola el libre albedrío, comencé a liberarme. Usando la fe, la ley de los decretos violados y la ley de atracción (energía del cerebro), demandé a la entidad ante el Trono de Dios para anular el enlazamiento y exigir la devolución de todo lo robado, desde fragmentos de alma que les portaba su vestimenta, economía, todo.
Aún estoy en proceso de aprendizaje, pero confío en Dios que recibiré la devolución de mi economía con creces, y todo lo robado, desde mi figura, hijos, todo.