Isabella Jones.
─ Sólo quedan treinta minutos para que salgas.
Asentí levemente mientras me quitaba las lágrimas tratando de no tocar el maquillaje que había llevado horas en estar listo, me levanté del suelo y salí del baño.
Hace unos minutos había estado vomitando sin parar, me sentía mal, estaba cansada y lo único que quería era terminar la última función en Los Ángeles para poder irme (*) a dormir.
─ Joder, estas horrible ─exclamó mi mánager.
Le lancé una mirada de pocos amigos, dándole a entender que no me importaba lo que él diga, me senté en mi silla frente al espejo y dejé que me retoquen el maquillaje.
─ No podemos cancelar el show por más que tu quieras.
─ Cállate de una vez ─Solté.
Ya lo sabía, estaba harta de que me lo estén diciendo a cada rato. Me acomodé las botas negras altas y me levanté de la silla dejando que me acomoden el micrófono.
Suspiré profundamente y cerré mis ojos tratando de alejar las ganas de vomitar que surgían a cada nada, había comido bien, no era ninguna enfermedad, no eran los nervios, no era nada extraño y ya había pasado por esto, lo cual para la mayoría era normal, excepto para mí.
─ Vamos. ─mi mánager se levantó del sofá y se dirigió a la puerta del camarín para llamar a los de seguridad.
Si bien estaba agradecida con Malik por estar representándome durante todos estos años, quería tirarlo por las escaleras a veces, todo lo que ellos hacían por mí era por mi bien, pero, muy muy en fondo sabía que las cosas no eran así.
Observe mi atuendo que siempre usaba en las primeras canciones de la gira, eran dos piezas con muchas tiras sueltas que se sacudían por nada, era todo rojo, excepto por las botas, la pollera era más un short para que no se viera nada, y el top era de dos tiras, mi cabello castaño, tenía varias ondas al final, y el maquillaje que estaba usando hacían resaltar mis ojos verdes.
─ ¡Isa! ─grito Malik
Rodé los ojos y salí del camarín seguida por dos guardaespaldas que me guiaban por el largo pasillo del estadio. Ser cantante tenía sus pro y sus contras, me gustaba concentrarme más en los pros, los contras me desconectaban de mis objetivos y me hundían en una especie de depresión.
Llegamos hasta donde estaban todos los bailarines y las coristas, me acerqué a ellos y como era costumbre hicimos un círculo para hacer nuestro ritual antes de salir al show.
─ Sé que siempre lo digo, pero es la verdad, y es que estoy completamente orgullosa de cada uno de ustedes, gracias por hacer todo esto posible, lo más importante es que salgan y se diviertan mientras dan todo ─les di una mirada rápida a todos con una leve sonrisa─. Así que disfruten y si se caen, se levantan o yo misma me ocuparé de tirarlos del escenario.
La mayoría soltó una risa, puse mi mano en el centro y comenzamos a hacer la cuenta regresiva hasta llegar a cero y levantarlas hacia arriba.
Nos separamos, algunos subían las escaleras que daban justo al escenario, y yo me dirigí hacia la cama que una vez que la función comenzaba, empezaba a subir.
Me acomodé en la cama boca arriba, levanté un poco las piernas y las crucé, suspiré y cerré los ojos escuchando los gritos del público que hacían que mi piel se erice.
Solo tenía que cantar veinticinco canciones y luego podría irme a dormir en el avión.
─Trata de alejar los vómitos lo más que puedas.
Abrí los ojos y observe a Malik que se acomodaba un auricular.
─ Lo haré, tranquilo.
Él asintió antes de contestar.
─Bien, suerte.
Se alejó cuando las luces del estadio se apagaron de golpe, mientras los músicos comenzaban a tocar la primera canción haciendo que la cama suba de a poco, y sea iluminada por luces rosas.
Cerré los ojos y oí como por el in-ear comenzaban a darme instrucciones, cuando la cama dejó de subir, me acomodé y comencé a cantar una de las canciones más exitosas del último álbum mientras el público gritaba cada segundo que pasaba.
─ ¡Bienvenidos al tour lover! ─hable por el micrófono ocasionando más gritos eufóricos por todo el estadio.
A la cuarta canción cuando las luces se apagaron por unos segundos, salí del escenario rápido para ir al camarín a cambiarme, ayude a sacarme las botas reemplazándolas por unas más cortas que hacían juego con el vestido azul.
Una hora y treinta minutos después pude terminar el show, pero lo que más feliz me ponía era que en ningún momento me dieron ganas de vomitar.
Deje que me quiten el micrófono y a paso lento fui a mi camarín, abrí la puerta y me tiré sobre el sillón.
─ Tienes tres grupos de fans que pagaron para verte después del concierto ─me dijo Malik apenas entro al camarín.
─ Me cambio y salgo.
Cerro la puerta, me incorporé en el sofá y me quité las botas, busqué mi ropa con la que llegué hoy al estadio y con cuidado me quité el vestido para luego me cambiarme.
No me tocaría el maquillaje hasta llegar al aeropuerto, me coloqué mis zapatillas, solté un suave suspiro y salí del camarín para observar al pequeño grupo de niñas que estaba ahogándose en lágrimas.
─ Hey, hola ─sonreí y me acerqué a ellas ─ ¿Están respirando?
Dos empezaron a gritar antes de abrazarme con fuerza, estaba acostumbrada a estas reacciones, solté una risa y les correspondí el abrazo., para luego sacarnos unas fotos.
─ Estuviste increíble hoy ─dijo una niña de unos quince años aproximadamente.
─Me alegro que les haya gustado ─sonreí.
Los tres grupos se alejaron cuando les informaron que ya se había acabado el tiempo, volví al camarín y busqué mi mochila.
─Ya debemos irnos.
Recogí rápidamente todas mis cosas necesarias y lo seguí con dos seguridades detrás, me colgué bien la mochila y suspiré cuando escuché todos los gritos que había afuera.
Antes de salir, me rodearon de seguridad para luego abrir las puertas y guiarme por toda la multitud de fans que gritaban constantemente.
─ Hola ─sonreí mientras me colocaba como podía los anteojos evitando a la prensa cegarme con los flash.
Los de seguridad se apuraron a meterme a una de las camionetas negras y cerrar la puerta de golpe, pero solo tardaron segundos en que los fans se peguen a la camioneta mientras que los del estadio le trataban de abrir paso para que pueda pasar por las calles.
Después de unos minutos la camioneta puedo salir del estadio y emprender el rumbo hacia el aeropuerto, debía tomar un avión hasta New York para hacer tres días de conciertos y luego seguir la gira por Europa.
Saqué mi móvil de la mochila y entre a las redes que me llegaban notificación a cada segundo, sentía que iba a reventar así que lo volví a bloquear y apoyé mi cabeza en el respaldar del asiento.
─ ¿Podemos pasar por un McDonald? ─le pregunte al conductor.
─El señor Malik dijo que no podíamos desviarnos, lo siento.
Suspiré y cerré mis ojos mientras sentía como los días sin estar durmiendo bien me estuvieran pasando factura.
Llegamos al aeropuerto en tiempo récord, espere que la camioneta se haga lugar en medio de toda la multitud de fans que había, me acomodé mi mochila y salí rodeada de seguridad que me guiaban por todo el aeropuerto hasta llegar a una sala privada.
Ya todo esto me parecía normal, hasta que anuncien el vuelo pasaba mi tiempo acá, fui directo a uno de los sofás familiares, dejé mi mochila en el suelo y me tire sobre él.
─Cuando llegues debes hacer tres entrevistas.
Cerré mis ojos cuando escuché a Malik y suspiré.
─ ¿Cuándo empiezan mis días libres?
─ Cuando termines la gira.
─ Pero si la empecé a una semana.
─ Exacto.
Suspiré y abracé una almohada para cerrar los ojos y dormir aunque sea unos minutos, lo cual no pude hacer ya que nuevamente me dieron ganas de vomitar, me levanté y fui directo a uno de los baños y cerré la puerta.
Me senté en el suelo al lado del retrete y vomité varias veces, suspiré y cerré los ojos, tenía demasiado y estar constantemente activa no me ayudaba. No sé cuánto tiempo estuve ahí con los ojos cerrados hasta que Malik me llamó para subir al avión.
Me enjuague la boca con agua y salí de baño, me coloqué la mochila y seguí a Malik por los pasillos vacíos, hasta llegar a la pista y subir al avión.
─Hola ─salude al piloto y a las auxiliares de vuelo, pase de largo y fui a uno de los últimos asientos, tire la mochila al lado y me coloque el cinturón.
─ ¿Quiere comer algo? ─me pregunto una de las chicas.
─ Cualquier cosa esta bien.
Ella asintió para irse para atrás, me quite los anteojos y busque mis cosas para quitarme el maquillaje mientras por los altavoces escuchaba al piloto darnos la bienvenida y bla bla.
Guarde las cosas cuando termine y deje que me acomoden la mesa en el asiento, la chica me trajo un plato lleno de pasta con salsa y una botella de agua.
No estaba muy segura si podía comer esto, pero de lo que si estaba segura era que tenía hambre y cuando era así, podía comer cualquier cosa.
Tomé mi móvil, me conecte los auriculares y puse una playlist con canciones melancólicas para luego comenzar a comer.
Luego de un rato la auxiliar de vuelo se acercó y se llevó las cosas, el vuelo no era muy largo así que no iba a dormir mucho, me tapé con una sábana y cerré los ojos para conciliar el sueño rápido.
Sólo pude dormir unas dos horas cuando sentí que me movían suavemente, abrí los ojos y me acomodé al ver a Malik.
─Ya estamos llegando, prepárate.
Asentí levemente y me coloqué los anteojos mientras guardaba las cosas que había sacado durante el vuelo, cuando vi que el avión aterrizo, me levanté, me coloqué una campera y una gorra, saludé a los del avión con la mano y salí con Malik.
Termine de bajar las escaleras y me tape la cara con una mano cuando note varios flashes, los de seguridad no tardaron en rodearme y guiarme a una de las camionetas negras que estaban estacionados en la pista.
Subí y me apoyé mi cabeza en el respaldar del asiento.
─ A las siete voy a buscarte al hotel para las entrevistas.
─ De acuerdo.
Cerré los ojos y me acomodé en el asiento tratando de no dormirme, eran las 04:15am y había una capa de neblina, las calles estaban completamente vacías.
Tardamos varios minutos en llegar al hotel, bajé y tomé algunas de mis maletas hasta subir al ascensor, dejé que uno de los de seguridad marque el piso por mí y suspiré profundamente.
Salimos del ascensor y me ayudo a entrar las maletas a mi habitación.
─Gracias, buenas noches ─murmuré y cerré la puerta.
Ni me moleste en mirar la habitación, me quite las zapatillas y me acosté en la cama para caer en un profundo sueño.